Para comprender el prestigio de la Revolución Cubana en
América Latina, África y Asia, lejos de la imagen a menudo caricatural
vehiculada en Occidente, es necesario recordar el papel fundamental que
desempeñó una pequeña isla asediada por Estados Unidos en la lucha mundial por
la emancipación humana.
Salim Lamrani / Para Con Nuestra
América
Desde La Réunion
Cartel del presidente Agostinho Neto y Fidel Castro, en la celebración de la independencia de Angola, 1975. |
Desde el advenimiento de la Revolución en 1959, Cuba ha
hecho de la solidaridad con los pueblos en lucha por su emancipación un pilar
de su política exterior. Desde los primeros instantes, pese a la hostilidad de
Estados Unidos y las innumerables dificultades internas ligadas al proceso de
transformación social, Fidel Castro hizo de Cuba una tierra de asilo para todos
los grupos revolucionarios y movimientos de liberación nacional de América
Latina, África y Asia. Cuba desempeñó un papel importante en los distintos
procesos de liberación nacional en África, ofreciendo ayuda y recursos.
En el espacio de treinta años, cerca de medio millón de
cubanos, mujeres y hombres, participaron en las guerras anticoloniales en
África, convirtiendo a la pequeña isla del Caribe en igual de las grandes
potencias. ¿Cuáles fueron las razones que motivaron a La Habana, asediada por
Washington, para comprometerse de tal modo a más de 10.000 kilómetros de su
territorio nacional? ¿Cómo cambió la acción cubana el destino de los países de
África austral y contribuyó de modo decisivo a la caída del régimen racista de
Pretoria? ¿Por qué Nelson Mandela realizó su primera visita fuera de África a
la Cuba de Fidel Castro?
Cuba apoyó primero a Argelia en su lucha anticolonial contra
Francia y contribuyó a preservar su independencia conquistada en 1962. Luego,
La Habana respondió favorablemente a la solicitud de ayuda del movimiento
lumumbista del Congo belga y contribuyó a las epopeyas independentistas de
Guinea Bissau y Cabo Verde y defendió la soberanía de Etiopia. Finalmente, Cuba
brindó su concurso decisivo para preservar la independencia de Angola tras la
agresión del régimen supremacista de Pretoria, doblando así las campanas del
apartheid y abriendo el camino a la independencia de las naciones de África
austral.
1.
Apoyo a la independencia
de Argelia
El primer país africano en beneficiarse del
internacionalismo cubano fue Argelia. Los cubanos siguieron con mucho interés
la lucha de los independentistas del Frente de Liberación Nacional (FLN) contra
el colonialismo francés. En 1961, el gobierno de Fidel Castro estableció los
primeros contactos con la dirección del FLN, principal fuerza política argelina
en el combate contra la opresión colonial.1 Así,
el 27 de junio de 1961, Cuba fue el único país del hemisferio occidental en
reconocer al gobierno argelino en el exilio.2
La Habana no se limitó a expresar su apoyo político a la
lucha por la libertad. En enero de 1962, Cuba decidió suministrar una ayuda
material y militar a los revolucionarios argelinos que llevaban la lucha desde
1954. Las autoridades cubanas mandaron un cargamento de 1.500 armas por barco
con destino al campamento del FLN en Ujda, cerca de la frontera argelina. El
barco “Bahía de Nipe” regreso a Cuba con 78 guerrilleros argelinos heridos y 20
niños refugiados, la mayoría huérfanos de guerra.3
Así, a pesar de un contexto geopolítico sumamente complejo,
frente a la hostilidad creciente de Estados Unidos que había impuesto sanciones
económicas, que había organizado la invasión de Bahía de Cochinos y que
multiplicaba los atentados terroristas en la isla, Fidel Castro no vaciló en
arriesgar las relaciones de Cuba con la Francia del General de Gaulle, en
nombre del principio de solidaridad internacionalista con los pueblos en lucha
por su emancipación.
Argelia no olvidó esta expresión de solidaridad por parte de
La Habana. En octubre de 1962, tras realizar una visita oficial en Estados
Unidos, Ahmed Ben Bella decidió viajar directamente a La Habana desde
Washington, a pesar de las advertencias de Kennedy.4 Fidel
Castro expresó su gratitud el 16 de octubre de 1962 en presencia del Primer
Ministro argelino:
Visitar Cuba cuando el rico y poderoso imperio yanqui
redobla su hostilidad y odio hacia nosotros […] visitar Cuba cuando los
imperialistas yanquis amenazan también con atacar nuestro país en cualquier
momento […] es, por su parte, señor Primer Ministro, un acto de valor y
resolución […]; es un gesto de amistad que nunca olvidaremos. Es también un
acto que honra a la nación argelina ante los pueblos del mundo”. 5
Argelia necesitó pronto el concurso de Cuba. En septiembre
de 1963, el Marruecos de Hassan II decidió aprovechar la debilidad del nuevo
Estado independiente desde el 5 de julio de 1962 para lanzar una conquista
territorial, apoderándose de la zona fronteriza argelina rica en recursos
naturales. Debilitada por ocho años de guerra que asolaron al país, Argelia no
tenía una estructura de defensa organizada ni las armas necesarias para
proteger su integridad territorial. Ahmed Ben Bella solicitó entonces la ayuda
urgente de Cuba para hacer frente a esta agresión armada y preservar la
independencia del país. En octubre de 1962, el gobierno de La Habana mandó a
una división blindada y a 700 combatientes al mando del Comandante Efijenio
Ameijeras, que disponían de los armamentos soviéticos más modernos.6
Frente a este despliegue de fuerzas, Marruecos estuvo
obligado a firmar un alto el fuego el 30 de octubre de 1963 y abandonar los
territorios ocupados unas semanas después, sin que las tropas cubanas entraran
en combate. Después de su primera misión internacionalista, Cuba obsequió la
integralidad del armamento a Argelia y formó al ejército local para su uso.7 Cuba
pagó el precio de su solidaridad activa con Argelia. En efecto, Rabat decidió
romper sus relaciones diplomáticas con La Habana, las cuales se restablecería
sólo en 2017.8
La ayuda cubana a Argelia no sólo fue política, material y
militar. Fue también médica. En efecto, el país estaba confrontado a una grave
crisis sanitaria después de la salida de la mayor parte de los médicos
franceses, con apenas 200 médicos para una población de 4 millones de
habitantes9.
