Las páginas de estos volúmenes
–“Fidel Castro Ruz, Guerrillero del Tiempo. Conversaciones con el líder
histórico de la Revolución Cubana”- son la historia del Quijote latinoamericano
Fidel Castro, quien contra todo tipo de obstáculos (amenazas, traiciones,
guerras, prisiones, muertes, hambre, enfermedades) logró realizar una
revolución triunfante en las narices del imperio estadounidense.
Hace algunas semanas le escribí a un amigo periodista, diciéndole que
los dos tomos que me obsequió de Fidel Castro Ruz, Guerrillero del Tiempo.
Conversaciones con el líder histórico de la Revolución Cubana, de la periodista Katiuska Blanco, poseían un
valor histórico, ético y político incalculable.
Después de la lectura, me sentí en la
obligación de escribir algo. Le comenté que eran como un lago tan inmenso, que
uno no sabía por dónde meterse a nadar. Se trata de una obra monumental, de
aproximadamente 1200 páginas. Para la autora debe haber sido imposible imaginar
la trascendencia que tendría. En realidad no son libros para leerlos, sino para
estudiarlos.
Cuando el 31 de julio de 2006 Fidel por
medio de una carta anunció al pueblo de Cuba -y al mundo- que delegaba
provisionalmente su cargo en Raúl, mientras se recuperaba de una enfermedad intestinal,
para después, el 19 de febrero de 2008 anunciar que, definitivamente no
aspiraría a ser reelegido como Presidente, pocos pensaron que Fidel volvería a
seguir luchando. Por su parte, la jauría cubanoamericana más reaccionaría
brincó de alegría (los miserables, se resignaban de esa forma, a creer que
ganaban).
Cómo no recordar las palabras de Fidel ante
la Asamblea Nacional de Cuba el 6 de marzo de 2003, cuando le reeligieron presidente del Consejo de Estado: "Ahora comprendo
que mi destino no era venir al mundo para descansar al final de mi vida".
Y les prometió estar con ellos, si así lo deseaban, “todo el tiempo que fuera
necesario mientras tuviera conciencia de poder ser útil. Ni un minuto menos, ni
un segundo más.” ¡Qué manera de decirle al imperio que lucharía toda la vida!
La autora señala que tuvo conversaciones
extensas con Fidel en los años 2008 y 2009; dice que el Comandante peleaba
trabajando para vencer a la muerte: “Para entonces no había regresado para
todos. Su presencia en los diarios era más de palabras que de estampa física.
Sin embargo ya recorría el camino de vuelta desde el insondable tiempo que es
la muerte. Me asombraba comprobar la densidad, el volumen de cuanto hacía.
Fidel trabajaba en silencio. A veces me confesaba que sentía que se le agotaban
las fuerzas”.
Para sorpresa de propios y extraños, el
Comandante, todavía aquejado fuertemente en su salud, estaba decidido a seguir
dando batallas. Katiuska cuenta que en el 2009 Fide le dijo: “¿Por qué no
preparas un cuestionario inquisitorio?” Fidel quería compartir todo lo que
fuera necesario de su historia, de su vida, de sus luchas, para que las futuras
generaciones lo supieran de los propios labios del protagonista. Blanco dice que en estos
libros “el Comandante narra su historia a partir de un cuestionario muy
abarcador; aunque las preguntas se pierden frente al océano que es su vida.
Este libro, en dos partes, propicia un acercamiento al ser humano que convive
con la figura histórica que encarna a los héroes del pasado y a los que
defenderán en el futuro de Cuba, nuestra América y el mundo, las nobles causas
de independencia, justicia y humanidad.”
Las páginas de estos volúmenes son la
historia del Quijote latinoamericano Fidel Castro, quien contra todo tipo de
obstáculos (amenazas, traiciones, guerras, prisiones, muertes, hambre,
enfermedades) logró realizar una revolución triunfante en las narices del
imperio estadounidense. Muchos de los libros de historia que se han escrito
sobre Cuba y sobre la vida de Fidel, tendrán que revisarse, porque ahora se
tiene enfrente las palabras del propio héroe, que venció para contarla.
Dice Katiuska: “Como estadista y
revolucionario que cumplió sus sueños, lo que reflexiona tiene el valor de la
experiencia agolpada en lo vivido. Su pensamiento es integrador. Yo pensaba que
pocos podrían imaginarlo tan ocupado y activo.”
Estos tomos deben ser textos obligatorios
en las universidades; en las escuelas de historia, de derecho, de ciencias
políticas, de relaciones internacionales y en la escuela de la vida; el nivel
de dignidad y de ética que posee ese Quijote latinoamericano no tiene límites.
Hay relatos conmovedores, que a veces pareciera que estuviéramos frente a uno
de esos hombres míticos del Antiguo Testamento.
Cuanto más uno sabe de la vida de Fidel,
cae en la cuenta de que sus enemigos son unas verdaderas cucarachas. Si
realmente hubieran sabido quién es él, por lo menos hubieran tenido la decencia
de vivir callados.
Fidel nació para vencer.
1 comentario:
Cuanto más uno sabe de la vida de Fidel, cae en la cuenta de que sus enemigos son unas verdaderas cucarachas. Si realmente hubieran sabido quién es él, por lo menos hubieran tenido la decencia de vivir callados. "Fidel nació para vencer". al igual que el Comandante Eterno Hugo Chávez, su indiscutible discípulo, el Arañero de Sabaneta, quien enalteció con su afectuoso verbo de estadista la sabrosa artesanía de MamaRosa.era el sentimiento de una pequeña nación que desde inicios de siglo era una propiedad no solo política, sino también económica de Estados Unidos. España nos había cedido a ese país después de haber sufrido casi cinco siglos de coloniaje y de un incalculable número de muertos y pérdidas materiales en la lucha por la independencia. El imperio se reservó el derecho de intervenir militarmente en Cuba en virtud de una pérfida enmienda constitucional que impuso a un Congreso impotente e incapaz de resistir. Aparte de ser los dueños de casi todo en Cuba: abundantes tierras, los mayores centrales azucareros, las minas, los bancos y hasta la prerrogativa de imprimir nuestro dinero, nos prohibía producir granos alimenticios suficientes para alimentar la población... No hay peor precio que capitular frente al enemigo que sin razón ni derecho te agrede. Era el sentimiento de un pueblo pequeño y aislado. En las Naciones Unidas (1992) Fidel Castro sostuve que la especie humana estaba en peligro de extinción, amenaza ésta que persiste sobre la especie humna, como factor relevante de la Ecosfera y depredador de los ecosistemas que a constituyen. Por una Patria americana Mirandista-Bolivariana-Sucrista-Rodrigueana y una Madre Tierra sanas, seguras y habitales para todos y para siempre. En la Carta de Jamaica, El Libertador Simón Bolívar llamó a los gringo "los hermanos del norte", tal vez contando con la solidaridad geopolítica, por haber sido también colonia de imperio europeo. Cordialmente, PProf. Celestino Flores UDO-FORJA-Sociedad Bolivariana-SCES-GUAYACAN...
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