Un evento intervencionista en
Venezuela podría atraer a nuestra nación las mismas desgracias y dolores que
tristemente viven hoy países como Irak, Siria, Libia y otros.
Elida Quevedo* / Para Con
Nuestra América
Desde Venezuela
“Aprendamos a hacer el
bien. Reprendamos al opresor y sigamos defendiendo a los menos favorecidos”
(Isaías 1:17).
Este es un llamado pastoral dirigido a todas las personas que aman a su
gente y a su nación para que ya no sigan oyendo la voz de quienes invocan la
guerra y el saqueo contra nuestro país.
La actual movida del señor Almagro en la OEA no es un hecho aislado ni
mucho menos una simple jugada errónea y adelantada del funcionario, como que si
éste actuara solo y por su cuenta. No es así. Se trata de una estrategia planificada y concertada internacionalmente
para el derrocamiento del gobierno venezolano.
En la gran estrategia está la guerra económica contra el pueblo, la
mediática nacional e internacional, la invasión de bandas criminales
paramilitares, el saqueo de nuestros recursos y el asedio total contra nuestro
país.
¿Qué no hay guerra económica contra el pueblo?
¿Por qué sí hay azúcar y leche en cafeterías, pastelerías,
heladerías, etc.? ¿Por qué si hay harina en las pizzerías? ¿Por qué si están
llenos de alimentos los supermercados de las clases ricas?
Son los sectores populares y la clase trabajadora de nuestro país
quienes están sufriendo las consecuencias de esta nefasta guerra económica,
caracterizada por el acaparamiento, contrabando y bachaqueo de productos y
medicamentos, la paralización de la producción por parte de los grandes
empresarios, la especulación y guerra de precios.
¿Qué no hay bandas criminales paramilitares azotando nuestro país?
¿Por qué entonces estamos viendo esos nuevos modus operandis en la
criminalidad? Descuartizar a la víctima, apuñalar hasta 100 veces, asesinatos
por encargo, el desprecio hacia las mujeres, el sometimiento al poder de las
armas en residencias populares. Son procedimientos típicos del paramilitarismo
y están dirigidas a sembrar el terror en la población.
¿Qué no hay una mediática internacional actuando como factor político
contra el gobierno venezolano?
¿Por qué entonces en España las noticias de primeras planas en la prensa
escrita y en los medios de comunicación son sobre Venezuela? ¿Y por qué tan
mala prensa contra Venezuela?
En ese país se preparan para una nueva jornada electoral ¿Por qué la
campaña y las informaciones actuales no se centran en los gravísimos problemas
sociales y económicos que ese país está atravesando?
Y esto es sólo un ejemplo, porque hay muchísimos y graves
problemas en México, en Argentina, en Brasil con el golpe de Estado que se
acaba de perpetrar, y aún en los Estados Unidos, pero esto no es noticia para
la mediática internacional dominante, ni preocupa a Almagro en lo más mínimo.
¿El gobierno venezolano demandará a la directiva de la Asamblea Nacional
venezolana?
Debe hacerlo, porque efectivamente, al presentarse ante Almagro para
solicitar que active el mecanismo para invocar la carta democrática contra
nuestro país está claramente usurpando funciones del Ejecutivo Nacional.
Pero también se merecerían un acto de censura por parte del pueblo
venezolano porque están solicitando a un organismo internacional que actúe
contra su propio país, traicionando la propia patria e ignorando de manera
irresponsable las consecuencias graves que un evento así acarrearía para la
gran mayoría de la gente, ya que son siempre los sectores más pobres los
más afectados.
¡Pueblo venezolano, alerta!
Un evento intervencionista de esta naturaleza podría atraer a nuestra
nación las mismas desgracias y dolores que tristemente viven hoy países
como Irak, Siria, Libia y otros.
Destrozos por todas partes, millones de muertes, millones de víctimas,
la tragedia de los refugiados, hambrunas, desesperación.
¡Pueblo venezolano, NO QUEREMOS ESO! ¡QUEREMOS VIVIR EN PAZ!
Queremos seguir construyendo la esperanza y la vida digna para nuestro
pueblo, y hacerlo en paz. ¡Es nuestro derecho!
Cuánta razón tuvo el profeta Isaías al proclamar “Que hermosos son sobre
los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas,
que anuncia salvación” (52:7)
Por eso, invocamos las buenas acciones de toda la gente de paz, dentro y
fuera del país, a nuestros amigos, amigas y colegas del ministerio evangélico y
de Misión, a nuestros compañeros y compañeras globales, a alzar su voz en este
desierto, para proclamar la buena noticia de la paz para Venezuela.
Vamos hermanas y hermanos, entre todas las voces y todas las acciones
conjuntas detengamos este nuevo designio de muerte para el pueblo venezolano.
Pueblo venezolano, sigamos con la consigna de que la paz sí es posible.
Pero de acuerdo con lo que señaló Jesús (Juan 14:27), no es la paz que
ofrece “el mundo” dominado por los imperios, que implica sometimiento,
subordinación a los intereses más mezquinos, dependencia de los pueblos.
De acuerdo con el profeta Isaías (32:17), queremos la paz y la seguridad
que viene de la justicia, el fruto de la equidad.
Vamos por esa paz, en nombre del Dios de esa paz. No nos angustiemos, ni
nos acobardemos, dice Jesús (Juan 14:27).
Con gran amor de mi tierra y de mi gente,
En la construcción de un futuro de paz, seguro, brillante y multicolor
Obispa Elida Quevedo
* Reverenda ordenada de la Unión Evangélica
Pentecostal Venezolana. Directora del Centro Venezolano de Estudios Teológicos CEVET.
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