Así Argelia consiguió en mayo de 1963 el apoyo de una brigada médica de 55
profesionales de la salud. No obstante, Cuba se encontraba frente a una
situación nacional sumamente severa. En efecto, además de la grave crisis
sanitaria que afectaba a la población cubana en 1959 en una isla que sólo
contaba con 6.000 médicos para 6 millones de habitantes, cerca de la mitad del
personal cubano eligió emigrar hacia Estados Unidos en los primeros meses de
1959, atraído por mejores oportunidades profesionales. A pesar de las serias
dificultades a las cuales Cuba hacía frente y al éxodo del personal de salud,
La Habana ofreció su ayuda médica a Argelia.10
El Frente de Liberación Nacional recuerda que “desde las
primeras horas de su independencia, Argelia encontraría en Cuba un apoyo de
envergadura en sus esfuerzos de reconstrucción nacional, particularmente en el
campo de la salud”.11 Hoy
día, varias decenas de médicos cubanos y otro personal de salud trabajan en las
distintas regiones de Argelia.12
Por todas estas razones Abdelaziz Bouteflika, Presidente de
la República argelina, decretó un duelo de ocho días tras el fallecimiento de
Fidel Castro el 25 de noviembre de 2016. En su mensaje de condolencias al
pueblo cubano, expresó la gratitud de Argelia por el apoyo indefectible de La
Habana:
Es también una gran pérdida para el pueblo argelino que
tiene una relación particular con El Comandante hecha de respeto, admiración y
afecto mutuos. Una relación que encuentra también su singularidad por haber
compartido algunas páginas de la historia de la gloriosa lucha de Liberación
Nacional y en las cuales El Líder Máximo desempeñó un papel importante al lado
del pueblo argelino. Este compañerismo de lucha encontraría su extensión
después de la accesión de Argelia a la independencia y se manifestó mediante
una solidaridad y un apoyo a la reconstrucción de nuestro país arruinado por
una guerra colonial devastadora […]. Rindo tributo a un auténtico defensor de
los valores de paz, respeto de la soberanía nacional y a su combate
intransigente a favor del derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos”.13
La misión internacionalista cubana en Argelia sería la
primera de una larga serie que vería a La Habana brindar su apoyo al Congo,
Guinea Bissau y Cabo Verde y Etiopía.
2. Ayuda a la lucha armada
en el Congo y Guinea Bissau y defensa de la soberanía de Etiopía
Congo
En 1961, Estados Unidos ordenó el asesinato de Patrice
Lumumba, líder independentista del Congo belga. Lauwrence Devlin, Jefe de la
Oficina de la CIA en el país, reconoció la responsabilidad de Washington: “Yo
tenía que proceder a la eliminación física, es decir asesinar a Lumumba.
Pregunté inmediatamente quién había dado estas instrucciones y la respuesta fue
que eran del Presidente Eisenhower”.14 Con
la complicidad de Bélgica y de las tropas de Naciones Unidas, el Primer
Ministro congoleño fue asesinado por Mobutu, el cual instauró una dictadura que
duraría hasta 1997 con el apoyo de Estados Unidos.15
Las fuerzas lumumbistas desataron un movimiento
insurreccional en el país bajo el liderazgo de Laurent-Désiré Kabila, jefe de
la rebelión congoleña. Kabila solicitó entonces la ayuda de Cuba para luchar
contra el régimen de Mobutu, apoyado por las potencias occidentales. En abril
de 1965, Che Guevara, a la cabeza de una columna de 120 combatientes cubanos,
llegó al Congo para ayudar a la guerrilla. Su presencia duró ocho meses y seis
internacionalistas cubanos cayeron en combate.16
Pero el combate era desigual entre una rebelión debilitada y
un régimen que disponía del apoyo militar de Estados Unidos y de mercenarios
blancos pagados por Washington. Cléophas Kamitatu, entonces Ministro de
Interior de Mobutu, estuvo encargado de aplastar a los insurgentes:
“Organizamos una operación de recuperación del país y usamos el ejército [y]
los mercenarios […] pagados por Estados Unidos”.17
Frente a la ofensiva del ejército de Mobutou Tanzania, que
apoyaba a la guerrilla, pidió la salida de Guevara y sus hombres, los cuales
tuvieron que marcharse en noviembre de 1965. La experiencia congoleña fue un
fracaso según el Che, a causa de las luchas internas, de la falta de disciplina
entre los insurrectos y de la decisión unilateral de Tanzania de dejar de
suministrar a los rebeldes.18
En una carta al Presidente Julius Nyerere, Guevara expresó
su incomprensión y su disgusto:
“Cuba
ofreció ayuda sujeta a la aprobación de Tanzania, ésta aceptó y la ayuda se
hizo efectiva. Era sin condiciones ni límites de tiempo. Comprendemos las
dificultades de Tanzania hoy, pero no estamos de acuerdo con sus
planteamientos. Cuba no retrocede de sus compromisos ni puede aceptar una fuga
vergonzosa dejando al hermano en desgracia a merced de los mercenarios”.19
Guinea-Bissau y Cabo Verde
Ese mismo año, 1965, Amilcar Cabral, líder revolucionario
del Partido Africano para la Independencia de Guinea Bissau y Cabo Verde
(PAIGCV), recibió ayuda militar de Cuba para sus guerrilleros en su lucha
contra el colonialismo portugués. En 1966, después de la Conferencia
Tricontinental que tuvo lugar en Cuba y que reunió a los movimientos
revolucionarios del Tercer Mundo, La Habana mandó a decenas de instructores, técnicos
y médicos a la guerrilla del PAIGCV, para formar y curar a los combatientes
guineanos. La guerra de desgaste que lanzó Cabral contra la ocupación
portuguesa desató la Revolución de los Claveles en abril de 1974 contra la
dictadura de Salazar, orquestada por capitanes que lucharon en Guinea Bissau.
