Mientras Mauricio Macri (MM) intenta nuevos negocios con España, en su país lo aguardan varias denuncias por
fraude al Estado, sus empresas aéreas pretenden mejorar destinos del interior,
desplazando a Aerolíneas, empresa que es previsible, se la devaste, como todo
patrimonio público.
Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza,
Argentina
No es el título de un
film de Almodovar, pero bien podría ser el de esta gira oficial del gobierno
argentino por bordear el surrealismo. Si fuera febrero de 1940 y no de 2017,
estamos seguros que MM descendería entusiasmado como ahora en el aeropuerto de
Barajas y correría a felicitar al Generalísimo por la toma de Madrid y el
aplastamiento de los seguidores de la República. Su necesidad de cambiar el
relato, respecto del gobierno precedente, lo lleva a caer de hinojos ante la
conducción española del PP, encabezada por Mariano Rajoy, el monarca Felipe VI
y el empresariado ibérico que nos ha estado mirando con recelo.
Retomar las relaciones
de los noventa, con las privatizaciones por parte de las grandes empresas españolas
como Repsol y Telefónica, es imperioso, dado que estos conglomerados hicieron
magníficos negocios en aquellos años igual que la familia presidencial.
Durante su estadía, retomará
el espíritu subordinado del discurso que dio en el Bicentenario de la Patria en
Tucumán, ante el emérito Rey Juan Carlos, donde expresó la angustia que
debieron sentir nuestros próceres al separarse de España, justamente cuando
declararon la independencia. Negado ante la Historia y acólito frenético del
rey Mammon, su raquítica elocuencia y exageradas pretensiones, se centrarán en:
encauzar las relaciones políticas, aumentar las exportaciones y atraer
inversiones españolas, como en aquellos años felices y dar un fuerte impulso a
las políticas culturales; según la agenda oficial.
A ellos no les hablará
de amor y felicidad, palabras mancilladas a las que recurre en sus discursos,
sino que les garantizará exenciones, flexibilización laboral y lugares
paradisíacos para invertir y pasear. Todo por dos pesos.
El vuelo que lo ha
llevado con una abultada comitiva de funcionarios y más de 200 empresarios, fue
de Iberia, no de Aerolíneas Argentinas, gesto que acostumbra MM, quien se niega
a aceptar que, el primer mandatario de un país soberano debe expresarse a
través de atributos propios: lengua o línea de bandera; siente predilección y
cierto orgullo hablando en inglés en foros internacionales.
Aunque se esmere en
separarse del neoliberalismo de los noventa, la secuela dejada por aquellos
años aún horada la memoria de los argentinos. Junto con la enajenación de las
grandes empresas públicas, el desguace del Estado por parte del menemismo, se avanzó
devastadoramente contra la educación, la salud y el sistema de Seguridad Social,
como actualmente pretende.
La entonces ministra de
Educación, Susana Decibe, tomó de modelo al sistema educativo español, el que,
para ser asimilado, proveyó instructores, libros y manuales que debían seguir a
pie juntilla los maestros argentinos. Uno de los logros más perversos de esa
gestión fue la destrucción de las escuelas técnicas y la introducción de la
formación polimodal en las escuelas secundarias que perjudicó a cientos de
miles de jóvenes que no conseguían incorporarse laboralmente ni ingresar a las
universidades. Aunque se hicieron inmensos esfuerzos en el gobierno anterior,
no se ha podido saldar esa deuda con aquellas generaciones mal formadas.
Apenas comenzada la
década de los ’90 también, Telefónica ya aparecía en el horizonte de nuestro
país. Fue la empresa que se hizo cargo de la explotación de la Empresa Nacional
de Telecomunicaciones, ENTel, en manos de la ingeniera Julia Alsogaray,
excarcelada hace poco por aquella gestión, puesto que la privatización se hizo
en tiempo record y en condiciones vergonzantes para el interés nacional.
