El triunfo electoral de
Maduro fue contundente pero EEUU se prepara para dar la batalla en otro plano.
El pueblo venezolano sabe defenderse y Nuestra América sabrá darle todo la
solidaridad necesaria para rechazar cualquier invasión.
Marco A. Gandásegui, h. / Para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá
La contundencia del
triunfo del presidente Nicolás Maduro y su Partido Socialista Unido Venezolano
(PSUV) en la elecciones del domingo pasado en Venezuela no fue una sorpresa.
Tres elementos explican la victoria electoral de los ‘chavistas’ en la patria
de Bolívar. En primer lugar, el pueblo venezolano está convencido que la
solución de la crisis está en sus propias manos. En segundo lugar, una
oposición política obtusa que cree que la solución de la crisis está en manos
de EEUU. En tercer lugar, Washington y el presidente Trump creyeron que la crisis
terminaría a punta de amenazas de una intervención militar Estaban seguros de
que el pueblo ‘no bajaría de los cerros’ para llegar a las urnas.
Después de 20 años en
el poder, sin embargo, el movimiento bolivariano fundado por Hugo Chávez sigue
enfrentando al mismo adversario: EEUU. Así como tantos otros gobernantes
independientes desde Perón (Argentina) y Arbenz (Guatemala), hasta Lugo
(Paraguay), Zelaya (Honduras) y Dilma (Brasil) en el siglo XXI, pasando por
Bosch y Camaño (República Dominicana), Torres (Bolivia y Allende (Chile). Todos
se enfrentaron a EEUU y fueron derrotados por la enorme máquina militar y
económica de EEUU. La única excepción fue Cuba que contó con una dirección
excepcional de las mujeres y hombres que rodeaban a Fidel Castro.
Los herederos de
Chávez, con Maduro a la cabeza, pretenden emular a Fidel. Cuentan con el apoyo
de un pueblo aguerrido de mil batallas, desde Bolívar hasta el presente.
Los votos acababan de
ser contados y antes de que Maduro fuera proclamado presidente por segunda vez,
el presidente Trump anunció nuevas ‘sanciones’ económicas para ahogar la
economía venezolana. En esta ocasión, el objetivo de la Casa Blanca es golpear
directamente a la empresa privada de Venezuela. Al pueblo venezolano, más de 35
millones de habitantes en el país, lo tiene asfixiado desde hace muchos años.
EEUU ha bloqueado el ingreso al país de alimentos, medicamentos, materiales de
construcción e, incluso, productos de lujo. Los países europeos se han visto
obligados por Washington de seguir sus instrucciones cerrando las vías
comerciales transoceánicas. Los países latinoamericanos han sido más
reticentes, pero se están sometiendo a las órdenes del norte.
En el caso de Panamá,
cuando EEUU le torció el brazo, los gobernantes en el Istmo se sometieron a las
órdenes y bloquearon las operaciones financieras de Caracas en el centro
bancario panameño. Maduro reaccionó de una vez con medidas de retorsión y
obligó a Panamá a retroceder. La semana pasada, en otra aventura mal concebida
por el gobierno panameño, se comprometió con el gobierno israelí a abrir el
caso de un avión que cayó con empresarios de origen judío que viajaba de la
ciudad de Panamá hacia la Zona Libre Colón.
El presidente Trump
anunció que todas las empresas venezolanas – relacionadas con la extracción,
procesamiento y distribución de petróleo y sus derivados – no tendrán acceso a
financiamiento por parte de las redes bancarias que operan en EEUU. Las
empresas privadas venezolanas dependen de las líneas de crédito de los bancos norteamericanos
que operan basados en las garantías que ofrece la producción actual y en el
futuro de petróleo venezolano.
Fueron estas decisiones
que tomó el presidente Kennedy en 1960 contra la Revolución cubana que agudizó
la crisis entre esos dos países y disparó el éxodo de los empresarios de la
isla. Un año más tarde Kennedy lanzó el ataque militar contra Cuba que fue
aplastado en Playa Girón por el Ejército Rebelde
EEUU tiene dos
escenarios bélicos muy calientes en la actualidad. Por un lado, Trump amenaza a
Corea del Norte que tiene que someterse, con negociaciones o sin negociaciones.
Por el otro, el secretario de Estado Pompeo hace un llamado a que el pueblo de
Irán se levante contra los ‘Ayatolas’. Pretende que una “alianza entre árabes y
el Estado Israel acabe con el gobierno de Teherán”.
En América del Sur,
Washington cree que con aliados como Argentina, Brasil y Colombia puede invadir
a Venezuela. Estos países darían el primer impulso para dejarle el camino
abierto al Comando Sur que ya tiene tropas especiales en las islas holandesas
del Caribe, Panamá, Honduras y Florida.
El triunfo electoral de
Maduro fue contundente pero EEUU se prepara para dar la batalla en otro plano.
El pueblo venezolano sabe defenderse y Nuestra América sabrá darle todo la
solidaridad necesaria para rechazar cualquier invasión.
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