Dobló las campanas de la presencia colonial de Portugal en África, desembocó en
la independencia de Guinea Bissau en 1974 y abrió el camino para la liberación
de Mozambique y Angola.20
Pedro Pires, Presidente de Cabo Verde de 2001 a 2011,
expresó el homenaje de su pueblo a los cubanos:
“Durante
nuestra lucha de Liberación Nacional, nos beneficiamos de la solidaridad
indefectible de Cuba. Nadie puede permanecer indiferente frente a la
contribución cubana, particularmente de Fidel Castro, para la liberación de
África. Yo mismo me formé en Cuba e hice mi formación militar allí. Los
africanos tenemos una deuda moral y una deuda de honor hacia Cuba, Fidel y sus
combatientes internacionalistas”.21
Por su parte, Maneca Santos, miembro del Comité Central del
PAIGC, enfatizó la contribución decisiva de cuba “durante la lucha de
liberación nacional”. La Habana desempeñó un papel preponderante “en las luchas
de las antiguas colonias portuguesas, particularmente en Guinea Bissau y en
Cabo Verde”.22
Por su parte, Iva Cabral, hija de Amilcar Cabral, expresó el
sentimiento de su pueblo hacia Cuba:
“Fidel Castro apoyó nuestras luchas de liberación nacional
sin ninguna restricción. Desempeñó un papel fundamental en la independencia de Angola
y en la caída del apartheid en Sudáfrica. No se puede hablar de la historia del
siglo XX sin hablar de Fidel Castro […] Es una figura fundamental de la
historia mundial del siglo XX y particularmente del Tercer Mundo. Como
africana, siento respeto y una admiración profunda por Fidel Castro”.23
Etiopía
En junio de 1977, Somalia, apoyada por Estados Unidos, lanzó
una guerra de conquista territorial contra Etiopía, con el objetivo de
apoderarse de la región de Ogaden de alrededor de 300.000 kilómetros cuadrados,
o sea una tercera parte del país. El ejército somalí realizó una incursión de
1.000 kilómetros en el interior del territorio etíope y alcanzó las ciudades de
Hara y Dire Dawa. En diciembre de 1977, el Gobierno etíope de Mengistu Haile
Marian solicitó la ayuda de Cuba para rechazar la invasión. La Habana lanzó
entonces la Operación Protesta de Baraguá en enero de 1978 y mandó a sus tropas. Después de
violentos combates, los etíopes y los internacionalistas cubanos sacaron al
ejército somalí fuera de las fronteras en marzo de 1978.24 Mulatu
Teshome, Presidente de la República de Etiopía, recordó la contribución de Cuba
“en nuestra lucha por defender nuestra integridad territorial”, así como “su
apoyo durante los tiempos difíciles”.25
3.
Angola, África Austral y
“la causa más bella de la humanidad”
La Revolución de los Claveles y la caída de la dictadura de
Salazar pusieron fin a la presencia colonial portuguesa en África. Después de
Guinea Bissau y Cabo Verde en 1974, Mozambique y Angola consiguieron su
independencia en 1975. En Angola varias organizaciones se enfrentaron por el
poder: El Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) de Agostinho Neto,
apoyado por Cuba y la Unión Soviética; el Frente Nacional de Liberación de
Angola (FNLA) de Holden Roberto y la Unión Nacional por la Independencia Total
de Angola (UNITA) de Jonas Savimbi, ambos apoyados por Estados Unidos,
Sudáfrica y el Zaire de Mobutu.26
En enero de 1975, Portugal instaló un gobierno provisional
en el que estaban representados la antigua potencia colonial y los tres
principales movimientos independentistas. Durante ese periodo de transición de
un año, el ejército portugués debía encargarse del mantenimiento del orden
hasta el día de la proclamación de la Independencia el 11 de noviembre de 1975.27
Consciente de la popularidad del MPLA en el país, Estados
Unidos decidió neutralizar al principal movimiento independentista angoleño de
orientación marxista para impedir que accediera al poder. Además de los
instructores y armas enviados al FLNA y a la UNITA, Washington pudo contar con
la colaboración de la Sudáfrica del apartheid. En marzo de 1975, siguiendo las
instrucciones del secretario de Estado Henry Kissinger, Mobutu mandó a sus
tropas a Angola y lanzó un ataque desde el norte con el FLNA. Por su parte,
Pretoria había previsto una ofensiva desde el sur con la UNITA. El objetivo era
apoderarse de la capital, Luanda, antes del 11 de noviembre.28
Frente a esta agresión internacional y la complicidad pasiva
de las fuerzas portuguesas cuyo papel era garantizar el orden, el MPLA resistió
firmemente a la coalición dirigida por Estados Unidos y solicitó la ayuda
urgente de Cuba. A partir del mes de septiembre, el MPLA retomó el control de
12 de las 16 provincias del país, incluyendo toda la costa. En octubre de 1975,
500 instructores cubanos llegaron a Angola con armas suficientes para formar 40
unidades de batallón y batería. Se abrieron cuatro centros de instrucción en el
país para entrenar a las tropas.29
El 14 de octubre de 1975, Sudáfrica, primera potencia
