sábado, 18 de mayo de 2019

Inhumano desprecio en la frontera

El fenómeno migratorio, el éxodo que se ha vivido en los últimos meses de centroamericanos que buscan entrar a los Estados Unidos y la respuesta racista de Trump, manifiestan la hipocresía del imperialismo que se jacta de defender los derechos humanos y preocuparse por el bienestar de los pueblos, mientras ignora y propicia la muerte, persecución, discriminación, desaparición y des-valoración humana en la frontera de su país.

Cristóbal León Campos / Especial para Con Nuestra América
Desde Yucatán, México

Mientras Donald Trump continua preparando la guerra para obtener ganancias millonarias reactivando la económica de los Estados Unidos dependiente en las últimas décadas en la industria militar y restablecer el su dominio neocolonial e imperialista por el mundo, los campos de concentración que ha creado en la frontera con México, han cobrado una vidas más de los niños inmigrantes desposeídos de todo cuidado familiar (fueron separados de sus padres) y de todo derecho humano elemental, apenas hace unos días falleció un menor oriundo de Guatemala por neumonía, ahora suman cuatro los fallecidos desde la implantación de estas medidas inhumanas que reflejan el verdadero rostro del gobierno de Trump, el menor en cuestión (cuya identidad no fue difundida) tenía dos años y seis meses y fue detenido el pasado 3 de abril por la Patrulla Fronteriza junto a su madre, ese mismo día habían ingresado a los Estados Unidos según información recaba por el diario The Washintong Post.

El fenómeno migratorio, el éxodo que se ha vivido en los últimos meses de centroamericanos que buscan entrar a los Estados Unidos y la respuesta racista de Trump, manifiestan la hipocresía del imperialismo que se jacta de defender los derechos humanos y preocuparse por el bienestar de los pueblos, mientras ignora y propicia la muerte, persecución, discriminación, desaparición y des-valoración humana en la frontera de su país. Los Estados Unidos promueven guerras, invasiones, intervenciones militares, división entre países y culturas para poder saquear las riquezas naturales (petróleo, minerales, agua) y sobre-explotar la fuerza de trabajo de cientos de miles de inmigrantes que se ven forzados a migrar buscando un lugar para obtener recursos que les permitan sobrevivir.

El inhumano desprecio manifestado en la frontera por los Estados Unidos tiene eco en voces ultraconservadoras que, al paso de los inmigrantes en su éxodo, discriminan su origen y participan de las formas racistas y represivas que a su paso encuentran las caravanas.  Si bien hay expresiones de solidaridad y apoyo, no puede negarse los resabios del colonialismo que han nos fragmentan y ponen en situaciones de confrontación entre pueblos hermanos. México no escapa de esas manifestaciones racistas que a su paso los inmigrantes han recibido y también se ha visto coparticipación en el rechazo del andar humilde, la mayor victoria del imperialismo ha sido fomentar las divisiones entre pueblos, el desprecio entre humildes solo genera mayor dominación de quienes nos despojan de todo. Los inmigrantes son seres humanos en situación de necesidad que deben ser atendidas y que deben frenarse poniendo fin a los regímenes inhumanos que los expulsan de sus propias naciones.

Las causas estructurales de la migración son ocultadas por los medios de comunicación plegados al interés imperialistas y por los gobiernos de los países cuya migración ha aumentado, la crisis económicas propiciadas por el neoliberalismo, los golpes de estados, la creciente violencia y el crimen organizado fomentado desde Washington para el tráfico de drogas y humano, han hecho de Centroamérica una región desposeída del bienestar. Los procesos antidemocráticos con la imposición de mandatos o el carácter ultraconservador de los gobiernos de la zona cierran las puertas a las clases trabajadoras, la duda ante la subsistencia provoca incrementos en la violencia al interior de la sociedad, pero contrario a lo que se propaga, no son criminales los que migran rumbo a los Estados Unidos, son en su mayoría, trabajadores y trabajadoras que con sus familias o sin ellas buscan encontrar un lugar donde poder percibir lo mínimo para el sustento, la aptitud de desprecio de Donald Trump, no va a favor de la defensa de su país como alegra, ni tampoco tiene un fin humanitario, no hay amenaza de los inmigrantes hacia los Estados Unidos, no es ni la intensión ni mucho menos una posibilidad real, cierto es que en las zonas de contacto se genera un intercambio cultural entre los inmigrantes la población local, pero esto no es una amenaza, muy al contrario esto es la suma de la partes humanas que se fortalecen al reconocerse iguales, la hibridez de las culturas actuales es resultado de siglos de contacto, como se sabe el propio origen de los Estados Unidos es una muestra de ese intercambio cultural de inmigrantes. La realidad es que el racismo y neofascismo imperialista desprecia todo aquello que no se someta a sus mandatos y que no reproduzco sus valores inhumanos.

Integrante del Colectivo Disyuntivas

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