¿Estos personajes son
los que juzgan a Venezuela? ¿Habrá alguien que los tome en serio? Se sabe que
hoy la democracia electoral da para cualquier cosa: ladrones, mentirosos,
tramposos y violadores de derechos humanos pueden acceder a la presidencia de un
país con la única condición de ser
vasallos de Estados Unidos.
Sergio
Rodríguez Gelfenstein / Especial para Con Nuestra América
Desde
Caracas, Venezuela
En un acto que no se
caracteriza precisamente por el apego a las prácticas diplomáticas, mucho menos
a la ética que debe caracterizar el comportamiento internacional de los
Estados, el canciller chileno ante el autismo ya habitual de la presidenta
Michelle Bachelet -pensando más en su futuro como funcionaria internacional que
en los intereses de su pueblo- aproveché la convocatoria del Foro China-Celac
en Santiago para reunir a los países del autodenominado grupo de “perritos
simpáticos acostados en la alfombra de la Casa Blanca” a fin de dar un paso más
en su escalada de agresión contra Venezuela.
A su vez, Heraldo Muñoz también
está tratando desesperadamente que sus amos del norte se fijen en él y
recompensen sus servicios con un cargo que mejore sus expectativas, que hasta
ahora solo se limitan al intento de impedir que su organización política, el
Partido por la Democracia (PPD) tenga un honroso funeral después de la debacle
electoral de los últimos comicios.
En una afrenta al
gobierno chino, Heraldo espero sólo unas horas tras la partida de Santiago del
canciller Wang Yi, para que, después de estar conversando durante dos días de
una supuesta voluntad integracionista de los gobiernos de derecha de la región,
mostrara su verdadera cara, al proponer un nuevo libelo intervencionista -que
fue aprobado por dicho grupo- con el que se proponen coadyuvar a crear
condiciones para derrocar al gobierno de Venezuela.
No contento con eso, y
después de exultantes y desvergonzadas loas a Wang que solo persiguen atraer
inversiones y mejorar un intercambio comercial con China con el único propósito
de fortalecer y ayudar a incrementar ganancias a los grandes empresarios
chilenos, Heraldo anunció solo unas horas después, (mientras Wang todavía
volaba de regreso a Beijing) que en marzo se aprobaría el denominado TPP11, es
decir el Acuerdo Transpacífico sin Estados Unidos, una alianza comercial
claramente instituida por Obama para competir contra China, la cual fue dejada
sin efecto por Trump. Para ello, Heraldo organizó un evento en Viña del Mar en
marzo del año pasado en el cual se “vendió” como el salvador del TPP y líder de
la Alianza del Pacífico para ese empeño. China, invitado a ese foro, envió una
delegación de tercer nivel que se permitió decirle al heraldo chileno, en su
propio país: “libre comercio si, TPP no”.
Sin embargo, para
Heraldo fue más fuerte su voluntad de servir a sus jefes del Partido Demócrata
de Estados Unidos que esperando tiempos mejores, han puesto a funcionar a todos
sus adláteres latinoamericanos, (como Heraldo, el canciller mexicano Videgaray
y otros) para que hagan su trabajo, después de haber sido desplazados de la
presidencia de ese país. Para que no quedara ninguna duda de su papel
protagónico, Heraldo afirmó que “…ha sido una negociación intensa que terminó a
última hora en Tokio”. Yo estuve hasta última hora (del lunes, hora chilena) en
contacto con el ministro de comercio de Canadá quien pidió apoyo a una fórmula
que Chile estaba apoyando (sic)…”. O sea, estuvo simultáneamente chupando
medias al canciller chino en Santiago y al mismo tiempo, haciendo lo propio con
los japoneses y canadienses en Tokio. Continuó Heraldo con su auto adulación:
“…la idea de seguir adelante con el TPP sin Estados Unidos y con algunas
modificaciones surgió en Viña del Mar en marzo del año pasado, cuando reunimos
a todos los cancilleres y ministros de comercio que firmaron originalmente el
TPP”. Le faltaba algo a Heraldo: dejar claro que esta era su obra y que ningún
Piñera le iba a escamotear su victoria, así lo manifestó claramente: “Esto es
algo que firmará la administración de la presidenta Michelle Bachelet, que es
la que negoció la parte final del TPP original y que negoció enteramente el
TPP11. Estamos muy satisfechos”. Mucho más lo están los grandes empresarios y
los chilenos en general, quienes votaron por Piñera, porque a pesar de todas
sus genuflexiones y de dejarlos hacer el trabajo sucio por un lapso, la
oligarquía sabe perfectamente la diferencia entre quien le sirve
subordinadamente y quien es miembro de su cofradía por antigüedad y apellido.
Por eso dejó gobernar dos veces a Bachelet, quien aceptó gustosamente su papel
servil y sumiso para entregar -dos veces también- el gobierno a la ultra
derecha y al pinochetismo, en una de las actuaciones políticas más repudiables
de la historia republicana de Chile.