militar del continente gracias al apoyo de los países occidentales, decidió
invadir a Angola con sus tropas regulares. El 4 de noviembre de 1975, Fidel
Castro respondió al llamado del MPLA y lanzó la Operación Carlota, del
nombre de una esclava cubana que lideró una revuelta contra la opresión
colonial en el siglo XIX. Asumiendo el riesgo de debilitar su propia seguridad
nacional, La Habana mandó a sus tropas más aguerridas y su armamento más
moderno para preservar la integridad territorial de Angola e impedir que el
régimen racista de Pretoria instalara un gobierno títere. En el espacio de unas
semanas, 35.000 internacionalistas cubanos llegaron a Angola para brindar su
concurso militar a la nación agredida por el régimen de Pretoria y Zaire,
siguiendo las órdenes de Washington.30
El 10 de noviembre de 1975, el ejército surafricano llegó a
Kifangondo, a 20 kilómetros de la Luanda y lanzó un ataque de envergadura para
apoderarse de la capital. Las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola
(FAPLA), apoyadas por los instructores cubanos, ofrecieron una resistencia
feroz que permitió preservar la ciudad.31 El
ataque al enclave de Cabinda, rico en recursos minerales, también fue repelido
por los internacionalistas cubanos y los angoleños.32 El
11 de noviembre, Agostinho Neto proclamó la independencia de Angola desde
Luanda y expresó su gratitud a Fidel Castro, alabando “la solidaridad
extraordinaria del pueblo cubano”.33
Por primera vez en su historia, las fuerzas del apartheid
tuvieron que retirarse frente a las tropas negras cubanas y abandonar el
territorio de Angola el 27 de marzo de 1976. El régimen supremacista del
apartheid acababa de sufrir su primera derrota, rompiendo el mito de la
invencibilidad del ejército blanco de Pretoria.34
La intervención de Cuba fue una decisión de Fidel Castro. Se
hizo contra la voluntad de la Unión Soviética, que estaba a favor de un proceso
de distensión con Estados Unidos. Karen N. Broutens, Director del Departamento
de Asuntos Exteriores del Politburó soviético, reconoció que Moscú fue colocado
ante el hecho consumado: “El envío de tropas cubanas en África nos tomó
completamente por sorpresa. No sabíamos nada […]. Fue un choque para nosotros.
Estábamos molestos porque los cubanos actuaban sin consultarnos”.35 La
intervención militar de La Habana ilustró la independencia total de la política
exterior del Gobierno cubano hacia el aliado soviético.
Fidel Castro explicó las razones del involucramiento de Cuba
en África:
“Algunos
imperialistas se preguntan por qué ayudamos a los angoleños, qué intereses
tenemos nosotros allí. Ellos están acostumbrados a pensar que cuando un país
hace algo es porque está buscando petróleo, o cobre, o diamante, o algún
recurso natural. ¡No! Nosotros no perseguimos ningún interés material, y es
lógico que los imperialistas no lo entiendan […]. ¡Estamos cumpliendo un
elemental deber internacionalista cuando ayudamos al pueblo de Angola! […]
Simplemente aplicamos una política de principios. No nos cruzamos de brazos
cuando vemos a un pueblo africano, hermano nuestro, que de repente quiere ser
devorado por los imperialistas y es brutalmente atacado por África del Sur”.36
Washington consideró incluso lanzar un ataque aéreo contra
Cuba, a guisa de represalias. “Si decidimos usar la fuerza militar debemos
conseguir la victoria. No podemos hacer las cosas a medias”, declaró Henry
Kissinger al General del Estado Mayor George Brow el 24 de marzo de 1976.
Durante su encuentro con el presidente Gerald Ford, Kissinger se mostró más
preciso: “Creo que vamos a tener que aplastar a Castro. Pero probablemente no
podremos actuar antes de las elecciones [presidenciales de 1976]”. “Estoy de
acuerdo”, replicó el presidente Ford. Kissinger deseaba a cualquier precio
proteger al régimen del apartheid: “Si los cubanos destruyen Rodesia, Namibia
será la próxima en la lista y luego Sudáfrica. Si realizan un movimiento hacia
Namibia o Rodesia, tendremos que pulverizarlos”. Secretamente elaborado por el
Grupo de Acciones Especiales de Washington, el plan preveía bombardeos
estratégicos, minar los puertos y una cuarentena de Cuba.37 No
obstante, Kissinger no pudo contener su admiración hacia Fidel Castro. Según
él, “era probablemente el más genuino líder revolucionario entonces en el
poder”38.
Después de la derrota infligida por los cubanos y angoleños,
Sudáfrica y Estados Unidos incrementaron la ayuda a la UNITA de Jonas Savimbi,
hundiendo al país en una guerra civil que duraría hasta 2002. Por su parte,
Luanda y La Habana brindaron su ayuda a los revolucionarios de la Organización
del Pueblo de Suroeste Africano (SWAPO) de Namibia, entonces protectorado
surafricano, y a los militantes del Congreso Nacional Africano (ANC) de Nelson
Mandela que luchaban contra el apartheid, ofreciéndoles una base en Angola.
