El neoliberalismo aduce
que la ausencia de calidad de la educación tiene que ver con su
condición de servicio público. En México esta aseveración ignora que casi el
50% de las escuelas no tienen drenaje, 31% no tienen agua potable, 13% no
tienen servicios sanitarios y 11% no tienen luz eléctrica. Evidencia de un
descuido que busca llevar a la educación a una situación de crisis para después
legitimar su privatización.
Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
Escribo estas
líneas en vísperas del 72 aniversario del asesinato de
la maestra María Chinchilla en
Guatemala, el 25 de junio de 1944. Y
apenas a tres días de la
represión en los poblados de Asunción
Nochixtlán, San Pablo Huitzo y la propia ciudad de Oaxaca en México, el domingo 19 de junio de
2016. Dos hechos que tienen gran
distancia en tiempo y contenido.
También similitudes en cuanto a
actores: un Estado autoritario y represivo y un magisterio insurgente. En el
primer caso, la muerte de María Chinchilla se dio en el contexto de una
manifestación de mujeres enlutadas que protestaban contra la represión
desencadenada por la moribunda dictadura de Jorge Ubico (1931-1944). Buena
parte de estas mujeres eran maestras y el magisterio de aquel entonces protestaba por haber sido excluido de un alza
salarial decretado para contener el
creciente descontento popular contra el régimen. Éste reprimió
violentamente la marcha de las mujeres, como ese mismo día lo había hecho con
otra manifestación popular. La muerte de la maestra acrecentó aun más el odio
contra el dictador, quien terminó abandonado el poder seis días después. Desde
entonces María Chinchilla es símbolo magisterial en Guatemala.
El domingo 19 de junio, fuerzas federales y
estatales desalojaron con lujo de
violencia la toma de la carretera que conduce a la ciudad de México a la altura
del poblado de Nochixtlán, originando con dicho acto represivo ocho muertos,
casi 100 heridos, medio centenar de capturados y aproximadamente 22
desaparecidos. Las autoridades negaron haber usado armas letales pero
reportajes evidencian que si lo hicieron como también hicieron uso de encapuchados, quienes incendiaron los
vehículos usados como barricadas en el lugar. Además grupos de desconocidos se
dedicaron hacer pillaje en negocios del lugar. Hoy un régimen autoritario de
distinto signo al ubiquista, cual es el encabezado por Peña Nieto, enfrenta una
creciente crisis. El magisterio no se ha
desmovilizado y los trabajadores de la salud empiezan a hacer paros escalonados
descontentos por las reformas a la seguridad social que apuntan al igual que la
llamada reforma educativa, hacia la privatización del servicio y la
precarización laboral. Morena, como
principal partido de la oposición, ha convocado para el domingo 26 de junio,
una magna marcha contra la represión y la contrarreforma educativa. Éstas no es
sino una reforma laboral que busca quitar derechos de definitividad y
antigüedad a los maestros.
El neoliberalismo aduce
que la ausencia de calidad de la educación tiene que ver con su
condición de servicio público. En México esta aseveración ignora que casi el
50% de las escuelas no tienen drenaje, 31% no tienen agua potable, 13% no
tienen servicios sanitarios y 11% no tienen luz eléctrica. Evidencia de un
descuido que busca llevar a la educación a una situación de crisis para después
legitimar su privatización. La marcha
del 26 de junio se hará al cumplirse 21 meses de la desaparición de los
normalistas de Ayotzinapa. Se protestará pues contra los brutales actos de
represión contra los maestros y contra los jóvenes que quieren serlo.
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