Pero ya se va,
(indudablemente lo que viene es peor) eso es que quiso la minoría que vota en
Chile, con ella se va Heraldo, no se sabe a que nueva rastrera misión, propia
de su personalidad y comportamiento, lo importante es que se va. Y así, la
historia irá olvidando a todos los “perritos simpáticos”, Kuczynski pactó con
el hijo del ex dictador la libertad de éste a cambio de mantenerse en el
gobierno. Esa actitud tan ruin, egoísta y cobarde le hizo caer a menos de un
20% de popularidad. Ya se va Cartés en Paraguay, está tratando desesperadamente
de dejar a un pupilo que no investigue sus múltiples actividades que según la
prensa de su país están al borde de la ilegalidad. Juan Orlando Hernández debió
dar un golpe de Estado en Honduras y su gobierno sólo ha sido reconocido por
Estados Unidos, Israel, Colombia y Guatemala. Santos se marchará también este año, será recordado
como traidor por la derecha uribista, y como genuflexo por sus aliados,
seguramente utilizará su Premio Nobel para dar conferencias sobre la paz que no
se logró en Colombia porque todo fue un engaño de su gobierno, en un proceso
fracasado en el que la oligarquía colombiana logró en la negociación, la
victoria que no pudo obtener en los campos de combate. Santos ha dicho que no
reconocerá al gobierno que surja de las próximas elecciones en Venezuela.
¿Habrá alguien en el país que le importe el reconocimiento de Colombia? ¿Acaso
Bolívar le preguntó a la oligarquía bogotana si estaban de acuerdo con su
independencia? No lo hizo, desarrollo la campaña de Nueva Granada concluida en
la Batalla de Boyacá y les dio patria y libertad sin pedir nada a cambio.
Venezuela tuvo que esperar 34 años, guerra mediante, para que España
reconociera su independencia y nadie se echó a morir por eso. Santos se debería
preocupar por las decenas de líderes sociales y activistas de derechos humanos
asesinados diariamente en Colombia, por los miles de niños muertos por desnutrición
en la Guajira, por el incremento de las acciones de las organizaciones
paramilitares y sobre todo porque algún pupilo suyo gane las elecciones para
que no investigue sus vínculos con Odebrecht y otras actividades no muy
“santas” precisamente.
Asimismo, Peña Nieto se
dispone al mayor fraude de la historia de México (lo cual es mucho decir) para
impedir el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, no hay otra manera de frenar
esa realidad que anuncian todas las encuestas creíbles. Peña se va mucho más
rico de lo que llegó al gobierno, con un país mucho más peligroso para la vida
de los ciudadanos, un récord en materia de violación de derechos humanos que es
una vergüenza para el país que en algún momento tuvo la Constitución más
avanzada de América Latina, la mayor cantidad de periodistas asesinados y el
más alto número de feminicidios del mundo y lo que es peor, sometido a la
humillación de Estados Unidos, algo despreciable para el noble pueblo mexicano
que sufre con resignación la carencia de líderes que se acerquen mínimamente
a la dignidad de los próceres que le dieron nación y
patria.
Temer gobierna con el
5% de popularidad, apoyado en la compra de la mayoría de los parlamentarios los
cuales evidentemente tiene su precio, a cambio, tocada día restringe más los
logros sociales obtenidos por el pueblo brasileño tras largos años de lucha, al
mismo tiempo le entrega el país a las transnacionales, vendiendo impunemente la
soberanía y las riquezas de su país. Macri pasó de un 60% de popularidad en
octubre a un 51% en diciembre y 37% ahora cayendo por una pendiente abrupta que
no logra detener después que los argentinos de clase media se han comenzado a
dar cuenta que no solo los pobres serán afectados por las políticas anti
populares y represivas del gobierno. Ahora van por ellos, lo empezarán a sentir
en sus bolsillos y en la supuesta estabilidad lograda tras “salir de Cristina”.
¿Estos personajes son
los que juzgan a Venezuela? ¿Habrá alguien que los tome en serio? Se sabe que
hoy la democracia electoral da para cualquier cosa: ladrones, mentirosos,
tramposos y violadores de derechos humanos pueden acceder a la presidencia de un
país con la única condición de ser
vasallos de Estados Unidos. Las muestras más fehacientes: Temer, Juan Orlando
Hernández y Piñera. Se sabe también que la democracia venezolana está apenas en
construcción y que serán los venezolanos quienes tendrán que mejorarla, pero
será mediante el diálogo y la negociación. Los dirigentes de la oposición -ninguno
de los cuales ha ido nunca a una guerra y no sabe lo que ella significa y hasta
dónde pueden llegar los comportamientos humanos en esa situación- tendrán que
asumir la responsabilidad histórica de buscar caminos pacíficos de solución o
hacerle caso a Trump, Bachelet, Rajoy y Santos que los presionan para que sigan
el despeñadero de la violencia y la guerra. Finalmente, las cosas se
solucionarán internamente, no serán estos oscuros personajes de la historia que
no tienen mucho que mostrar en sus países, los que vengan a dar lecciones democracia,
probidad y honradez. Ninguno terminará su gobierno con más del 20% de
aprobación.
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