Así, en 1978 la aviación surafricana lanzó un ataque aéreo mortífero contra el
campo de refugiados de la SWAPO y mató a cerca de 700 personas, entre las ellas
más de 150 mujeres y cerca de 300 niños.39
Una década después, en 1987, las FAPLA, siguiendo las
recomendaciones de los asesores militares soviéticos, lanzaron una ofensiva
contra la UNITA. Los cubanos habían exhortado a Luanda a no lanzar un ataque
pues Pretoria controlaba el aire en el sur de Angola. Había que neutralizar
primero la aviación surafricana. La Habana no fue escuchada y Sudáfrica
intervino masivamente, particularmente con bombardeos aéreos y una ofensiva de
vehículos blindados, obligando a las fuerzas angoleñas a replegarse hacia el
pueblo de Cuito Cuanavale, zona estratégica del sureste del país40.
Frente a esa situación crítica, Angola solicitó otra vez la
ayuda urgente de Cuba, que tenía desde 1975 a 20.000 soldados permanentes en el
país. Fidel Castro decidió llevar la cifra a 55.000 combatientes
internacionalistas que llegaron al país en unas semanas, y desplegó sus mejores
pilotos así como su defensa antiaérea más sofisticada.41 “No
hubo ninguna cooperación con la Unión Soviética, todo lo contrario”, enfatizó
Fidel Castro, respecto a la oposición de Moscú a una nueva intervención militar
en Angola.42 El
Presidente cubano se encargó personalmente de dirigir las operaciones desde La
Habana. Asediando la zona, el ejército surafricano intentó varias veces
apoderarse de Cuito Cuanavale, pero fue rechazado por las tropas cubanas y
angoleñas. Gracias a la nueva supremacía aérea, La Habana lanzó una
contraofensiva en marzo de 1988 con 40.000 soldados cubanos y 30.000
combatientes angoleños, sin olvidar el apoyo de los revolucionarios namibios.
El poderío de fuego era impresionante: más de 1.000 armas antiaéreas y todos
los aviones disponibles permitieron a Cuba dominar el cielo y obligaron a las
tropas surafricanas a retirarse más allá de la frontera. Cuito Cuanavale
infligió un “golpe político, militar y moral demoledor” al ejército del
apartheid”.43
Tras la derrota de Cuito Cuanavale, frente a la presencia
militar disuasiva de Cuba y la amenaza de proseguir la contraofensiva más allá
de la frontera angoleña, en territorio namibio, Estados Unidos y Sudáfrica se
vieron obligados a abrir negociaciones con Cuba y Angola. Durante los diálogos
en El Cairo en junio de 1988, Chester Crocker, Secretario de Estado Adjunto
encargado de África, intentó descubrir si Cuba tenía la intención de pasar la
frontera namibiana. La respuesta de Jorge Risquet, representante de Cuba en
Angola, fue sin ambages:
“Yo
no le puedo dar esa respuesta. Yo no le puedo dar un meprobamato [calmante] ni
a usted ni a los surafricanos […] Entiéndame bien, yo no estoy amenazando. Si
yo le dijera que van a detenerse, yo le estaría dando un meprobamato, un
Tylenol, y no quiero amenazar ni quiero darle un calmante […]. Lo que he dicho
es que solo los acuerdos sobre la independencia de Namibia pueden dar las
garantías.”44
Las reivindicaciones cubanas eran las siguientes: Sudáfrica
debía poner fin a su apoyo a la UNITA y permitir elecciones libres en Namibia,
bajo el control de las Naciones Unidas. Pretoria capituló y aceptó las
condiciones de La Habana, y firmó un acuerdo de paz en diciembre de 1988.45 Sudáfrica
puso fin a su ocupación militar de Namibia y se realizaron elecciones. Por su
parte, Cuba se comprometió a salir de Angola, una vez que se garantizase su
seguridad. Dos años después, Namibia consiguió su independencia y la SWAPO ganó
las elecciones.46
La victoria de Cuito Cuanavale fue decisiva para la
salvaguardia de la independencia de Angola. José Eduardo Dos Santos, Presidente
del país de 1979 a 2017, enfatizó “la solidaridad que Cuba ofreció a la lucha
de los pueblos colonizados, particularmente al pueblo angoleño, y la
contribución inolvidable de este país a la defensa y preservación de la
soberanía e integridad territorial de Angola, en su resistencia a la agresión
del régimen racista surafricano”.47
Cuito Cuanavale también tuvo un impacto decisivo en la
liberación de Namibia, entonces bajo el yugo del régimen de Pretoria. Durante
la visita de Fidel Castro a Namibia en 1998, Sam Nujoma, Presidente de la
nación, lo recibió en el aeropuerto y pronunció esta frase histórica:
“Bienvenido a la República de Namibia, el país que usted contribuyó a liberar”.48 Hage
Geingob, actual Presidente de Namibia, miembro histórica de la SWAPO, rindió
homenaje a Cuba por su compromiso a favor de la libertad en África austral:
“Fidel
es un referente para muchos de nosotros, particularmente en África austral. […]
Fue mi mentor. La independencia de Namibia se debe a la batalla de Cuito
Cuanavale donde los surafricanos sufrieron una derrota [...]. En Namibia, Cuba
es amada. Cuando nuestros hijos fueron atacados en Cassinga, Cuba vino para
auxiliarnos. Tres mil de ellos fueron acogidos en Cuba y hoy día están de
regreso. Eso significa mucho para nosotros. Cuba no vino para mandarnos o
apoderarse de nuestros recursos. […] Mientras que Inglaterra, Francia y Estados
