El ex jefe de personal de Obama en la Casa Blanca y
alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, declaró hace unos días que Trump podría estar
pensando en un ataque a Venezuela antes de las elecciones de noviembre para
desviar la atención de los innumerables escándalos y acusaciones que lo acosan.
Ángel Guerra Cabrera / La Pupila
Insomne
Hablar
de agredir militarmente a la República Bolivariana de Venezuela se ha
convertido en lo más natural en los medios hegemónicos de comunicación. Nada
vale para ellos el derecho de los pueblos a su soberanía, a la no intervención,
la solución pacífica de las controversias y la no amenaza y no uso de la
fuerza, principios que aún forman parte de la Carta de la ONU y de muchas
constituciones, incluida la de México. Principios que no pueden ser
condicionados por ninguno otro, como los derechos humanos, invocados hipócrita
y descaradamente por los neoliberales. Pues, qué otro patrón de acumulación que
no sea el neoliberal, pisotea y viola con más ferocidad y alevosía todos los
derechos humanos. Para esos medios tampoco existe la sistemática y
multifacética guerra a que ha sido sometida Venezuela desde hace 16 años.
Estados
Unidos es el autor principal en la imposición de este estereotipo a las
audiencias de su gigantesca maquinaria mediática, pero también ha contribuido
mucho a ello el ahora alicaído Grupo de Lima, cuyos gobiernos fundadores gozan
de los más altos grados de impopularidad y repudio popular en nuestra región.
Aunque ahora digan lo contrario, también, por acción u omisión, han llevado
mucha agua al molino de la acción militar contra la patria de Bolívar.
Es
este contexto, Donald Trump, presidente de la gran potencia del norte,
cargó implacablemente contra Venezuela por enésima vez la semana pasada, ahora
en la Asamblea General(AG) de la ONU y luego reiteró a periodistas que “todas
las opciones están sobre la mesa, todas. Las fuertes y las menos
fuertes”. En tono amenazante añadió: ya saben lo que quiero decir con
fuerte.
Sin
embargo, ese mismo día el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, argumentó
muy sólidamente a la AG el mapa de la sistemática agresión de Estados Unidos
contra Venezuela en todos los órdenes, particularmente la guerra económica y el
daño que ha hecho al pueblo venezolano(http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/politica/discurso-del-presidente-maduro-en-asamblea-general-de-la-onu/).
Maduro denunció el montaje mediático de la supuesta “crisis humanitaria” y
migratoria así como la actividad para aislar y acosar a Venezuela
desarrollada por Washington y sus aliados en el seno de distintas
instancias y agencias del organismo internacional. Puso en evidencia de manera
descarnada la activa participación de las autoridades y la oligarquía
colombiana en el recientemente frustrado atentado con drones contra su persona
y en el entrenamiento durante meses en ese país de los ejecutores.
El
mandatario también subrayó que el mismo había sido preparado, planeado y
financiado desde Estados Unidos y puntualizó que por vía diplomática Caracas
envió a Washington las pruebas y nombre de los detenidos durante la
investigación sobre el intento magnicida. Más aun, solicitó al secretario
general de la ONU la designación de un delegado especial del organismo
internacional que se ocupe de encabezar una investigación independiente sobre
los hechos y expresó su esperanza de que el FBI acceda a participar junto a las
autoridades venezolanas en su esclarecimiento.
Maduro
también reiteró su apertura a conversar con Trump. Yo estaría dispuesto -dijo-
a estrechar la mano del presidente de los Estados Unidos, a sentarme a dialogar
“sobre las diferencias bilaterales y los asuntos de la región, que así sean
considerados”. A nadie enterado escapa que, por ahora, el más probable curso de
acción militar contra Venezuela no es la intervención estadounidense directa.
Caracas es un hueso militarmente duro de roer con su unidad cívico-militar y su
excelente armamento, por lo que no debe descartarse una aventura de varios
ejércitos de Suramérica.
En
todo caso, Trump acusó recibo positivamente al ofrecimiento del líder
venezolano y se llegó a especular por algunos medios sobre un encuentro
bilateral pero nada ocurrió y después el tema ha decaído informativamente.
Existen fuertes rumores que achacan la frustración de la eventual reunión a
acciones del ex presidente de Colombia Álvaro Uribe y su amigo y aliado el
senador Marco Rubio, que habrían animado a la jauría mediática a rasgarse
las vestiduras ante la mera posibilidad de la cita. De lo que no cabe duda es
que son los legisladores cubanoamericanos, mejor conocidos como mafia de Miami,
y Uribe, los más interesados en promover el ataque a Venezuela en la modalidad
que sea posible.
El
ex jefe de personal de Obama en la Casa Blanca y alcalde de Chicago, Rahm
Emanuel, declaró hace unos días que Trump podría estar pensando en un ataque a
Venezuela antes de las elecciones de noviembre para desviar la atención de los
innumerables escándalos y acusaciones que lo acosan. Y es que el inquilino de
la Casa Blanca necesita la victoria del Partido Republicano en noviembre para
evitar el impeachment y satisfacer su obsesión de
ser reelecto en 2020.
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