Las organizaciones,
sean políticas o no, deben ser lo más ergonómicas posible, organizaciones
adaptadas a los/as militantes y no lo contrario; si no, terminarán siendo
despedazados/as; vulgarmente cosificados.
José Toledo Alcalde / Especial para Con Nuestra América
Procusto atacado por Teseo. |
Hace unos días el
compañero Jorge Millones colgó en su muro una alusión al mito griego Procusto
el cual me pareció formidable desde la alusión al panorama político por el cual
atravesamos en Perú. En particular me parece como anillo al dedo aplicarlo al caso
Frente Amplio. Un caso político que pone al borde de la desintegración millones
de esperanzas debido a jaloneos individualistas y con sabor a caprichos de
poder.
César Hildebrant en la
última edición del Semanario “Hildebrant en sus Trece” (9-15/09) cierra un
primer ciclo de opiniones sobre las contiendas sucedidas la última semana al
interior del Frente Amplio en donde detalla los pormenores de la separación de
Marisa Glave, Pedro Franke e Irene Pfücker del Comité Permanente del FA por
decisión expresa del Comité Ejecutivo de Tierra y Libertad. Este no
insignificante acontecimiento abrió un nuevo capítulo en la desabrida unidad de
la izquierda frente a la feroz arremetida neoliberal que asola al Perú y países
de la región.
Ante el gozo de la derecha. La única plataforma de oposición
que plantea cambios radicales (FA) se resquebraja por la obstinada persistencia
de ortodoxos miembros de Tierra y Libertad que aspiran hegemonizar el Frente
Amplio. La orden es controlar, por todos los medios, el poder obtenido gracias
a la diversidad de organizaciones y movimientos sociales y políticos que
apoyaron la campaña y so pretexto de organizar el FA se cierran puertas a
organizaciones que solicitaron su adhesión. Vale decir, bienvenidas fueron las
votaciones que colocaron 10 representantes en el congreso y ahora que estos
aspiran participar formalmente en el FA se les tira las puertas en las narices
hasta nuevo aviso. Así de simple la decisión y complejo el comportamiento.
La jugada de Arana y
cía. fue acertada. Fueron ocho años de funcionamiento como partido pero con
liderazgo sin asidero en la simpatía del pueblo y sin el apoyo nacional de
movimientos sociales y organizaciones políticas. De esta manera Marco Arana y
cía. no hubiesen saltado la valla pero ni con grúa de apoyo. Arana tiene razón:
sin Tierra y Libertad, el FA no hubiese tenido la inscripción; pero sin el FA y
Verónika Mendoza, él y los 10 congresistas de Tierra y Libertad no estuvieran
ocupando sus respectivos curules entre otros beneficios.
Es aquí donde ingresa
Damastes, apodado Procusto el “estirador”. Este personaje era conocido también
como el “avasallador” o “controlador”. Era un albergador de viajantes en una de
sus casas en la colina; “La posada de Procusto”. El detalle es que Procusto tenía
dos lechos adaptables al tamaño del transeúnte. Procusto tenía dos
habitaciones, una de lecho pequeño y la otra grande. Cada huésped eran enviado
a la habitación dependiendo de su tamaño así podía ejecutarlos y sacárselos de
encima.
Si el huésped quedaba
corto era atormentado con estiramientos que al final terminaría descoyuntándolo
sangrientamente. Si sobresalía del lecho sus pies y cabeza eran cercenados sin
piedad. Al final Procusto terminaría sus días en una de sus camas siendo
apresado con sus mismas artimañas por el héroe Teseo. Este atándolo de pies y
manos pudo comprobar que Procusto no cabía en su lecho procediendo a cortarle
pies y cabeza.
“El lecho de Arana”. El clima electoral, adverso a
cualquier corriente progresista o de izquierda en el Perú, homogeneizó a la
derecha, enmascarándola groseramente de diversidad sacando partidos políticos
de debajo de las piedras, y diversificó
a la izquierda intentándose la unidad por segunda vez, siendo la primera en
2006 apareciendo como “Coordinadora Nacional
de Izquierda y Partidos Progresistas”,
esta segunda fusión fue en torno al Frente Amplio (junio 2013). Arana
era el “propietario” del partido, Tierra y Libertad, así nació, fue su líder, e
inscribió al FA ante el JNE. En este primer momento el “lecho de Arana” no era
necesario. Se asumió que, por derecho de “propiedad”, el dueño, Arana, sería el
candidato natural a las elecciones. Algunos opinólogos llegaron a sostener que
la candidatura de Arana seria muestra de “gratitud” por la inscripción realizada.
