La Política de Seguridad impuesta por Estados Unidos de
América nos lleva a la muerte programada del pueblo hondureño y a borrar
la memoria histórica de nuestros mártires, héroes y heroínas: Lempira, José
Cecilio del Valle, Francisco Morazán, Froylán Turcios, Visitación Padilla
y Lolita Caballero; así como las luchas de resistencia heróicas de las
organizaciones indígenas, garífunas, obreras campesinas, pobladoras y
estudiantiles.
Juan Almendares / Especial para Con Nuestra América
Desde
Tegucigalpa, Honduras
“Nosotros los Marines creemos que
Dios dio a América (Estados Unidos de América) el mejor regalo que
podría otorgar al hombre… la libertad… Tengan la seguridad que en
nuestra América, este experimento en la democracia comenzó hace más de
dos siglos, por siempre siendo la "tierra de los libres y el hogar de los
valientes", siempre y cuando nunca se quede sin jóvenes estadounidenses
duros que están dispuestos a mirar más allá de su propio interés personal y la vida confortable, y
entrar en los lugares más oscuros y peligrosos en la tierra para cazar y matar,
a aquellos que quieren hacernos daño”.
John Kelly, Jefe del Comando Sur de los Estados Unidos de América
SEIS HECHOS Y EJES debidamente articulados han
puesto a Honduras en el escenario mundial:
-Golpe de Estado del 28 de junio del 2009.
-Más del ochenta por ciento de la droga que entra a
Estados Unidos de América pasa por Honduras
-Existencia de la tasa de homicidios 86.5 por cien mil
habitantes que corresponde a la más alta en el mundo.
-Epicentro de las maniobras de la geopolítica militar y
contra las drogas de EUA en América Latina.
-Uno de los países más pobres de América Latina donde
prevalecen las políticas depredadoras multinacionales: minería, monocultivos,
agrocombustibles, transgénicos, megaproyectos de represas, turismo y el
sometimiento a la hegemonía capitalista de la globalización neoliberal.
-Alta tasa de inseguridad y de violaciones a los
derechos humanos.
PARA ESTE TRABAJO nos
centraremos sobre la situación de seguridad y violaciones a los derechos
humanos, la soberanía y autodeterminación del pueblo hondureño.
En la última década se ha incrementado el número de bases
militares estadounidenses, con fuertes controles aéreos, marítimos y
terrestres. Se suman a la Base Soto Cano (Palmerola), en Comayagua, las
siguientes: una en las Islas de la Bahía (Guanaja) , otra en la Mosquitia
(cerca de la laguna de Caratasca), y en Puerto Castilla, se está desarrollando
una fuerte infraestructura militar que está articulada a la Cuarta Flota del
Comando Sur.
En la zona norte, oriental y central del país y en las
cercanías del Caribe, existe la mayor militarización. En la Zona Sur e se
desarrollan operaciones militares conjuntas que ejercen el control del
mar Pacifico, en donde la política del Pentágono además de militar, es tener
mayor hegemonía mediante la privatización de los mares.
Los mayores traumas, terrores, torturas y
asesinatos se han concentrado, en las áreas del Valle del Aguán,
territorios garífunas, misquitos, tawakas, y familias campesinas.
Las comunidades son falsamente acusadas de ser grupos guerrilleros y bajo
el pretexto de la guerra contra las drogas y defensa de las propiedades
de los terratenientes y multinacionales (minería, petróleo, neocolonización
británica/estadounidense) y agrocombustibles , se realizan
experimentos de guerra que tienen como chivo expiatorio a las comunidades campesinas.
Participan en las operaciones : las Fuerzas Armadas y la Policía hondureñas (
Base Naval de Puerto Castilla, Batallón de Infantería, Operación Xatruch,
Policía Local y cuerpos de Inteligencia Militar); miembros militares y de
contrainsurgencia estadounidenses, Agentes de la DEA, y la policía
colombiana, guardias privados de los terratenientes y cuerpos armados de los
narcotraficantes.
La política intervencionista del Pentágono ha invadido
todos los espacios militares, económicos, sociales, políticos, ideológicos
religiosos y mediáticos del país; a tal grado que el objetivo central es la
amenaza constante de otro golpe de Estado o consolidar la intervención total
para considerar a Honduras un “Estado Fallido” e ingobernable y aplicar
la receta de Haití, o convertirlo en un Estado de Excepción permanente o
El Estado Libre Asociado como Puerto Rico.
Las líneas dominantes se han realizado en nombre de la
Seguridad, desde luego la Seguridad de los Estados Unidos, para lo cual se ha
pretendido (sin resultados) borrar la memoria de la Doctrina de Seguridad
Nacional con sus crímenes (desaparición forzosa) y establecer una Nueva
Doctrina de la Seguridad.
