sábado, 26 de mayo de 2018

Perú: Iglesia católica, puerta con dos bisagras

En el caso peruano, el divorcio entre iglesia y sociedad –liderado bajo la batuta del Cardenal Cipriani– ha ido de la mano del enajenamiento de la cada vez más distante relación entre Estado y sociedad, sobre los sectores empobrecidos y excluidos por siglos, como resultado del colonial  Capitalismo Salvaje y su legado el neocolonial e inhumano programa económico neoliberal implantado de los años ‘70 en América Latina.

José Toledo Alcalde /Especial para Con Nuestra América

“Las iniciativas ecologistas pueden terminar encerradas en la misma lógica de la globalización: buscar sólo un remedio técnico a cada problema ambiental que surja es aislar cosas que en la realidad están entrelazadas, y esconder los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial” (20)
Papa Francisco, Laudato si' (Alabado seas, mi Señor)

El Papa Francisco y el arzobispo Pedro Barreto Jimeno
¿El retorno del Papa Francisco al Perú? Todo pareciera ser que la visita del Papa al Perú fue más allá de una anecdótica y protocolar visita misionera. El Sumo Pontífice, de claro perfil no conservador, ideológica, políticamente y eclesiásticamente hablando, dejó en el Perú una clara huella sobre la nueva línea de la Iglesia Católica a nivel mundial y como todo buen estratega político necesita asegurar la consolidación de su posicionamiento así como la continuidad del mismo. Y, en esta línea, creemos, se orienta la elección del Arzobispo de Huancayo Pedro Ricardo Barreto Jimeno como nuevo cardenal.
   
La diferencia del Sumo Pontífice con otros dirigentes mundiales es la modalidad de su elección. Los demás estadistas – elegidos “democráticamente – son electos por la decisión electoral de la población a la cual se deben. Las evidencias nos demuestran que – en realidad- son las megas corporaciones empresariales y financieras las que deciden quien llevará las riendas políticas de los pueblos. En la Iglesia Católica, no son – aparentemente estas corporaciones – sino un grupo de prelados quienes gozan de la absoluta autoridad para imponer la autoridad de espaldas a la opinión de su feligresía a nivel mundial. 

Y, es en ese contexto de búsqueda de equilibrios de fuerzas, al interior de la Iglesia Católica, que el Papa Francisco se mueve desde sus inicios, ¿Y, como lo hace? Simple, tratando de asegurar la mayor cantidad de votos a favor de la continuidad de una línea teológico-eclesiástica  de “ancha base” que frene la estrepitosa caída en pique de una – sino la más – poderosa institución político-religiosa a nivel global. Podríamos decir que antes de hacer del populismo el arma de popularidad político-electoral del Pontífice es la eficacia del círculo de asesores (cardenales) quienes aseguraran la continuidad de la política pontificia de turno.

Como lo señalamos artículo anterior[1], en el Perú, la bisagra (lat. cardo, cardinis), el punto de articulación iglesia-sociedad, estaba demasiada oxidada, a punto de traer abajo la puerta. Y, en eso vino Francisco. Así como vino el presidente Vizcarra en el Perú. Es de esta forma que ingresa en escena el Arzobispo Barreto Jimeno, quien será elegido como cardenal del Perú el próximo 29 de junio a la par con el Arzobispo de Lima y Cardenal Juan Luis Cipriani.

Como sabemos, dentro de las magnánimas facultades de un Pontífice se encuentra, bajo su absoluto criterio, el nominar Cardenales. Existe más de un cardenal en varios países, de los 50 que formaron parte del último Cónclave (2013): México y Canadá 3, Polonia y Francia 4, India, Brasil y España 5, Alemania 6, EEUU 11 e Italia 28. Esta será la primera vez que en el Perú coexistan dos cardenales al mismo tiempo y más aún siendo el recientemente elegido prelado de una curia ajena al arzobispado de Lima. Razones de base tendrá el Pontífice para haber optado por la antítesis del casi jubilado Cardenal Cipriani.

Tres posibles razones de la elección del Arzobispo Barreto Jimeno como Cardenal. 

Primero, las filtraciones de documentos desde el interior de Vaticano (Vatileaks 1 y Vatileaks 2) pusieron al descubierto una de las más grandes redes de corrupción al interior de institución religiosa alguna. El Papa Francisco heredó en bandeja de oro –mal habido– una institución corroída por escándalos a todo nivel. En documentos filtrados – ya en su gestión -  puso sobre la mesa la complejidad que implica realizar reformas estructurales como se las planteó desde el principio.

Quedó claro para el Pontífice latinoamericano que ninguno de los cardenales –consejeros pontificios-  asumió de modo critico la labor de denuncia institucional frente al escenario de histórica corrupción construido por décadas – sino siglos - al interior de la Iglesia.

Ante el inminente descalabro -de aquello que podríamos llamar la “Perestroika Católica”– entre una serie de aportes en el área de testimonio personal (negación signo de riqueza), relaciones políticas multilaterales (no-violencia) y documentos (economía solidaria, defensa medioambiente, respeto a la diversidad de género, etc.), el Pontífice arremetió con la estrategia de captación de miembros del cardenalicio afines con su postura “reformista” dentro y fuera de la Iglesia Católica. De los cuales, sin lugar a dudas, Barreto Jimeno se convierte en una pieza clave en el escenario geopolítico arremetido por olas conservadoras provenientes del Norte.

