Los 90 años del
Comandante fueron celebrados en países de Europa, Asía, África y América, con
la participación del pueblo, estudiantes universidades, literatos, deportistas,
artistas, académicos, presidentes de algunos países, líderes comunales,
científicos, dirigentes campesinos, algunos premios Nobel, líderes religiosos,
representantes ecologistas, movimientos de derechos humanos, organizaciones de
mujeres, entre otros.
Ángel Bravo / Especial para Con Nuestra América
"Fidel", de José Luis Fariñas. |
Los enemigos de la
Revolución Cubana que desde hace varias décadas le vienen pronosticando decenas
de enfermedades a Fidel, y que desde mucho antes se habían pasado profetizando
una serie de sublevaciones en la isla e inminentes implosiones de la
Revolución, pasarán a formar parte de las páginas más vergonzosas de la
historia, no solo por sus desaciertos sino por su bajeza moral, su falta de
escrúpulos y la cobardía sin límites que les ha caracterizado. Todo esto no les
permite entender la estatura humana de un hombre y estadista, que para propios
y extraños es el estratega político y militar más grande que ha tenido el siglo
XX y parte del siglo XXI.
Nadie ha podido contar
la cantidad de jornadas de reflexión, eventos políticos, conciertos musicales,
publicaciones de libros y revistas, veladas artísticas, mesas redondas,
conferencias, certámenes deportivos, concursos literarios, creación de videos
clip, documentales y películas, que se han hecho y se siguen haciendo en todo
el mundo, a propósito del cumpleaños 90 de Fidel.
¿Alguna vez en la
historia se hizo algo semejante por otro político? Dirán que no, porque no
todos llegan a esa edad; de acuerdo, ¿pero a algún otro político que haya
cumplido 60 o 70 años se le ha hecho algo parecido? Admítanlo, el
reconocimiento a Fidel no tienen parangón en la historia, ha sido único. Los 90
años del Comandante fueron celebrados en países de Europa, Asía, África y
América, con la participación del pueblo, estudiantes universidades, literatos,
deportistas, artistas, académicos, presidentes de algunos países, líderes
comunales, científicos, dirigentes campesinos, algunos premios Nobel, líderes
religiosos, representantes ecologistas, movimientos de derechos humanos,
organizaciones de mujeres, entre otros. Todo esto produjo envidia y amargura en
los enemigos de la Revolución Cubana.
En Cuba tampoco
esperaban que el Comandante se hiciera presente en el teatro Karl Marx el 13 de
agosto, día de su cumpleaños. Una vez más sorprendía a todos, especialmente a
la mafia cubanoamericana de Miami, que creía que estaba agonizando en un lecho
de dolor. Su ingreso al auditorio generó una ovación interminable. Segundos
después, las imágenes eran difundidas reiteradamente por todo tipo de medios de
comunicación (incluso por quienes lo adversan) a todos los rincones del mundo.
Y Fidel como siempre,
acorazado de historia, arropado de decoro y sintiendo en su alma las palabras
del Apóstol “toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”, recibió el
apreció de su pueblo.
Sin embargo, ese
público presente, era la expresión, no solo de todo el pueblo cubano sino
también era el afecto, la admiración y el reconocimiento de todos los pueblos
del mundo. ¿Quién no hubiera querido estar esa noche en el teatro Karl Marx?
Fidel sigue siendo
inmenso; él es el símbolo de la dignidad, la resistencia, el coraje, la lucha y
la esperanza de los pueblos del mundo.
Quienes deseaban verlo
jubilado, otra vez volvieron a ser derrotados; deben entender que un
revolucionario nunca se gradúa ni se retira de la lucha. El Comandante sigue
trabajando, está muy ocupado y no dispone de tiempo. En su más reciente
artículo, al referirse a su infancia dice: “Así comenzó mi vida. A lo mejor
escribo, si tengo tiempo, sobre eso. Excúsenme que no lo haya hecho hasta
ahora, solo que tengo ideas de lo que se puede y debe enseñar a un niño.
Considero que la falta de educación es el mayor daño que se le puede hacer.” Y
en el penúltimo párrafo, además de expresar sus agradecimientos, indica que
continuará en la batalla de ideas: “Deseo expresar mi más profunda gratitud por
las muestras de respeto, los saludos y los obsequios que he recibido en estos
días, que me dan fuerzas para reciprocar a través de ideas que trasmitiré a los
militantes de nuestro Partido y a los organismos pertinentes.”
Como dice el refrán
popular, y esto es para esos pobres de espíritu, para esos que siempre han
deseado verlo fuera de combate: “al que no quiere sopa, dos platos.”
La decencia de Fidel es
colosal; Alicia Alonso bailarina cubana expresó una vez lo siguiente: “Pienso
que es tan grande que se convierte en una partecita, en una cosa sencilla. Si
sintiera lo grande que es, lo mataría el peso”.
Terminemos con unas
frases de Eduardo Galeano: “Fidel Castro es un símbolo de dignidad nacional.
Para los latinoamericanos, que ya estamos cumpliendo cinco siglos de
humillación, un símbolo entrañable.”
Gracias Fidel, eres el
Comandante de todos los tiempos.
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