De la misma manera en
que en la época de la guerra fría, el “comunismo” se volvió la bestia negra con
la que se estigmatizó a la protesta social y a la lucha por la democracia, hoy
el uso neoliberal de la categoría populismo realiza la misma vieja operación:
construye un enemigo y en nombre de la libertad y la democracia llama a
destruirlo.
Carlos Figueroa Ibarra /
Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
Con sorpresa me enteré
que una joven politóloga guatemalteca que ha adquirido relevancia mediática y
de nombre Gloria Álvarez, difundió un twitter
en el que decía lo siguiente: “Cuando los españoles llegaron aquí, los
mayas tenían siglos de haberse extinto (sic)”. Haciendo a un lado el mal uso
del español que evidencia el mensaje, es
obvio que el mismo exhibe una gran ignorancia con respecto a la historia de los
pueblos mayas: éstos nunca se extinguieron sino simplemente se ramificaron. Hoy
sus descendientes han deplorado las formas anteriores de denominarlos y
reivindican que se les llame “pueblos mayas” con lo cual reivindican su
presencia actual. Lo contrario a todos aquellos que postulan, como Gloria
Álvarez, que se extinguieron.
No es primera vez que
la referida politóloga hace el ridículo con su ignorancia. En 2015 respondiendo a una solicitud de un seguidor de su twitter sobre
una recomendación de lectura, le expresó
que debería leer “La patria del criollo” de Francisco Pérez de Antón. Con todo
respeto se puede decir que un cientista social guatemalteco que no sepa que
dicho libro fue escrito por mi maestro y amigo Severo Martínez Peláez,
evidencia graves fallas en su formación académica. Álvarez se volvió una figura
mediática desde que se difundió en 2014 un video en el que pronunciaba un
discurso contra el “populismo” en el
Parlamento Iberoamericano de la Juventud en Zaragoza, España. Desde entonces ha
realizado giras por Hispanoamérica denunciándolo. Detrás del bello rostro de una mujer
atractiva, en realidad no se encuentra mucha sustancia. Álvarez en su discurso
se limita a difundir el uso neoliberal de la categoría de populismo,
equiparando dicha forma estatal y social a gasto irresponsable del erario
público, promesas imposibles que aprovechan
la miseria de la gente y con ello lograr imponer dictaduras. El
populismo según ella atenta contra la vida, la libertad y la propiedad privada.
De la misma manera en
que en la época de la guerra fría, el “comunismo” se volvió la bestia negra con
la que se estigmatizó a la protesta social y a la lucha por la democracia, hoy
el uso neoliberal de la categoría populismo realiza la misma vieja operación:
construye un enemigo y en nombre de la libertad y la democracia llama a
destruirlo. De la misma manera en que antaño el anticomunismo vio comunistas en
los que lo eran, pero también en demócrata cristianos, socialdemócratas,
nacionalistas y procedió a eliminarlos, hoy Álvarez advierte que el “populismo”
ha infiltrado a todas las ideologías. Y llama a su “eliminación tecnológica”. Hay en este discurso un atavismo
anticomunista que solamente sustituye la denominación “comunismo” por
“populismo” y se convierte más que en ciencia social en mera ideología
reaccionaria.
Producto de un lapsus
inconciente, Álvarez llama a la extinción simbólica de lo maya cuando lo proclama
extinto desde hace siglos. Realiza en el plano verbal lo que el neoliberalismo
hace en los hechos con sus políticas etnocidas. Podemos percatarnos entonces,
que detrás de la bella comunicadora no hay más que la reacción neoliberal.
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