Segundo, ante el anquilosamiento del ala ultraderechista al interior de la iglesia - y su postura cómplice frente a escándalos como el sexual, eclesiástico, político y económico - el Pontífice Francisco decide (o deciden!) – aunque parezca ironía - “cristianizar” el “programa pontificio-eclesiástico”. Pareciendo – para muchos – la “izquierdización” de la iglesia por el énfasis social que –según el Papa– proviene de la propia fuente de principios de los evangelios (Mt.25). Para muestra – a vuelo de pájaro – la próxima canonización de Monseñor Oscar Arnulfo Romero (14 octubre).

En el caso peruano, el divorcio entre iglesia y sociedad –liderado bajo la batuta del Cardenal Cipriani– ha ido de la mano del enajenamiento de la cada vez más distante relación entre Estado y sociedad, sobre los sectores empobrecidos y excluidos por siglos, como resultado del colonial  Capitalismo Salvaje y su legado el neocolonial e inhumano programa económico neoliberal implantado de los años ‘70 en América Latina.

De allí que el Papa Francisco inicia una proceso de “restitución” del sector conocido como el ala progresista de la iglesia (Teología de la Liberación) y dentro de esta suerte de “redención” ecoteológica-eclesiástica y pastoral la designación de asesores (cardenales) se convierte en una clave sumamente importante de control geopolítico-institucional al interior y exterior de la iglesia. Si no puede cambiar la totalidad de las bisagras (cardenales) eclesiásticas por lo menos incrementa el número de bisagras menos oxidadas.

Pareciera ser que la elección del Arzobispo Barreto Jimeno responde a la necesidad de evitar la hecatombe social en el Perú – no solo eclesiástica - y por consiguiente el empoderamiento del sector socialista a nivel nacional, contracorriente con lo que viene, desastrosamente, sucediendo en la región. 

Una suerte de aceitada –ante el óxido y oxidado Cipriani- de una “crónica de muerte anunciada”. En un contexto político de obscena corrupción e impunidad generalizada en donde la iglesia (élite) y su cardenal han sido cómplices innegables desde los años ’90 con más de 136 conflictos sociales activos y 52 latentes donde – a su vez – el 66.5% de los casos son conflictos socioambientales, el desplazamiento – simbológico y no administrativo – del Arzobispo Barreto Jimeno viene a ser otra muy elegante jugada táctica y estratégica del Pontífice.

Tercero, la clara injerencia del Papa Francisco en asuntos relacionados al tema eco-ambientalista marca su pontificado. Ya cumplidos los tres años de la Carta Encíclica “Laudato si’, mi’ Signore” – “Alabado seas, mi Señor” (24/05/15) el Papa Francisco traza la continuidad del espíritu ecoteológico que asumió el Concilio Vaticano II (Lumen Gentium 41 y Gaudium et Spes 12) al escoger al Arzobispo Barreto Jimeno (vicepresidente de la Red Eclesial Pan Amazónica – REPAM) en la antesala de la realización del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica (octubre 2019). Definiendo de esta manera la línea directriz de un histórico Sinodo que haría del clamor y liberación de la Amazonía su único punto de agenda.

Si bien es cierto será cuasi imposible mover la cimiente del statu quo político-político eclesial de la Iglesia Católica en el Perú – para lo cual se tendría que comenzar cuestionando desde el Vaticano el absurdo privilegio colonial (Concordato) a favor de un justo y equitativo Estado laico - preferimos la gestión del Papa Francisco a las anteriores y de seguro será igual con la gestión a desarrollar por el Arzobispo Barreto Jimeno, antes que renuncie por límite de edad, en caso el Pontífice acepte (no creemos que acepte. Por lo menos hasta después del Sínodo!).

El Papa Francisco no deja de ser un buen ajedrecista. Sus jales realizados en su inmediato entorno auguran un importante viraje de timón en el futuro de la Iglesia Católica. Institución  destinada a perpetuarse debido a su extraordinaria capacidad de mutación político-administrativa y genialidad en la búsqueda de su permanente entronización histórica.

Nos alegra la designación del Arzobispo Barreto Jimeno como signo de reconocimiento a la vigencia del rostro originario del espíritu de la práctica de Jesús.[2] Atinada acción pontificia frente a la falsificación de la praxis y discurso cristiano a la cual se ha visto encadenada históricamente la fe del pueblo. Bienvenido sean los vientos que aproximen la espiritualidad de las comunidades de fe - lo mas cercanamente posible - a la tradición liberadora de un Jesús el galileo que de principio a fin optó por el proyecto de liberación de toda estructura de opresión y enajenación de los pobres y débiles de la historia de los cuales él fue uno más.




[1] José Toledo Alcalde. Benedicto XVI & Pedro Pablo Kuczynski: cuando las coincidencias huelen a conspiración. Quito: Alai. En: https://www.alainet.org/es/articulo/191929. Revisado: 23/05/18.
[2] Ver: Hugo Echegaray. La Práctica de Jesús. 1986. En: http://servicioskoinonia.org/biblioteca/teologica/EchegarayCristologia.pdf. Revisado: 23/05/18. Leonardo Boff. Jesucristo el libertador.1972. En: http://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol18/70/070_boff.pdf. Revisado: 23/05/18. De interés, Leonardo Boff. Cuarenta años de Jesucristo el Liberador. En: Servicios Koinonia: http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=510. Revisado: 23/05/18.

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