El presidente Otto Pérez Molina debe ser
también juzgado en un tribunal del sistema judicial de la República de
Guatemala, para que dé cuentas de lo que hizo durante la guerra civil en el país
centroamericano. Efraín Ríos Montt le tiene apartada una celda a la par de la
suya.
Rafael
Cuevas Molina/Presidente AUNA-Costa Rica
La expresión de Ríos Montt luego de escuchar su sentencia por genocidio y crímenes de lesa humanidad. El fallo constituye un hito en la historia de América Latina. |
La noticia ya ha dado la vuelta al
mundo, Ríos Montt ha sido condenado por genocidio y crímenes de lesa humanidad
en Guatemala. Se ha hecho justicia, aunque ha costado mucho llegar a ella. La
sociedad guatemalteca, tan polarizada, está conmocionada, exaltada, asombrada.
Una vez atrapado el carnicero mayor, sin
embargo, debe llamarse a cuentas a los demás que estuvieron implicados en los
crímenes atroces que se llevaron a cabo en la década de los ochenta. Uno de
ellos, según pruebas que lo demuestran fehacientemente, es el actual presidente
de Guatemala, el general retirado Otto Pérez Molina, que con el alias de Tito
dirigió operaciones de contrainsurgencia en el área ixil.
El general Pérez Molina tiene vocación
represiva. Persiguió hasta la muerte a los ixiles y hoy mismo sigue, en su
mandato presidencial, reprimiendo al movimiento popular que reclama un
desarrollo sustentable, libre de
megaminería y con justicia social.
Otto Pérez Molina no ha escarmentado. Su
modus operandi sigue siendo, en esencia, el mismo, solo detenido por las nuevas
circunstancias que no le permiten
desencadenar, como hace 30 años, el terror indiscriminado.
Tratando de cubrirse las espaldas, ha
declarado en repetidas oportunidades que en Guatemala no hubo genocidio, a
contrapelo de todas las pruebas que se presentaban en los tribunales de
justicia.
Otto Pérez no está ni lejanamente
arrepentido de lo que hizo en el pasado; todo lo contrario, al repetir hoy los
métodos represivos que antes usó, reafirma su vocación criminal.
Por todo ello, Otto Pérez Molina debe
ser también juzgado en un tribunal del sistema judicial de la República de
Guatemala, para que dé cuentas de lo que hizo.
Efraín Ríos Montt le tiene apartada una
celda a la par de la suya.
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