Unidos estaban del lado del apartheid que nos oprimía y mataba, Fidel Castro
vino a liberarnos”.49
La derrota que los cubanos infligieron al ejército de
Pretoria dobló las campanas del régimen del apartheid, el cual estuvo obligado
a legalizar al ANC y liberar a Nelson Mandela en febrero de 1990, después de 27
años de prisión, y abolir el apartheid en junio de 1991. Mandela, el héroe de
la lucha contra la opresión racial, reservó su primer viaje fuera de África a
Cuba. El Gobierno de Fidel Castro había apoyado al ANC desde los primeros
instantes.50 En
un discurso pronunciado en Cuba en 1991, Nelson Mandela rindió tributo al
pueblo de la isla y expresó su gratitud por su contribución a la libertad en
África austral:
Desde
sus días iníciales, la Revolución Cubana ha sido una fuente de inspiración para
todos los pueblos amantes de la libertad. El pueblo cubano ocupa un lugar
especial en el corazón de los pueblos de África. Los internacionalistas cubanos
hicieron una contribución a la independencia, la libertad y la justicia en
África que no tiene paralelo por los principios y el desinterés que la
caracterizan. […] De modo particular nos conmueve la afirmación del vínculo
histórico con el continente africano y sus pueblos. Su invariable compromiso
con la erradicación sistemática del racismo no tiene paralelo. Somos conscientes
de la gran deuda que hay con el pueblo de Cuba. ¿Qué otro país puede mostrar
una historia de mayor desinterés que la que ha exhibido Cuba en sus relaciones
con África […]? ¡La aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale
constituyó una victoria para toda África! ¡Esta derrota indiscutible del
ejército racista en Cuito Cuanavale dio la posibilidad a Angola de disfrutar de
la paz y consolidar su propia soberanía! ¡La derrota del ejército racista
permitió al pueblo combatiente de Namibia conquistar finalmente su
independencia! ¡La derrota decisiva de las fuerzas agresivas del apartheid
destruyó el mito de la invencibilidad del opresor blanco! ¡La derrota del
ejército del apartheid sirvió de inspiración al pueblo combatiente de
Sudáfrica! ¡Sin la derrota infligida en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones
no habrían sido legalizadas! ¡La derrota del ejército racista en Cuito
Cuanavale hizo posible que hoy yo pueda estar aquí con ustedes! ¡Cuito
Cuanavale marca un hito en la historia de la lucha por la liberación del África
austral! ¡Cuito Cuanavale marca un viraje en la lucha para liberar el
continente y nuestro país del flagelo del apartheid!”51
Thabo Mbeki, Presidente de Sudáfrica de 1999 a 2008, rindió
homenaje a la contribución cubana a la libertad de su pueblo:
“Fidel
fue una gran inspiración para todos nosotros. Se comprometió plenamente en
nuestra lucha. Algunos de nuestros mejores cuadros militares se formaron en
Cuba […]. Tenemos lazos muy fuertes con los cubanos por esta lucha. Nunca
olvidaremos a los cubanos caídos en Angola, quienes lucharon contra las fuerzas
del apartheid. […] La derrota de los surafricanos en Angola abrió directamente
el camino a la independencia de Namibia y a nuestra propia liberación en
Sudáfrica”.52
Del mismo modo, Jacob Zuma, Presidente de Sudáfrica de 2009
a 2018, recordó que Cuba entrenó a los guerrilleros del ANC, transmitiéndoles
los valores de la Revolución Cubana: “Nuestros cuadros que vivieron mucho
tiempo en Cuba fueron los que mejor entendieron el vínculo entre patriotismo e
internacionalismo”. Muchos médicos, ingenieros, diplomáticos y otros se
formaron en Cuba. “Para nosotros, Castro no sólo era un amigo. Era nuestro
líder, nuestro mentor y nuestro internacionalista revolucionario”.53
En 1991, los últimos internacionalistas cubanos salieron de
Angola. En total, desde la primera misión en Argelia en 1963, 380.000
combatientes y 70.000 colaboradores civiles, o sea un total de 450.000 cubanos,
brindaron su concurso a la liberación de África.54En
Sudáfrica, en el Parque de la Libertad de Pretoria, se encuentran escritos en
piedra los nombres de los 2.107 cubanos caídos en combate por la emancipación
de los pueblos de África Austral.55
Thenjiwe Mtintso, militante antiapartheid torturada y
encarcelada bajo el régimen de Pretoria en los años 1970 y embajadora de
Sudáfrica en Cuba de 2007 a 2010, rindió tributo a Cuba:
“Hoy
Sudáfrica tiene muchos amigos nuevos. Ayer estos amigos se referían a nuestros
líderes y a nuestros combatientes como terroristas y nos acosaban desde sus
países a la vez que apoyaban a la Sudáfrica del apartheid. Esos mismos amigos
hoy quieren que nosotros denunciemos y aislemos a Cuba. Nuestra respuesta es
muy simple, es la sangre de los mártires cubanos y no de estos amigos la que
corre profundamente por la tierra africana y nutre el árbol de la libertad en
nuestra Patria”.56
A esos múltiples homenajes, Fidel Castro respondió
recordando la máxima de José Martí, héroe nacional cubano, “Patria es
humanidad”:
¿Qué
hacíamos nosotros, sino pagar nuestra deuda con la humanidad, nuestra deuda con
África, nuestra deuda con aquellos que lucharon por nuestra dignidad, con
aquellos que lucharon por nuestra independencia en muchos campos de batalla?