EL PRIMER PASO son amenazas o consumación de los Golpes de
Estado en América Latina y la militarización del Estado y la sociedad
donde los ejércitos y cuerpos policiales sean obedientes y no deliberantes a
las políticas del Pentágono. En el caso particular de Honduras se ha pretendido
borrar la memoria de los actos violatorios y de tortura que ha realizado el
ejercito entrenado en la Escuela de las Américas , y considerar el cuerpo
castrense como el principal garante de la seguridad.
EL SEGUNDO PASO ha sido depurar los cuerpos
policiales y dejar intacto los cuerpos militares (ambos han participado en
actos de corrupción y violación de los derechos humanos). La depuración
ha sido desigual, los encargados de hacerla, los altos jefes no se han
depurados a sí mismos y lo hacen postfactum (después de los hechos).
En las pruebas de confianza han tenido un gran peso la tortura
psicológica mediante utilización del polígrafo, el FBI, la policía colombiana y
mexicana. El “Comisionismo“ ha proliferado y cuando presentan informes sobre la
corrupción policial de la alta jerarquía; no existe la debida información
al pueblo hondureño.
EL TERCER PASO ha sido promover la intervención del
Ministerio Público, la Corte Suprema de Justicia y desarrollar una
política de despojo de la cultura y desnacionalización en el país. Financiar a
cuadros intelectuales orgánicos y organizaciones sociales, religiosas y
mediáticas afines a la política imperialista para que el pueblo
acepte la intervención estadounidense y la militarización de la sociedad.
EL CUARTO PASO es crear la confusión y el caos mediante la
proliferación de problemas o situaciones de violencia. Los
recientes cambios en las políticas de ha sido la sustitución
del Ministro de Seguridad. Estos cambios ocurren cuando se producen
las visitas de altos funcionarios estadounidenses: militares
y expertos en la contrainsurgencia y la guerra contra las drogas y sobre
todo en las políticas agresivas contra Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y
Nicaragua; tales como los visiitantes: John Kelly, Jefe del Comando Sur, El Zar
Antidrogas William Brownfield y el senador Robert Menéndez.
No hay duda de que si existe intervención desde afuera es
porque hay condiciones internas ya sea de la oligarquía financiera,
agroindustriales, el Gobierno, los partidos políticos; así como de las
organizaciones del movimiento social y la denominada “sociedad civil”, quienes
guardan silencio ante las violaciones a la dignidad nacional. Lo que
tenemos en Honduras es una guerra contra el pueblo, es un experimento bélico
aterrorizante que nos despoja de los territorios, de la dignidad y de la cultura.
Es la violencia neocolonizadora que se presenta como algo monstruoso y
difícil de vencer. Es la guerra psicológica, la guerra de conflictos de
baja intensidad, la guerra mediática y la guerra irregular. Es la Nueva
Doctrina de Seguridad que se manifiesta cada vez mas como la Seguridad más
insegura.
Los siniestros planes nos perforan el cerebro y la
conciencia y nos hacen creer que nosotros y nosotras somos los violentos
y salvajes y que por lo tanto se requieren la limpieza social, femicido y el
exterminio de los campesinos, garífunas, indígenas y los pueblos
originarios y ser dóciles ante el envenenamiento de la Madre Tierra con
industria extractiva minera, la explotación del petróleo, los bosque, el
encarcelamiento de las aguas y la vulneración de la soberanía alimentaria:
agrocombustibles; plaguicidas y transgenicos generados por la biotecnología de
la MONSANTO.
Nuestro gran desafío es la unidad de las fuerzas
contrahegemónicas, defender la cultura y autodeterminación, la soberanía y la
dignidad nacional. La verdadera Seguridad no es militar ni policial;
tiene su fundamento en la transformación de la desigualdad social y económica,
la injusticia social, y lograr el buen vivir, el respeto a los derechos
humanos y de la Madre Tierra.
La Política de Seguridad impuesta por Estados Unidos de
América nos lleva a la muerte programada del pueblo hondureño y a borrar
la memoria histórica de nuestros mártires, héroes y heroínas: Lempira, José
Cecilio del Valle, Francisco Morazán, Froylán Turcios, Visitación Padilla
y Lolita Caballero; así como las luchas de resistencia heróicas de las
organizaciones indígenas, garífunas, obreras campesinas, pobladoras y
estudiantiles.
Con toda esta plataforma de agresión imperialista en
Honduras la vida de un campesino, de una mujer o de un niño sólo vale un
cintillo en los periódicos amarillistas, porque la mismísima Seguridad se ha
vuelto insegura.
Tegucigalpa, mayo 2013.
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