En este primer momento nadie subiría al “lecho de Arana”. Se asumió que el
lecho fue hecho a la medida de Arana.
“Los lechos de Arana”. Pero la jugada no salió como se
pensó. La irrupción de “(la) mujer provinciana, inteligente, capaz…” (M. Arana)
que cambió, no solo el rostro a la izquierda sino el sentido de su razón de ser
en el panorama político nacional y regional, demostró que en la “posada de
Arana” no había un único lecho – el de Arana – sino que cada huésped tenía el
suyo y estos hechos a la justa medida de sus capacidades. Esto no fue del
agrado del “propietario de la posada”.
“La política procusteana”, “avasalladora” y “controladora” seria la
opción que garantizaría sillones para el 2018 y 2021 y Arana no tardó en apurar
estrategias de eliminación arbitraria - de personajes - que a la corta o larga
serian rocas en su camino electoral.
¿Cómo podría ser el
“dueño de la posada” (FA), Arana, candidato a la vice-presidencia y una de sus
huéspedes, Mendoza, candidata a la presidencia? Y al final no llegaría ni a la
vice presidencia y por un pelo ni a congresista?
Esto era absurdo, una
total muestra de incoherencia para Tierra y Libertad. Fue así como Arana se
metió por los palos al congreso en un extraño triunfo en Cajamarca, según
propios y extraños. Y así empezaron a
ser medidos, los “huéspedes de la posada” (FA) , en el “lecho de Arana”. Por lo
visto a Marisa Glave, Horacio Zevallos, Pedro Franke e Irene Pfücker el “lecho de Arana” les quedó extremadamente
pequeño. Sobresalieron, ejercieron el derecho a la autonomía, a tal punto que
pies y cabezas rodaron sin asco. Mendoza, no genera problemas, por lo pronto,
por encontrarse fuera de la “posada de Arana”. Arana llega a decir esta
“posada” (FA) es mía - y yo la inscribí - si alguien quiere tener su “posada”
(partido inscrito en el JNE) que se vaya y la inscriba.
¿Será necesario que
Mendoza y las demás lideresas y lideres regresen a aquella “posada” sabiendo
que su propietario cambia los “lechos” (de medición de lealtad) a conveniencia
y a conveniencia seguirá sacándose de encima – o de abajo - a todo aquel o
aquella que no reconozca que en la
“posada de Arana” solo existe y existirá un lecho? Las/os demás si quieren que
se echen en el suelo.
Necesaria nueva creación. Lamentablemente el Frente Amplio
nació como un injerto. Una coalición de agrupaciones -con sentimiento de
liderazgo colectivo- implantado en un partido de matices caudillistas. La
formula de creación de una inscripción de amplia base e inclusivo
pensamiento -que represente a los
movimientos y agrupaciones sociales y políticas de izquierda- debe contar con
un liderazgo colectivo, colegiado, en donde la figura de Verónika Mendoza no
sea lanzada por la borda, descartada electoreramente sino esta madure y se
consolide, en el tiempo, desde su presencia directriz, visionaria, compartiendo
colectivamente, sin ego-patologías, el destino del nuevo Frente Amplio o como
quiera que se llame.
Nuevo espacio de
encuentros –dentro o fuera del actual FA– esfera política de aprendizajes y planificaciones
donde la ética del militante sea tal cual consta en la “Declaración de
Principios del Frente Amplio”: La ética del militante asume la diversidad, el
respeto profundo por el otro y la otra. Somos feministas, varones y mujeres lo
somos, pues es solo sobre el respeto a la dignidad plena del otro/a más cercano
(sic) podremos hombres y mujeres hacernos plenamente humanos…”. Sería bueno que
alguien pueda decirle a Arana que las organizaciones, sean políticas o no,
deben ser lo más ergonómicas posible, organizaciones adaptadas a los/as
militantes y no lo contrario; si no, terminarán siendo despedazados/as;
vulgarmente cosificados: “me sirves, te quedas; no me sirves, te largas”. El
slogan “Democracia” permite arbitrariedades; la “cultura democrática”, no.
¿Qué es más importante
el partido o las personas que las integran?
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