Eso es lo que hemos hecho, no merecemos ningún especial reconocimiento, no
merecemos ninguna especial gratitud, simplemente cumplimos un deber”.57
Conclusión
De Argelia a Sudáfrica, pasando por el Congo, Guinea Bissau,
Cabo Verde, Etiopia, Angola y Namibia, la contribución cubana a la liberación
del continente no tiene equivalente en la historia de las luchas
anticoloniales. “Es la primera vez que un país vino de otro continente no para
llevarse algo, sino para ayudar a los africanos a conseguir su libertad”. Tales
fueron las palabras que redactó Nelson Mandela desde su prisión en Robben
Island.58 Mientras
los Estados Unidos, y la mayoría de las potencias occidentales, brindaron un
apoyo firme al régimen segregacionista del apartheid, mientras Washington
incluyó a Nelson Mandela en la lista de los miembros de organizaciones
terroristas hasta 2008, incluso cuando era Premio Nobel de la Paz en 1993 y
Presidente de la República de Sudáfrica de 1994 a 1999, La Habana, por su parte
se comprometió plenamente en la lucha contra la opresión racial del régimen de
Pretoria, porque se trataba, según las palabras de Fidel Castro, de “la causa
más bella de la humanidad”.
Para comprender el prestigio de la Revolución Cubana en
América Latina, África y Asia, lejos de la imagen a menudo caricatural
vehiculada en Occidente, es necesario recordar el papel fundamental que
desempeñó una pequeña isla asediada por Estados Unidos en la lucha mundial por
la emancipación humana. Muchas veces desconocido, este aporte mayor de Cuba a
la dignidad de los explotados está grabado en la memoria de los pueblos del Sur
que sufrieron de la servidumbre colonial y racial.
El internacionalismo revolucionario, es decir, la
solidaridad activa y concreta con los pueblos en lucha por su libertad, ha sido
un pilar fundamental de la Revolución Cubana desde 1959. Mientras que las
potencias occidentales colonizaron la cuna de la humanidad, humillando a los
pueblos y saqueando los recursos naturales, Cuba, por su parte, intervino para
romper las cadenas de la opresión y sólo se llevó de África los cuerpos de sus
soldados caídos en combate en nombre del derecho inalienable de los pueblos a
la libre determinación.
- Salim Lamrani, Doctor en Estudios Ibéricos y
Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, es profesor titular
de la Universidad de La Reunión, especialista de las relaciones entre Cuba y
Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba, ¡palabra a la defensa!, Hondarribia, Editorial Hiru, 2016.
NOTAS:
1 Jorge Risquet Valdés, «Las profundas raíces del
internacionalismo de los cubanos», Revista Tricontinental, 6 noviembre de 2018.
2 Alger Républicain, « Les révolutionnaires cubains étaient en Algérie
pendant la guerre de Libération», 6 de mayo de 2015.
3 Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por Fidel
Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República
de Cuba, en la cena oficial ofrecida por el Presidente de la República Argelina
Democrática y Popular», República de Cuba, 6 de mayo de 2001. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2001/esp/c060501e.html (sitio
consultado el 14 de abril de 2018).
4 John F. Kennedy
Presidencial Library and Museum,
“Ben Bella Visit”, 15 de octubre de 1962. https://www.jfklibrary.org/Asset-Viewer/Archives/JFKWHF-WHS26.aspx (sitio
consultado el 3 de abril de 2018).
5 Piero Gleijeses, «La primera experiencia cubana en
África: Argelia (1961-1965), Temas, n°16-17, octubre 1998, p. 63.
8 Ministère de la Culture et de la Communication,
«Rétablissement des relations diplomatiques entre le Royaume du Maroc et la
République de Cuba», Royaume du Maroc, 21 de abril de 2017. http://www.maroc.ma/fr/actualites/retablissement-des-relations-diplomatiques-entre-le-royaume-du-maroc-et-la-republique-de (sitio
consultado el 2 de abril de 2018).
9 Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por Fidel
Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República
de Cuba, en la cena oficial ofrecida por el Presidente de la República Argelina
Democrática y Popular», op. cit.
11 El Moujahid, «Décès de Fidel Castro, le président Abdelaziz
Bouteflika : ‘Une perte’ pour le peuple algérien», 27 de noviembre de
2016. http://www.elmoudjahid.com/fr/actualites/102165 (sitio
consultado el 1 de abril de 2018).
12 Ernesto J. Gómez Figueredo, «Cuba y Argelia firman
acuerdo para continuar cooperación bilateral», Granma, 30 de
enero de 2018.
13 El Moujahid, «Décès de Fidel Castro, le président Abdelaziz Bouteflika:
‘Une perte’ pour le peuple algérien», 27 de noviembre de 2016. http://www.elmoudjahid.com/fr/actualites/102165 (sitio
consultado el 1 de abril de 2018).
15 Scott Chain, «Laurence R. Devlin,
86, C.I.A Officer Who Balked on a Congo Plot, Is Dead», The New York Times, 11 de diciembre de 2008, p. B10.
21 Álvaro Lidgero Andrade, «Pedro Pires: ‘Africa tem uma
dívida moral e de honra para com Fidel Castro’”, Voice of America,
27 de noviembre de 2016. https ://www.voaportugues.com/a/pedro-pirs-africa-divida-moral-fidel-castro/3613197.html (sitio
consultado el 1 de abril de 2018).
22 Maneca Santos, «‘A historia o absolverá’, afirma
Maneca Santos sobre Fidel Castro», Voice of America,
28 de noviembre de 2016. https ://www.voaportugues.com/a/a-historia-o-absolvera-manecas-santos-fidel-castro/3614138.html (sitio
consultado el 26 de abril de 2018).
23 Alvaro Lidgero Andrade, «Iva Cabral: ‘Como africana
tenho respeito e admiraçao por Fidel Castro’», Voice of America,
27 de noviembre de 2016. https ://www.voaportugues.com/a/iva-cabral-fidel-castro-admiracao-e-respeito/3613601.html (sitio
consultado el 1 de abril de 2018).
