Nixon
y Lenín (Macri, Bolsonaro, Vizcarra, Duque y aliados) son actores del mismo
programa de control global. La supremacía del control financiero por medio de
la guerra y la pobreza tiembla, se resquebraja, con resistencias como de los
pueblos indígenas del Ecuador, quienes tienen muy en claro el maquillaje que
Lenín quiere hacer a la derogación del decreto 883, que trae bajo mangas un
decreto en donde el FMI no piensa perder.
José Toledo
Alcalde / Para Con Nuestra América
Lenín Moreno, presidente de Ecuador |
Richard
Nixon y Lenín Moreno, felones. Ambas personalidades, bajo criterios ajenos al
sentir de sus pueblos marginalizados, tomaron decisiones de las cuales la
censura ciudadana les pasó factura. Traemos a estas dos personalidades a razón
de la histórica necesidad de releer nefastos y crueles acontecimientos
sucedidos como resultado de fatídicas decisiones de grupo de poder las cuales,
a manera de monstruosa maldición, suelen repetirse una y otra vez.
No
debe seguirse considerando parte del anecdotario de la historia estadísticas de
bajas humanas como resultado de conflictos irresueltos. 1.1 millón de vietnamitas
muertos, 4.000 soldados coreanos del sur y 58.000 estadounidenses muertos en
Vietnam no es sólo un holocausto más en la historia y borrón y cuenta nueva. 8
muertos, 1.192 personas detenidas, 1.340
personas heridas, 650 detenidas, 13 periodistas
encarcelados y 9 medios de comunicación intervenidos en los últimos conflictos
en el Ecuador no son solamente números perfectamente informados, son vidas
sacrificadas en el altar de dioses insaciables. La relación entre Nixon y Lenín
es la suprema valoración de los números sobre la vida; la teología de la deidificación
de la razón.
El
Capitalismo “salvaje”, como lo llamó Juan Pablo II, ó “monstruosa fabrica de
muerte” en palabras de Franz Hinkelammert , nació para no morir sino
ser transformado en algo peor y todo base a proyecciones de su propia
monstruosidad. El Capitalismo está condenado a devorarse a sí mismo como
resultado de su inagotable necesidad de autodestrucción, y en aquel proceso lo
único que busca es repetir su programa de iniquidades perfeccionando su lógica
de aniquilamiento y control.
Es así
como el monstruo tiene vida, como por ejemplo: “Los momentos de caída de la
bolsa de valores de Nueva York, son momentos predilectos para el funcionamiento
de esta fábrica de muerte móvil. Cuando empieza a producir muertos, la bolsa
empieza a revivir. La bolsa, por ende, resulta ser un Moloc que vive de la
muerte de seres humanos […] Es evidente que se necesita de monstruos para
legitimar el funcionamiento de esta fábrica de muerte. Estos monstruos tienen
que ser tan malos, que la fábrica de muerte se torne inevitable y la única
respuesta posible […]Actualmente es evidente que se está construyendo un
supermonstruo, una Hydra cuyas cabezas son estos monstruos del momento. Se le
cortan cabezas, y a la Hydra le nacen nuevas. La fábrica de matar, entonces,
tiene que perseguirlas para cortarlas también. La forma de hablar acerca de
estas masacres, revela lo que ellas son […] `liquidar`, eliminar`, `extirpar` y
`exterminar`. Este es el lenguaje de todas las fábricas de muerte del siglo XX
[, XXI y esperemos que no sea así en el XXII]”.[1]
Nixon mintió a su
pueblo al decir que ganarían una guerra perdida de antemano, Lenín Moreno hace
lo mismo. Ambos hicieron de la guerra y pobreza medios de lucro de una de las
cabezas del monstruo, el FMI. Los únicos que ganan son la industria de las
armas y el sistema financiero internacional.
