El pasado 5 de junio de 2016 se realizó la segunda vuelta para las elecciones presidenciales en Perú, los resultados fueron diversos y contrastantes. La lectura y el análisis de esos procesos electorales nos muestran interesantes tendencias que se vienen perfilando en el conjunto de los países de la región latinoamericana, pero también resaltan las novedades que van configurándose en diversos escenarios del mundo.
Adalberto Santana / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad de México
Durante la primera vuelta electoral se mostraron los tres principales segmentos que contendían en la elección. Encabezaba las preferencias para ganar la primera ronda electoral, la abanderada de Fuerza Popular, Keiko Fijimori, ciudadana peruano-japonesa. Hija del ex presidente Alberto Fujimori (28 de julio de 1990 - 21 de noviembre del 2000), actualmente recluido en prisión por cargos de corrupción, violaciones de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad. También fue encontrado culpable por los delitos de espionaje telefónico, compra de medios de comunicación y sobornos a parlamentarios. Con esos antecedentes familiares, sin embargo, Keiko lidereaba las preferencias hasta con un 10% por encima de sus adversarios electorales.
Los otros dos candidatos que aspiraban a la presidencia fueron Verónika Mendoza ciudadana peruana-francesa respaldada por el Frente Amplio (FA) y Pedro Pablo Kuczynski, ciudadano peruano-estadounidense abanderado por Peruanos por el Kambio (PPK). Mendoza aglutinó a un segmento destacado de las izquierdas peruanas que alcanzó en la primera ronda un 18.8%, sin embargo, su porcentaje quedó ligeramente por debajo del candidato del otro bloque, de derecha liberal encabezado por PPK en elecciones generales realizadas el 10 de abril de 2016. Así, la congresista de las izquierdas alcanzó el tercer lugar, pero su participación y el caudal de votos fue significativo para que en días previos a la segunda ronda electoral la psicóloga y antropóloga, se pronunciara a favor de votar por Kuczynski. Esto le dio la oportunidad al candidato del PPK de acuerdo a las cifras de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), de sumar 8,580,474 votos y Keiko Fujimori 8,539,036. Lo cual los diferenció por un total de 41,438 votos. De esa manera y conforme a los últimos escrutinios que la misma ONPE dio a conocer, Kuczynski triunfó con el 50,12 por ciento de los votos contra 49,88 por ciento de Fujimori.
Sin duda, fueron resultados muy apretados, tras los que el partido de Kuczynski, ganó gracias al antifujimorismo y en la que desempeñó un papel estratégico la ex candidata de 34 años, Verónika Mendoza. La parlamentaria peruana al reconocer el resultado final, señaló que el Frente Amplio (por medio de su cuenta en Twitter): "Saludo a todos los que trabajaron para cerrarle el paso a la corrupción y a la violencia, por memoria y dignidad". A la vez apuntó que su destacamento político estará atento y vigilante, al manifestar: "El pueblo soberano decidió. El resultado se respeta, es la democracia. Desde el Frente Amplio estaremos vigilantes y trabajaremos por el verdadero cambio”.
En tanto que la postura de Keiko, una vez conocida su derrota, quien era la favorita de las encuestas y parecía contar con el triunfo en sus manos, manifestó tras esa victoria de los antifujimoristas “que asumirá el papel de una oposición responsable para responder a la confianza de 8 millones y medio de peruanos” que votaron por su opción.
Así, la derrota del fujimorismo fue sin duda un valladar a una de las expresiones de la derecha populista peruana. El fujimorismo, sin duda mostró también una gran fuerza social al sumar a casi el 50% del electorado peruano. Por otro lado la tácita alianza con Kuczynski, tanto del voto de las izquierdas como de los sectores liberales y también de un amplio electorado ubicado en diversos segmentos de la sociedad, harán del Perú en la segunda mitad de la segunda década del siglo XXI, un país más tolerante y sin radicalismos, tal como los que generó en el pasado la dictadura de Alberto Fujimori.
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