24 Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por Fidel
Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de conmemoración del
centenario de la Protesta de Baraguá, Municipio ‘Julio Antonio Mella’, Santiago
de Cuba», República de Cuba, 15 de marzo de 1978. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1978/esp/f150378e.html (sitio
consultado el 29 de abril de 2018); Vilma Thomas Ramírez, «Cuba en Etiopía:
Aniversario 40 de una hazaña internacionalista», Cubadebate, 18 de
marzo de 2018.
25 Ethipian News Agency, «President Mulatu, PM Hailmariam
Express Condolences Over Death of Castro», 26 de noviembre de 2016. http ://www.ena.gov.et/en/index.php/politics/item/2340-president-mulatu-pm-hailemariam-express-condolences-over-death-of-castro (sitio consultado el 1 de abril de 2018).
30 Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por Fidel
Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de masa efectuado en
Mandela Park, Kingston, Jamaica, el día 30 de julio de 1998», República de Cuba,
30 de julio de 1998. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1998/esp/f300798e.html (sitio
consultado el 1 de abril de 2018).
32 Fidel Castro Ruz, “Discurso pronunciado por el
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del
Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en la
Clausura del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, Celebrado en el
Teatro ‘Carlos Marx’”, República de Cuba, 22 de diciembre de 1975. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1975/esp/f221275e.html (sitio
consultado el 28 de marzo de 2018).
34 Piero Gleijeses, Misiones en conflicto: La Habana, Washington y África 1959-1976, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2002, p.
36 Fidel Castro Ruz, “Discurso pronunciado por el
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del
Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en la
Clausura del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, Celebrado en el
Teatro ‘Carlos Marx’”, República de Cuba, 22 de diciembre de 1975. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1975/esp/f221275e.html (sitio
consultado el 28 de marzo de 2018).
37 The National Security Archive, « Kissinger Considered Attack
on Cuba Following Angola Incursion”, 1 de octubre de 2014, George Washington University. http://www2.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB487/ (sitio consultado el 21 de febrero de 2015).
38 Henry Kissinger, Years of
Renewal, New York, 1999, p.785 in Piero Gleijeses, “Carta a
Obama”, Cubadebate, 3 de febrero de 2014.
39 Piero Gleijeses, «A test of
Wills: Jimmy Carter, South Africa, and the Independence of Namibia”, Diplomatic History, noviembre 2010, p. 853-91.
40 Piero Gleijeses, Visiones de libertad: La Habana, Washington, Pretoria y la lucha
por el sur de Africa (1976-1991,
La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2015, Tomo II, p. 209-220.
41 Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por Fidel
Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de masa efectuado en
Mandela Park, Kingston, Jamaica, el día 30 de julio de 1998», República de Cuba,
30 de julio de 1998. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1998/esp/f300798e.html (sitio
consultado el 1 de abril de 2018).
42 Democracy Now, «The Untold Story of Cuba’s
Support for African Independence Movements Under Fidel Castro», 28 de noviembre
de 2016. https://www.youtube.com/watch?v=U1iUe3NmMh8 (sitio consultado el 31 de marzo de 2018).
43 Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por Fidel
Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de masa efectuado en
Mandela Park, Kingston, Jamaica, el día 30 de julio de 1998», op. cit.
45 Piero Gleijeses, Visiones de libertad: La Habana, Washington, Pretoria y la lucha
por el sur de África (1976-1991,
La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2015, Tomo II, p. 311-368.
47 Francisco Marques, «Presidente de Angola
‘profundamente consternado’ pela morte de Fidel Castro», Euronews, 26 de
noviembre de 2016. http://pt.euronews.com/2016/11/26/presidente-de-angola-reage-a-morte-de-fidel-castro (sitio
consultado el 1 de abril de 2018).
48 Sam Nujoma, «Fidel Castro y Nelson Mandela», Youtube, 13 de
octubre de 2010. https://www.youtube.com/watch?v=iksYRLDo3w8 (sitio
consultado en 30 de marzo de 2018).
49 BBC, «Fidel Castro ‘Came to Free Us’, Says Namibia President»,
4 de diciembre de 2016. http://www.bbc.com/news/av/world-africa-38190601/fidel-castro-came-to-free-us-says-namibia-president (sitio
consultado el 29 de marzo de 2018).
50 Nelson Mandela Foundation, «Deepest Condolences to the People
and Government of Cuba on the Passing of Fidel Castro», 26 de noviembre de
2016. https://www.nelsonmandela.org/news/entry/deepest-condolences-to-the-people-and-government-of-cuba-on-the-passing-of (sitio consultado el 1 de abril de 2018).
51 Salim Lamrani, Cuba. Ce que les médias ne vous diront jamais, Paris, Editions Estrella, 2009, prologue.
52 Thabo Mbeki, «Interview :
Mbeki Says Fidel Castro Was Committed to SA’s Liberation », SABC Digital News, 26 de noviembre de 2016. https://www.youtube.com/watch?v=Vzgx8M-_AcA (sitio consultado el 30 de marzo de 2018).
53 Jacob Zuma, «Interview: Pres. Zuma Speaks Fondly about
the late Fidel Castro», SABC Digital News, 26 de noviembre de 2016. https://www.youtube.com/watch?v=OUcmi2RwZpQ (sitio
consultado el 30 de marzo de 2018).
55 Freedom Park, «The Cuban 5 Visit Freedom Park»,
29 de junio de 2015. http://www.freedompark.co.za/stay-informed/news-and-media-releases/142-the-cuban-5-visit-freedom-park (sitio consultado el 30 de marzo de 2018).
56 Piero Gleijeses, «Cuito Cuanavale: batalla que terminó
con el apartheid», Cubadebate, 23 de marzo de 2013.
57 Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por Fidel
Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de masa efectuado en
Mandela Park, Kingston, Jamaica, el día 30 de julio de 1998», op. cit.
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