En el
caso peruano, el divorcio entre iglesia y sociedad –liderado bajo la batuta del
Cardenal Cipriani– ha ido de la mano del enajenamiento de la cada vez más
distante relación entre Estado y sociedad, sobre los sectores empobrecidos y
excluidos por siglos, como resultado del colonial Capitalismo Salvaje y su legado el
neocolonial e inhumano programa económico neoliberal implantado de los años ‘70
en América Latina.
José
Toledo Alcalde /Especial para Con Nuestra América
“Las iniciativas
ecologistas pueden terminar encerradas en la misma lógica de la globalización: buscar sólo un remedio técnico a cada
problema ambiental que surja es aislar cosas que en la realidad están entrelazadas,
y esconder los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial” (20)
Papa Francisco, Laudato
si' (Alabado seas, mi Señor)
El Papa Francisco y el arzobispo Pedro Barreto Jimeno |
¿El retorno del Papa Francisco
al Perú? Todo pareciera ser que la visita del Papa al Perú fue más allá de una
anecdótica y protocolar visita misionera. El Sumo Pontífice, de claro perfil no
conservador, ideológica, políticamente y eclesiásticamente hablando, dejó en el
Perú una clara huella sobre la nueva línea de la Iglesia Católica a nivel
mundial y como todo buen estratega político necesita asegurar la consolidación
de su posicionamiento así como la continuidad del mismo. Y, en esta línea,
creemos, se orienta la elección del Arzobispo de Huancayo Pedro Ricardo Barreto Jimeno
como nuevo cardenal.
La diferencia del Sumo
Pontífice con otros dirigentes mundiales es la modalidad de su elección. Los
demás estadistas – elegidos “democráticamente – son electos por la decisión
electoral de la población a la cual se deben. Las evidencias nos demuestran que
– en realidad- son las megas corporaciones empresariales y financieras las que
deciden quien llevará las riendas políticas de los pueblos. En la Iglesia
Católica, no son – aparentemente estas corporaciones – sino un grupo de
prelados quienes gozan de la absoluta autoridad para imponer la autoridad de
espaldas a la opinión de su feligresía a nivel mundial.
Y, es en ese contexto de
búsqueda de equilibrios de fuerzas, al interior de la Iglesia Católica, que el
Papa Francisco se mueve desde sus inicios, ¿Y, como lo hace? Simple, tratando
de asegurar la mayor cantidad de votos a favor de la continuidad de una línea
teológico-eclesiástica de “ancha base”
que frene la estrepitosa caída en pique de una – sino la más – poderosa
institución político-religiosa a nivel global. Podríamos decir que antes de
hacer del populismo el arma de popularidad político-electoral del Pontífice es
la eficacia del círculo de asesores (cardenales) quienes aseguraran la
continuidad de la política pontificia de turno.
Como lo señalamos artículo
anterior[1], en el Perú, la bisagra (lat. cardo, cardinis), el punto de
articulación iglesia-sociedad, estaba demasiada oxidada, a punto de traer abajo
la puerta. Y, en eso vino Francisco. Así como vino el presidente Vizcarra en el
Perú. Es de esta forma que ingresa en escena el Arzobispo Barreto Jimeno, quien será
elegido como cardenal del Perú el próximo 29 de junio a la par con el Arzobispo
de Lima y Cardenal Juan Luis Cipriani.
Como sabemos, dentro de las magnánimas facultades de un Pontífice se
encuentra, bajo su absoluto criterio, el nominar Cardenales. Existe más de un
cardenal en varios países, de los 50 que formaron parte del último Cónclave
(2013): México y Canadá 3, Polonia y Francia 4, India, Brasil y España 5,
Alemania 6, EEUU 11 e Italia 28. Esta será la primera vez que en el Perú
coexistan dos cardenales al mismo tiempo y más aún siendo el recientemente
elegido prelado de una curia ajena al arzobispado de Lima. Razones de base
tendrá el Pontífice para haber optado por la antítesis del casi jubilado Cardenal
Cipriani.
Tres posibles razones de la elección del Arzobispo Barreto Jimeno como
Cardenal.
Primero, las filtraciones de documentos desde el interior de Vaticano (Vatileaks 1 y Vatileaks 2) pusieron al descubierto una de las más
grandes redes de corrupción al interior de institución religiosa alguna. El
Papa Francisco heredó en bandeja de oro –mal habido– una institución corroída
por escándalos a todo nivel. En documentos filtrados – ya en su gestión - puso sobre la mesa la complejidad que implica
realizar reformas estructurales como se las planteó desde el principio.
Quedó claro para el Pontífice latinoamericano que ninguno de los
cardenales –consejeros pontificios-
asumió de modo critico la labor de denuncia institucional frente al
escenario de histórica corrupción construido por décadas – sino siglos - al
interior de la Iglesia.
Ante el inminente descalabro -de aquello que podríamos llamar la
“Perestroika Católica”– entre una serie de aportes en el área de testimonio
personal (negación signo de riqueza), relaciones políticas multilaterales
(no-violencia) y documentos (economía solidaria, defensa medioambiente, respeto
a la diversidad de género, etc.), el Pontífice arremetió con la estrategia de
captación de miembros del cardenalicio afines con su postura “reformista”
dentro y fuera de la Iglesia Católica. De los cuales, sin lugar a dudas,
Barreto Jimeno se convierte en una pieza clave en el escenario geopolítico
arremetido por olas conservadoras provenientes del Norte.