Lenín en diálogo con
los pueblos indígenas del Ecuador (13/10/19) juró que el decreto 883 defendía
al pueblo; el pueblo se encargó de desmentirlo. No se puede decir que el
extinto decreto 883 beneficiaría al pueblo, como no se pudo decir , bajo ningún
criterio moral, que la guerra de Vietnam (y todas las demás) beneficiaría al
pueblo norteameriano y la seguridad del planeta.
¿Cómo puede beneficiar
a los pueblos ajustes estructurales consecuencia de préstamos como en el
Ecuador de 4.209 mil millones de dólares al FMI y 6.000 mil millones a
organismos internacionales? Pareciera ser la consigna, “prestar y exterminar
primero, dialogar después”.
Mientras exista
injusticia los préstamos nunca cesarán. Los inhumanos intereses del monstruo
hacen de las migas financieras eternos programas de esclavitud como eternas se
hacen las guerras con la injerencia e invasiones de bases militares. Los
préstamos así como las guerras se hacen para nunca terminar como para nunca
terminar se hacen las malvadas manipulaciones semánticas donde a la “opresión”
se le llama “liberación” y a la “dictadura del mercado” se la bautiza como
“democracia representiva”.
¿Cómo se puede
beneficiar al pueblo suprimiendo subsidios a los combustibles subiendo en el
Ecuador la gasolina extra de US$1,85 el galón (casi cuatro litros) a US$2,30 y
el diésel de US$1,08 $ a US$2,27? Si se quiere beneficiar al pueblo que se
elimine los subsidios a los que más tienen, eleven impuestos a las
corporaciones y redistribuya de forma equitativa las ganancias del petroleo,
mineria y demás recursos energéticos.
La relación de Nixon y
Lenín es el elemento fetichista de su razón ideológica de ser. Estados de
servidumbre incondicional al monstruo. Una suerte de relaciones de lealtad al Capital donde única y exclusivamente son
las corporaciones privadas las beneficidas. Viven de la muerte de los demás
como la Bolsa de “valores” y el FMI.
En palabras de
Hinkelammert: “La estrategia de la globalización – realizada por medio de los
ajustes estructurales – ha borrado los derechos humanos de la vida humana. Los
ajustes estructurales dejan sin efecto los logros anteriores en materia de
derechos – derechos de la vida, salud, educación, alimentación, vivienda – y
hacen imposible volver a recuperarlos. Los han sustituido por la absolutización
de los derechos de las empresas – derechos de propiedad privada – como únicos
derechos reconocidos”. [2]
Nixon
y Lenín (Macri, Bolsonaro, Vizcarra, Duque y aliados) son actores del mismo
programa de control global. La supremacía del control financiero por medio de
la guerra y la pobreza tiembla, se resquebraja, con resistencias como de los
pueblos indígenas del Ecuador, quienes tienen muy en claro el maquillaje que
Lenín quiere hacer a la derogación del decreto 883, que trae bajo mangas un
decreto en donde el FMI no piensa perder.
Así
como Nixon debió entender que no existe guerra santa, sino inicuo monstruo; ni
hermano mayor, ni policía del planeta. Lenín debe entender que la anacrónica
deuda es inhumana: “Su condonación no es un acto de solidaridad como pretende
la izquierda del capital, sino un acto de justicia, de restitución histórica
por el saqueo que durante más de cinco siglos han perpetuado el capital y los estados,
primero de Europa y luego de USA y Japón de las riquezas, los recursos
naturales y el trabajo de los pueblos de América, Asia y África”.[3]
[1] Franz
Hinkelammert. El asalto al poder mundial
y la violencia sagrada del imperio. San José, Costa Rica: DEI, pp.67-68,
2003.
[2] Hinkelammert, p.23, 2003.
[3] Casapueblos.Un repaso a la historia del FMI. En: Rebelión: https://www.rebelion.org/hemeroteca/economia/040615cp.htm (15/07/04)
No hay comentarios:
Publicar un comentario