Tanto la reciente resolución de la Asamblea
Nacional sobre un “Acuerdo Político Integral”, como el diálogo iniciado en la
Casa Amarilla entre el Ejecutivo y sectores de la oposición se encuadran dentro
de una visión que apunta hacia la búsqueda de entendimientos entre los factores
en pugna en la dimensión local de las tensiones actuales.
Leopoldo
Puchi / El Universal
En ambas iniciativas, se ha dejado de lado el
condicionante previo de la salida de Nicolás Maduro antes de la realización de
elecciones presidenciales y no se establecen fechas topes para que un evento de
esta naturaleza tenga lugar. De manera que pudieran concretarse acuerdos
parciales sobre el fortalecimiento institucional y renovación acordada de los
poderes públicos, así como el adelanto de acciones comunes para aliviar la
carga de la situación económica sobre la población.
ACUERDOS
Se comienza a transitar, con mayor o menor
empuje según los actores, un camino distinto al iniciado en enero con la
estrategia de poder dual y la denominada “Operación Libertad”, una vez que se
ha constatado el fracaso de los intentos de provocar un levantamiento militar y
descartada transitoriamente la opción de una intervención en Venezuela de
fuerzas armadas extranjeras.
La iniciativa de la “Mesa de Diálogo Nacional” y
el “Acuerdo Político Integral” pudieran concretarse en fases sucesivas que
tendrían como núcleo inicial las decisiones relacionadas con la elección
parlamentaria del año entrante. También es probable que se reanuden las
conversaciones promovidas por Noruega, pero quizás se adopte un esquema más
flexible que permita acuerdos sin necesidad de que se abarquen todos los puntos
en discusión.
SANCIONES
Ambas iniciativas de entendimiento, tanto la de
los llamados partidos “minoritarios” como la de los “mayoritarios”, han sido
severamente cuestionadas por otros factores muy dinámicos de la oposición que
encuentran en María Corina Machado su figura representativa, y que tienen el
respaldo de círculos sociales y medios de comunicación nacionales y extranjeros
muy influyentes.
Esta presión pudiera conducir a que los partidos
que en el parlamento han comenzado a introducir modificaciones en la estrategia
política avancen con lentitud, se contengan o incluso retrocedan por temor a
las redes y a la pérdida de respaldo de los núcleos más activos de la
colectividad opositora.
Por otra parte, vale destacar que las dos iniciativas
políticas señaladas estarán condicionadas por la evolución del conflicto en el
que se enfrentan los gobiernos de Estados Unidos y de Venezuela por razones
específicas de carácter geopolítico.
El esquema de un cambio de gobierno por la vía
de un poder dual diplomático en el exterior, las sanciones y el embargo
financiero y petrolero responde a esas tensiones. De manera que habría que ver
hasta qué punto Washington consideraría conveniente la realización de acuerdos
parciales.
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