La orgía retrógrada de
la derecha no está completa, sus amos de Washington se han desvelado tratando
por todas las vías de acabar con el socialismo cubano y no han podido. En la
Casa Blanca se han turnado los inquilinos demócratas y republicanos, cada uno
con sus amenazas contra la Isla, pero Cuba sigue libre, soberana e
independiente.
Ángel Bravo / Especial para Con Nuestra América
A propósito del 9 de
noviembre por los 25 años de la caída del Muro de Berlín, los medios
comerciales desataron una orgía periodística de celebración. La fiesta indicaba
que el socialismo fracasó y el capitalismo triunfó, así de sencillo y maniqueo.
A esa prensa no le interesó analizar lo qué es el socialismo; el afán solo era
decir que el socialismo se derrumbó, y el resultado de la Guerra Fría es que ganó
Estados Unidos, símbolo del capitalismo.
Fue a partir de esos
hechos, que el imperialismo se sintió dueño de la historia. Le tocó a George H.
W. Bush disfrutar de esas “mieles” triunfalistas. Y desde la Casa Blanca -como
nunca antes-, un presidente de los Estados Unidos se creyó dueño del mundo.
Eufórico y amenazador no sólo veía y gozaba de lo que pasaba en el campo
socialista en Europa del Este, sino también miraba a la Mayor de las Antillas,
y contaba los días de vida que le quedaban al socialismo cubano.
La deducción
que hacía el imperio era que, como el socialismo estaba en su ocaso, entonces
la Revolución Cubana desaparecería. Por supuesto que era una lectura equivocada
de esos acontecimientos. La anécdota aquella, de que en Miami se agotaron la venta
de maletas en una semana, porque los batistianos creyeron que retornarían de
inmediato a Cuba, porque la Revolución se caería, indicaba el triunfalismo
infantil y cegado de los mafiosos.
Lo que en estos 25 años
le ha preocupado al imperio y a los organizadores de la fiesta y sus ideólogos
es que ese fracaso haya sido sólo en Europa del Este y no en América Latina,
especialmente en Cuba. Después del derrumbe del socialismo, hubo no pocos
dirigentes, militantes y simpatizantes de la izquierda latinoamericana, que
desencantados corrieron a integrarse a las filas del enemigo. Nunca entendieron
lo que dijo el Amauta José Carlos Mariátegui, refiriéndose al Perú, pero que es
válido para América Latina, que el socialismo no debía ser ni calco ni copia,
sino una creación heroica. El 26 de julio de 1991 en la ciudad de Matanzas
Fidel Castro habló claro sobre esa estampida: “Hay gente que quisiera morirse
de oportunismo antes que recordar que militó en un partido comunista, que
siente miedo de haber militado en un partido comunista”.
Hoy, ¿no es acaso
creación heroica lo que desde hace algunos años tratan de hacer, no una
vanguardia ilustrada, sino los pueblos en Bolivia, Ecuador, Uruguay, Venezuela,
Argentina, El Salvador, Brasil, y desde hace más de cincuenta y cinco años la
Revolución Cubana?
El periódico El Universal de Caracas, que condensa el
pensamiento de la oligarquía más reaccionaria en América Latina,
tendenciosamente tituló su página principal el 09 de noviembre: “Cuba
"olvida" los 25 años de la caída del Muro de Berlín”.
Como puede verse, la
orgía retrógrada de la derecha no está completa, sus amos de Washington se han
desvelado tratando por todas las vías de acabar con el socialismo cubano y no
han podido. En la Casa Blanca se han turnado los inquilinos demócratas y
republicanos, cada uno con sus amenazas contra la Isla, pero Cuba sigue libre,
soberana e independiente.
El 26 de julio de 1989,
meses antes de que el Muro de Berlín de cayera y más de año y medio antes de
que el bloque socialista de Europa del Este se disolviera, Fidel Castro en
Camagüey expresó el camino que seguiría Cuba: “Tenemos que ser más realistas
que nunca. Pero tenemos que hablar, tenemos que advertir al imperialismo que no
se haga tantas ilusiones con relación a nuestra Revolución y con relación a la
idea de que nuestra Revolución no pudiera resistir si hay una debacle en la
comunidad socialista; porque si mañana o cualquier día nos despertáramos con la
noticia de que se ha creado una gran contienda civil en la URSS, o, incluso, que
nos despertáramos con la noticia de que la URSS se desintegró, cosa que
esperamos que no ocurra jamás, ¡aun en esas circunstancias Cuba y la Revolución
Cubana seguirían luchando y seguirían resistiendo!”
El inmenso y criminal
muro del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados
Unidos contra Cuba por más de cincuenta años, no ha hecho sino multiplicar la
dignidad y la honra del pueblo cubano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario