Lo que está sucediendo
en Nicaragua es de máxima gravedad. Es, junto con Costa Rica, el único país de
América Central que mantiene líneas políticas, económicas, sociales y de
seguridad que tratan de ir más allá de la ortodoxia neoliberal, aunque de
manera contradictoria y ambivalente, en una región sumida en la miseria y la violencia.
Silvina Romano, Aníbal García, Tamara Lajtman, Arantxa
Tirado, Lucía Converti y Javier Calderón / CELAG
Un artículo propagado
por la prensa hegemónica estadounidense califica las recientes manifestaciones
y represión en Nicaragua como “primavera democrática”. Asegura que “los
jóvenes nicaragüenses han puesto en marcha su propia versión de la Primavera
Árabe” y que “Ortega parece haber perdido su manejo de las multitudes y ahora
está acorralado”. Dato curioso, además, que el artículo elige la frase de un
empresario como título: “Nicaragua cambió (…) La Nicaragua de hace una semana
ya no existe”. Las nociones de primaveras democráticas, “multitudes” y “cambio”
llaman la atención, pues recuerda a procesos anteriores que parece necesario
revisar.
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