Cuando la comunidad latinoamericana e internacional felicita a la República
Popular China, la Nueva China, por los enormes logros alcanzados desde su
fundación hace 70 años, en general se pregunta: ¿De dónde viene China y a dónde
irá? ¿Qué tipo de mundo está promoviendo China? ¿Cómo se llevará con el mundo?
Yin Xiaotong / Página12
En respuesta a estos problemas, el
gobierno chino publicó el viernes pasado su primer libro blanco integral
"China y el mundo en la nueva era". Utilizando ejemplos y datos,
revisó exhaustivamente los logros del desarrollo y las importantes
contribuciones al mundo. Expuso de manera integral y sistemática las relaciones
de China con el mundo, respondió a las principales preocupaciones de la
comunidad internacional y declaró claramente que China siempre ha sido
firmemente constructor de la paz mundial, contribuyente al desarrollo global,
defensor del orden internacional, demostrando la sinceridad, la determinación y
la responsabilidad de un gran país.
En el curso del desarrollo humano, 70
años es solo una gota en el océano, pero para la Nueva China, significa un gran
cambio. El pueblo chino se ha apoyado en la autosuficiencia y el trabajo duro,
y ha experimentado décadas en el proceso de desarrollo que los países
desarrollados han experimentado durante cientos de años, creando un milagro de
desarrollo sin precedentes en la historia humana e inyectando energía positiva en
la paz y el desarrollo mundial. El libro blanco revisa con orgullo la historia
de la fortaleza económica del país, la mejora de la calidad de vida de las
personas y la influencia significativa del estatus internacional desde el 18°
Congreso Nacional del Partido Comunista de China, señalando que China ha
crecido interactuando con el mundo, promoviendo la paz y el desarrollo mundial.
China, como país de gran escala,
avanzará hacia la modernización de manera pacífica, lo que inevitablemente
traerá una influencia general al mundo. En este sentido, el libro blanco se ha
elaborado tanto sobre el concepto de desarrollo como sobre la acción real.
En primer lugar, China se ha embarcado
en un camino adecuado para su propio desarrollo. La elección del camino es crucial
para el éxito o el fracaso de un país. En los tiempos modernos, muchos países
en desarrollo han llevado a cabo arduas exploraciones al respecto y algunos han
copiado el modelo occidental, pero tal vez este modelo no corresponde con sus
características locales y esto ha causado serios problemas económicos y
sociales. Bajo el liderazgo del Partido Comunista de China, la Nueva China ha
encontrado un camino de desarrollo correcto para el socialismo con
características chinas.
Otro aspecto de la historia de 70 años
de la Nueva China ha sido acompañado por una "teoría de la amenaza de
China". En este sentido, el libro blanco señaló que este argumento tiene
malentendidos cognitivos, prejuicios profundamente arraigados, desequilibrios
psicológicos causados por el crecimiento del poder y distorsiones deliberadas
para salvaguardar sus propios intereses.
"Cuando el mundo es bueno, China
puede ser buena; cuando China es buena, el mundo es mejor". Esta es la
verdad que ha demostrado la práctica de desarrollo de China en los últimos 70
años, y también es la tendencia de los tiempos. No importa cómo cambie la
situación internacional, no importa cómo se desarrolle, China nunca buscará la
hegemonía, nunca se expandirá, nunca buscará la esfera de influencia, y estará decidida
a contribuir a construir un mundo mejor.
Desde la fundación de la Nueva China,
las relaciones con América Latina están sin duda en su mejor momento. En los
últimos años ha aumentado la cooperación comercial, financiera, tecnológica,
educativa, y con los años seguramente la cooperación será cada vez más
profunda.
En los últimos años más países
latinoamericanos establecieron relaciones diplomáticas con la República Popular
China como ser Panamá, República Dominicana y El Salvador.
A pesar del gran avance en las
relaciones, sabemos que esto no es fácil ni sencillo debido a las grandes
distancias geográficas, diferencias culturales y al desconocimiento mutuo que
todavía aún persiste.
Pero el crecimiento de las relaciones
ha sido rápido y constante. Por ejemplo desde la entrada de China en la
Organización Mundial del Comercio (OMC), las exportaciones latinoamericanas a
China han pasado de representar un 1,5 % del total en 2001 a un 10 % en 2017. Y
con respecto a lo educativo, es considerable el aumento de la cooperación entre
universidades que permiten que en un futuro cercano haya más intercambios de
alumnos, docentes y de investigadores. Cada vez más latinoamericanos estudian
el mandarín en China a través de becas de grado y postgrado para cursar en China,
como el crecimiento de chinos que estudian español, habiendo al día de hoy casi
90 universidades que lo enseñan en todo el país.
China debe ser vista como una
oportunidad y no como una amenaza para América Latina y el mundo, el avance del
país en estos 70 años lo ha demostrado.
Yin Xiaotong es Directora
del Departamento de Español de la Radio Internacional de China
No hay comentarios:
Publicar un comentario