Segundo, ante el anquilosamiento del ala ultraderechista al interior de
la iglesia - y su postura cómplice frente a escándalos como el sexual,
eclesiástico, político y económico - el Pontífice Francisco decide (o deciden!)
– aunque parezca ironía - “cristianizar” el “programa pontificio-eclesiástico”.
Pareciendo – para muchos – la “izquierdización” de la iglesia por el énfasis
social que –según el Papa– proviene de la propia fuente de principios de los
evangelios (Mt.25). Para muestra – a vuelo de pájaro – la próxima canonización
de Monseñor Oscar Arnulfo Romero (14 octubre).
En el caso peruano, el divorcio entre iglesia y sociedad –liderado bajo
la batuta del Cardenal Cipriani– ha ido de la mano del enajenamiento de la cada
vez más distante relación entre Estado y sociedad, sobre los sectores
empobrecidos y excluidos por siglos, como resultado del colonial Capitalismo Salvaje y su legado el neocolonial e inhumano programa económico neoliberal
implantado de los años ‘70 en América Latina.
De allí que el Papa Francisco inicia una proceso de “restitución” del
sector conocido como el ala progresista de la iglesia (Teología de la
Liberación) y dentro de esta suerte de “redención” ecoteológica-eclesiástica y
pastoral la designación de asesores (cardenales) se convierte en una clave
sumamente importante de control geopolítico-institucional al interior y
exterior de la iglesia. Si no puede cambiar la totalidad de las bisagras
(cardenales) eclesiásticas por lo menos incrementa el número de bisagras menos
oxidadas.
Pareciera ser que la elección del Arzobispo Barreto Jimeno responde a
la necesidad de evitar la hecatombe social en el Perú – no solo eclesiástica -
y por consiguiente el empoderamiento del sector socialista a nivel nacional,
contracorriente con lo que viene, desastrosamente, sucediendo en la
región.
Una suerte de aceitada –ante el óxido y oxidado Cipriani- de una
“crónica de muerte anunciada”. En un contexto político de obscena corrupción e
impunidad generalizada en donde la iglesia (élite) y su cardenal han sido
cómplices innegables desde los años ’90 con más de 136 conflictos sociales
activos y 52 latentes donde – a su vez – el 66.5% de los casos son conflictos
socioambientales, el desplazamiento – simbológico y no administrativo – del
Arzobispo Barreto Jimeno viene a ser otra muy elegante jugada táctica y
estratégica del Pontífice.
Tercero, la clara injerencia del Papa Francisco en asuntos relacionados
al tema eco-ambientalista marca su pontificado. Ya cumplidos los tres años de
la Carta Encíclica “Laudato si’,
mi’ Signore” – “Alabado seas, mi Señor” (24/05/15) el Papa Francisco traza
la continuidad del espíritu ecoteológico que asumió el Concilio Vaticano II (Lumen Gentium 41 y Gaudium et Spes 12) al escoger al Arzobispo
Barreto Jimeno (vicepresidente de la Red Eclesial Pan Amazónica – REPAM) en la
antesala de la realización del Sínodo de los Obispos para la región
Panamazónica (octubre 2019). Definiendo de esta manera la línea directriz de un
histórico Sinodo que haría del clamor y liberación de la Amazonía su único punto
de agenda.
Si bien es
cierto será cuasi imposible mover la cimiente del statu quo político-político eclesial de la Iglesia Católica en el
Perú – para lo cual se tendría que comenzar cuestionando desde el Vaticano el
absurdo privilegio colonial (Concordato)
a favor de un justo y equitativo Estado laico - preferimos la gestión del Papa
Francisco a las anteriores y de seguro será igual con la gestión a desarrollar
por el Arzobispo Barreto Jimeno, antes que renuncie por límite de edad, en caso
el Pontífice acepte (no creemos que acepte. Por lo menos hasta después del
Sínodo!).
El Papa
Francisco no deja de ser un buen ajedrecista. Sus jales realizados en su
inmediato entorno auguran un importante viraje de timón en el futuro de la
Iglesia Católica. Institución destinada
a perpetuarse debido a su extraordinaria capacidad de mutación
político-administrativa y genialidad en la búsqueda de su permanente
entronización histórica.
Nos alegra la
designación del Arzobispo Barreto Jimeno como signo de reconocimiento a la
vigencia del rostro originario del espíritu de la práctica de Jesús.[2] Atinada
acción pontificia frente a la falsificación de la praxis y discurso cristiano a
la cual se ha visto encadenada históricamente la fe del pueblo. Bienvenido sean
los vientos que aproximen la espiritualidad de las comunidades de fe - lo mas
cercanamente posible - a la tradición liberadora de un Jesús el galileo que de
principio a fin optó por el proyecto de liberación de toda estructura de
opresión y enajenación de los pobres y débiles de la historia de los cuales él
fue uno más.
[1]
José Toledo Alcalde. Benedicto XVI &
Pedro Pablo Kuczynski: cuando las coincidencias huelen a conspiración. Quito:
Alai. En: https://www.alainet.org/es/articulo/191929.
Revisado: 23/05/18.
[2]
Ver: Hugo Echegaray. La Práctica de Jesús.
1986. En: http://servicioskoinonia.org/biblioteca/teologica/EchegarayCristologia.pdf.
Revisado: 23/05/18. Leonardo Boff. Jesucristo el libertador.1972. En: http://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol18/70/070_boff.pdf.
Revisado: 23/05/18. De interés, Leonardo Boff. Cuarenta años de Jesucristo el Liberador. En: Servicios Koinonia: http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=510.
Revisado: 23/05/18.
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