El absurdo político se impone en el Perú y América Latina
como norma de intromisión. Estamos asistiendo a la modalidad de las
autoproclamaciones presidenciales. Una suerte de imposición de gobiernos
paralelos sin respaldo popular. Decisiones trasnochadas respaldadas por los
oscuros tentáculos del poder detrás del trono, donde sin lugar a dudas vemos
moverse la sombra de Washington y sus injerencistas y patológicas pretensiones
de poder.
José Toledo
Alcalde / Para Con Nuestra América
Mercedes Araoz, fugaz "presidenta interina" del Perú. |
Juan Guaidó en Venezuela fue la ecuación perfecta de
Washington para deslegitimar al gobierno bolivariano. Ahora existen pruebas
suficientes, presentadas en la ONU, y otras instancias internacionales, que
evidencian el perfil delictivo del autoprolamado y toda la maquinaria criminal detrás de su elección. Los actuales acontecimientos
en el Perú confirman que la fórmula de injerencia abre un capítulo de
intromisión de mayor sofisticación.
El 5 de abril 1992 Alberto Fujimori disolvió el Congreso
de la República del Perú abriendo el más nefasto capítulo económico de la
historia peruana. El gobierno de facto de
Fujimori y la creación de una carta constitucional impuesta por los grupos de
poder donde sus redactores como el empresariado peruano(CONFIEP) y Washington (Agencia
de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID y la Fundación
Nacional para la Democracia, NED) crearon las bases legales para el suqueo del
erario y estafa pública.
En el Perú, este pasado 30 de septiembre de 2019 se dió
por segunda vez el absurdo político de la imposición de un gobierno paralelo.
Ahora el disuelto Congreso peruano proclamó a la cuestionada vicepresidenta
Mercedes Araoz como “presidenta interina” del Perú y en la máxima expresión de
irracionalidad la bancada fuji-aprista confrontan al ejecutivo amenazando con no
abandonar el Congreso.
El contexto de la disolución se da en medio de la
elección del todo poderoso Tribunal Constitucional (TC). Según lo expresado por
el ex Premier Salvador del Solar la ausencia de transparencia y las oscuras
intenciones de la bancada fuji-aprista en la elección de la más alta esfera
jurídica constitucional contribuía con el incremento de la aguda crisis por la
cual atraviesa el país.
A pesar de la solicitud del nuevo voto de confianza solicitado
por el ejectivo y negado por el legislativo, los defenestrados legisladores
insistieron en elegir al TC, vacar a la
presidencia de república y como resultado nombrar a Araoz como presidenta
interina. Absurdo!
Dicho acto anticonstitucional, la elección de un gobierno
paralelo, lo único que demuestra es la falencia del sistema democrático liberal
en donde al pueblo como gran excluído de toda representación directa lo único
que le queda son las calles como tribuna democrática de manifestación pública
de cambio.
La decisión de cierre del Congreso se materializó
mediante el Decreto Supremo No 165-2019-PCM el cual a letra
sentencia: Artículo 1.- Disolución del Congreso de la República. Disuélvase el Congreso de la República por haber negado
la confianza a dos Consejos de Ministros del gobierno elegido para el periodo
2016-2021, manteniéndose en funciones la Comisión Permanente. Artículo 2.- Revocatoria del mandato parlamentario.
Revóquese el mandato parlamentario de los congresistas que no integran la
Comisión Permanente. Carece de validez y eficacia jurídica todo acto relativo a
la función parlamentaria realizado por los congresistas cuyo mandato ha sido
revocado. Artículo 3.- Convocatoria a
elecciones Convóquese a elecciones para un nuevo Congreso, para el día
domingo 26 de enero de 2020, para que complete el periodo constitucional del
Congreso disuelto, incluida la Comisión Permanente. Artículo 4.- Refrendo El presente Decreto Supremo es refrendado
por el Presidente del Consejo de Ministros.
Con justa razón el pueblo celebra en las calles. Representaciones
como el Movimiento Nuevo Perú y demás organizaciones políticas, contrarias a la
continuidad del estado de impunidad y corrupción, celebran la posibilidad de
convocar a nuevas elecciones y la instauración de una Asamblea Cosntituyente la
cual se encuentre en condiciones de brindar a la población las garantías
democráticas respeto a la defensa su soberanía y legitimos derechos.
Lo que nos queda claro, en medio de tanta maleza, es que
tanto el golpe del ´92 así como toda la historia posterior de corrupción e
impunidad, y lo sucedido este pasado 30 de septiembre, ha contado con el aval
de Washingron. Desde la autoproclamación de
facta de Fujimori hasta la proclamación de Vizcarra, y la de facta elección presedencial de la vicepresidenta
Araoz cuestionada por su responsabilidad en los asesinatos del caso Bagua, el
lineamiento de la gobernabilidad del estado peruano se ha encontrado
monitoreado por dictamenes de Washington.
Pareciera ser que el desgastado Congreso de la República,
el desborde de una lógica de corrupción a todas luces impune, debilita las
pretenciones hegemónicas del país del norte quien cuenta con el Perú como uno
de sus principales peones en su incesante búsqueda de control geoestratégico. Según
la lógica del hegemón, quien siempre ha burlado la insastifacción del pueblo,
tiene más de una ficha política para las siguientes elecciones. No será fácil
que Washington deje el poder en el Perú.
Celebramos el cierre del congreso. Pero está claro que el
quiebre del sistema involucra a todos los poderes del estado. La satanización
de la izquierda como fuerza política alternativa seguirá liderando titulares.
La asociación de toda representación de fuerzas progresistas con el gobierno
Bolivariano de Venezuela seguirá siendo la muletilla conspiradora del statu quo y sobre esta base Washington
aspira a copar, nuevamente, el legislativo y seguir con la lógica de control
desde el aparato estatal en su totalidad sin alterar las bases del saqueo
enquistadas en la nefasta Constitución del ´93.
Ironías de la historia. Fujimori disolvió el congreso
concentrando poderes en torno a un grupo de saqueadores y mercenarios del poder
enquistados en el estado. 27 años después los fujimoristas son desalojados del
Congreso de la República. De golpeadores a golpeados!
Finalmente, nos reafirmamos en lo dicho el 05 de mayo de
2018: Lo sabemos, el problema es
estructural y no coyuntural. Y, las estructuras no pueden ser cambiadas ni un
milímetro siguiendo el distorsionado formato político que tenemos hoy. Somos
consientes que una nueva Carta Magna no garantiza cambios de conciencia ni que
se elevará la calidad ético-moral de los funcionarios públicos. De allí la
exigencia de un nuevo cuerpo jurídico-legislativo sin opción a que transe con
la impunidad y crimen institucionalmente organizado. Debemos atrevernos a
transitar el camino de la transformación con justicia, equidad y dignidad.
Trascender lo anecdótico, cómico y patético de la política dejando de lado todo
tipo de dicotomías donde se considere la “clase política” jerárquicamente
contraria al Pueblo
verdadero sujeto político soberano.[1]
El pueblo tiene la palabra!
[1] Alai.
José Toledo Alcalde. El Presidente en su
laberinto. En: https://www.alainet.org/es/articulo/193407. Revisado: 01/10/19.
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