Paralelamente y esto
conviene tener presente, los reyes de España y el gobierno español, crean el
Instituto Cervantes en 1991, con un fuerte apoyo de Telefónica. Su misión es
“promover universalmente la enseñanza, el estudio y el uso del español y
contribuir a la difusión de las culturas hispánicas en el exterior”.[1]
Una lengua en expansión
como el español, sobre todo en Estados Unidos, no pasó inadvertida en el
imperio, como tampoco el arsenal de elementos para difundir la lengua
cervantina a través del mundo, hechos para nada inocentes, como tampoco los Congresos
internacionales de la Lengua Española,
celebrados por la Real Academia Española de la Lengua, creada hace más de tres
siglos, para destacar su desarrollo y proyección en diversos lugares en donde
se habla. La estrategia forma parte de la “marca España”, una reinserción más
decidida de la potencia europea, tendiente a convertirse en política de Estado
por sobre las alternancias partidarias en el gobierno.
En materia lingüística,
las diversas academias nacionales de la lengua en Hispanoamérica, pusieron el
grito en el cielo, teniendo en cuenta que, de los 560 millones de hispanoparlantes
– datos 2015 del Instituto Cervantes – España (47 millones de habitantes),
significa un magro 8,39%, frente al 91,6% de los países latinoamericanos con
México a la cabeza.
Asimismo, dentro de la
agenda de MM está prevista una entrevista con José María Aznar, ex presidente y
figura determinante del Partido Popular de España. Persona que, por su
participación en el ingreso de las FFAA ibéricas en los conflictos de Oriente
Medio, se le acusaba de los atentados terroristas en el país. Actualmente Aznar,
lidera una fundación de estudios políticos y delineado ideológicamente su
proyecto político, muy afín con el pensamiento de Cambiemos, muchos de cuyos
miembros han sido formados en la península. Populares de España, tiene también sedes
en Argentina, muy especialmente, en el corazón de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, desde donde se han articulado acciones conjuntas, las que, seguramente,
se reimpulsarán en esta visita.
En el otro extremo del
espectro político español, “Podemos” no ha querido participar de ningún acto
oficial en honor de MM, al que califican de presidente “of shore” y, la
representante del partido al saludarle, se colocó una remera en la que exigía
la libertad de Milagros Salas, la dirigente de la organización Tupac Amaru y
parlamentaria del Mercosur que está presa hace más de un año en la cárcel de
Jujuy, cuya libertad ha sido exigida por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos. La gente de Podemos ha repudiado la corrupción que envuelve al
presidente argentino como también su desempeño frente a los derechos humanos,
expuesta no sólo frente al caso de Salas, sino en infinidad de conflictos
planteados durante su corto mandato. A la solicitud específica sobre la
dirigente presa, realizada por Podemos, MM contestó que estaba en manos de la
Justicia, la que era independiente.
Algún desprevenido
podría aceptar sus respuestas, porque puede que desconozca que, una de las
primeras medidas tomadas por él, a través de sus famosos Decretos de Necesidad
de Urgencia DNU, fue postular a dos nuevos integrantes a la Suprema Corte de
Justicia, Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti, quienes asumieron el pasado
año, compuesta ahora por cinco miembros, contando a su presidente. ¿El eterno
agradecimiento de estos Ministros, ignorará los requerimientos de quién los
propuso? Hasta un niño dudaría.
Mientras MM intenta
nuevos negocios con España, en su país lo aguardan varias denuncias por fraude
al Estado, sus empresas aéreas pretenden mejorar destinos del interior,
desplazando a Aerolíneas, empresa que es previsible, se la devaste, como todo
patrimonio público.
Jamás, nunca nadie
mostró una ambición tan desenfrenada e inescrupulosa, haciendo temblar la
pesada estructura jurídica de las instituciones de la República. Habida cuenta
de las sangrientas experiencias de las dictaduras, esto es otra cosa. El
neoliberalismo reduce a sainete cómico el ejercicio de la voluntad popular y el
recambio de autoridades a través del voto popular. Estamos frente a un gran
grotesco, un pantagruélico festín de los ricos a costa del hambre de las
multitudes. Aunque lo ignoren y hasta se mofen, los pobres son millones y
pueden hacer tronar el escarmiento.
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