Tanto
de resultar electo Falcón, como en el caso de que lo sea Maduro, se requiere
llegar a acuerdos.
Leopoldo
Puchi / Enfoque
La
manera en que ha ido evolucionando el proceso electoral va delineando
escenarios futuros, diversas hipótesis sobre la evolución de los
acontecimientos. Un primer elemento a considerar es que la base de partida de
la intención de voto reflejada por cerca de la totalidad de las empresas encuestadoras
indica que la sumatoria de la tradicional votación de la oposición más la
proveniente del descontento, daría como vencedor a Henri Falcón. En este
sentido, vale destacar que las votaciones se celebrarán en medio de grandes
dificultades económicas que afectan fuertemente las condiciones de vida de la
gente.
Sin
embargo, todavía está por despejarse si los resultados definitivos se
corresponderán con estos datos de partida, puesto que hay que tomar en
consideración que la candidatura de Nicolás Maduro dispone de un sólido
respaldo electoral sustentado en un
amplio universo político y cultural de carácter popular que se ha venido fraguando a lo largo de varios
lustros y que está bien estructurado y organizado.
Del
mismo modo, hay que tener en cuenta que la percepción que tiene la gente sobre
los problemas económicos no carga
exclusivamente la responsabilidad de estos sobre el Gobierno. En el estudio reciente de actitudes políticas
Ratio-Ucab al preguntarse sobre quién es el responsable del desabastecimiento
solo 39% afirma que es Maduro y el Gobierno, mientras que 30% lo atribuye a la
guerra económica, 7% a la crisis económica mundial, 6% a la oposición, 6% a los
militares y 12% no sabe o no responde.
Por
otra parte, a la hora de evaluar el escenario previsible del 20 de mayo no debe
ignorarse que diversos sectores agrupados en el denominado Frente Amplio han
decidido no concurrir a las elecciones, lo que indudablemente pudiera afectar
la opción del candidato opositor que participa en la contienda. No obstante, el
llamado a la abstención no parece calar con la fuerza que inicialmente
mostraba, por lo que ha podido notarse una actitud reflexiva hacia la
participación, lo que ha sido acompañado
por los recientes llamados a votar de importantes voceros de organizaciones y
gremios de la oposición. De modo que Falcón tendría muchas probabilidades de
ganar, de convencer definitivamente a una porción mayoritaria de ese
electorado.
Tanto
de resultar electo Falcón, como en el caso de que lo sea Maduro, se requiere
llegar a acuerdos. Si es Falcón el nuevo presidente, habría que trabajar la
transferencia de mando de forma de alcanzar un acuerdo de cohabitación en el
conjunto de los poderes públicos y de garantías. Y de ser reelecto Maduro,
también habría que comenzar un nuevo diálogo entre el Gobierno y las dos
vertientes de la oposición, los partidarios de la abstención y los de la
participación, una mesa de negociaciones para establecer las bases de la
convivencia para los próximos años y, sobre todo, para hacerle frente a la
hiperinflación con un programa económico. Un asunto en el que se le va la vida
a todos los venezolanos.
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