Las
elecciones panameñas del domingo, 5 de mayo, arrojaron los resultados
esperados. Las propuestas de continuidad en materia de políticas neoliberales
por parte de los 6 candidatos presidenciales de los partidos tradicionales (y
los de 'libre postulación') recibieron un apoyo casi total. La única
alternativa diferente del Frente Amplio por la Democracia (FAD) sólo recibió el
uno por ciento de los votos emitidos.
Marco A. Gandásegui, h. / Para Con Nuestra
América
Desde Ciudad
Panamá
Hubo
tres sorpresas en relación con la elección presidencial. La primera: el
triunfo, por un margen muy estrecho, de Laurentino Cortizo, del Partido
Revolucionario Democrático (PRD) con el 33 por ciento del voto. Superó apenas a
Rómulo Roux, del Partido Cambio Democrático (CD), quien obtuvo 31 por ciento de
las preferencias. La segunda, el colapso de la candidatura oficialista de José
Blandón - del Partido Panameñista - quien apenas recibió el 10 por ciento de
los votos. La tercera sorpresa fue el apoyo del 20 por ciento del electorado
que recibió el candidato por la 'libre postulación' Ricardo Lombana.
Los
resultados de las elecciones para los 71 curules en la Asamblea Nacional le dieron
una mayoría relativa al PRD, seguido a cierta distancia por el CD. Muchos
diputados de alto perfil no se reeligieron. Un total de 5 candidatos a
legisladores que se postularon por la 'libre' estarán en la próxima Asamblea
que se inaugura el 1 de julio de 2019. En esta fecha también asumirán sus
cargos el Presidente de la República, 81 alcaldes y 679 representantes de
corregimiento.
En
su campaña, el presidente-electo, 'Nito' Cortizo, anunció dos políticas que
rompen un poco con la tendencia neoliberal de los últimos 30 años. Por un lado,
prometió revisar el Tratado de Libre Comercio con EEUU que arruinó el agro
panameño (y de paso al sector industrial). Los productores agrícolas del país
alegan que las importaciones de rubros subvencionados de EEUU (arroz, maiz,
verduras y otros) constituyen una competencia desleal. Por el otro, señaló que
en política exterior revisará las posición de extrema derecha de los últimos 6
gobiernos panameños para acercarse más a la visión social demócrata de respeto
a la autodeterminación de los pueblos. Podría significar un acercamiento a los
gobiernos de México y Uruguay en materia de política exterior.
Panamá
es uno de los pocos países cuyo electorado no se define en términos de
izquierda y derecha. Los partidos tradicionales son todos de derecha. Sólo el
PRD cuenta con una fracción 'centrista' que recoge el legado del general
Torrijos quien negoció con EEUU en la década de 1970 el fin de la presencia
militar de ese país en Panamá y la entrega del Canal de Panamá. Todos los
candidatos (con excepción del FAD) se comprometieron con las políticas
neoliberales, recibieron donaciones del 'poder económico' e hicieron las mismas
promesas de las campañas anteriores.
El
FAD no propuso cambios radicales, su candidato Saúl Méndez habló de cambios
moderados. Sin embargo, los medios de derecha estigmatizó el discurso de Méndez
asociándolo con violencia y desestabilización. Es decir, le dio vuelta al
discurso a favor de los trabajadores y lo convirtió en una especie de amenaza contra
los pobres y la clase media. La izquierda panameña tiene que revisar su táctica
electoral para entrar en sintonía con las aspiraciones de los sectores
populares.
Los
resultados electorales parecen indicar que el principal problema percibido por
la ciudadanía es la corrupción. Lombana sacó el 20 por ciento de los votos
sobre la base de un discurso que sólo hablaba de la corrupción de los
empresarios y políticos de los otros partidos. Es probable que el candidato de
CD, Rómulo Roux, no ganara por su asociación con el gobierno de Ricardo
Martinelli en el período 2009-2014. Cortizo mencionó en su discurso, una vez
proclamado ganador por el Tribunal Electoral, los cuatro pilares de su futuro
gobierno: eliminar la corrupción, reformar la constitución, combatir la pobreza
y una economía que combate la pobreza. No dijo como cumpliría con esos
objetivos y pueden quedar en letra muerta.
El
presidente-electo Cortizo contará con una Asamblea Nacional con mayoría PRD. La
pregunta es si esto beneficiará su gestión o facilitará la corrupción. Lo único
seguro es que Cortizo no modificará la correlación de fuerzas para beneficiar a
los excluidos. No habrán cambios ni ha propuesto planes para convertir los
enormes ingresos del país en palancas para el desarrollo nacional. Con
excepción del FAD, ningún candidato presentó un plan de desarrollo nacional.
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