La crisis actual es inédita en la historia. Su carácter planetario
implica que no se soluciona manteniendo la hegemonía de una nación o de un conjunto de naciones. Ningún país aislado la podrá asumir
pretendiendo así superarla. La espiral armamentista en que han incurrido no
pocos países es una muestra de locura,
pues puede conducir al suicidio colectivo.
Arnoldo Mora Rodríguez /
Especial para Con Nuestra América
En tiempos de crisis global, el
quehacer político se convierte ante todo en criticar. Se critica todo porque
todo está en crisis, incluidos quienes hacen crítica. Nadie escapa a ello. En
tiempos de globalización de la democracia, la crítica se democratiza, es decir,
todo el mundo la hace y todo el mundo la sufre. En circunstancias como estas,
se suele hacer política con el fin de evadir responsabilidades o como un
ejercicio catártico. De esta manera, se ve la política o desde el punto de
vista ético, señalando con el dedo acusador al responsable que suele ser otro y
no uno mismo; o desde el punto de vista estético haciendo de la crítica un
espectáculo teatral por no decir circense, cuyo único fin es el espectáculo en
sí mismo.
Ambas actitudes eluden la función de la razón, la cual abarca tanto el
pensamiento como el compromiso; con ello,
la política se asume desde la
lucidez de la conciencia dentro del marco de una concepción libre de la
voluntad, todo unido a la pasión de
quien se siente protagonista de su propio destino. Quien vive así la política
se convierte en líder, en figura que encarna una época, en protagonista de la
historia. El político es mucho más que un fiscal que acusa
(Savonarola) o un juez que condena (Torquemada); tampoco es un saltimbanqui que convierte el quehacer político
en lúdica performance como, con alguna
destreza, lo hiciera ayer Reagan y hoy,
con calculada torpeza, lo hace Trump. Ambos personajes han identificado
al “all american boy” con el cowboy del
lejano Oeste. Tal parece ser la reacción
de un sector nada desdeñable de la
mayor potencia del mundo ante la crisis estructural, cuya raíz remonta a
las catastróficas políticas de Bush. Esa crisis fue paliada por el emergente
Obama, pero se preve que se agravará pronto; por lo que quien gane en noviembre deberá enfrentarla. Una crisis, cuando se asume racionalmente, se convierte en desafío, ante
el cual solo cabe la alternativa de convertirla en peldaño para subir, o en
muro que impide avanzar.
La crisis actual es inédita en la historia. Su carácter planetario
implica que no se soluciona manteniendo la hegemonía de una nación o de un conjunto de naciones. Ningún país aislado la podrá asumir
pretendiendo así superarla. La espiral armamentista en que han incurrido no
pocos países es una muestra de locura,
pues puede conducir al suicidio colectivo. Solo queda la salida política, la
confrontación dialéctica y no la militar, que respete el derecho
internacional (Siria, Venezuela) y el
Estado de Derecho (Brasil). Figuras de relieve internacional como algunos
parlamentarios o exmandatarios, podrían jugar un papel valioso en la exploración de caminos que
reafirmen esos principios sobre los que se funda la convivencia civilizada de
los pueblos. Requisito indispensable para lograrlo es que respeten su investidura y no se
conviertan en esperpénticas comparsas.
Lo dicho concierne a los conflictos locales o regionales. En cuanto a la
gobernanza de la humanidad, la única esperanza realista es la reforma de las
Naciones Unidas, que ya se esboza en los intentos de democratización de la
escogencia de su Secretario (ojalá Secretaria)
General, como paso previo a la democratización del Consejo de Seguridad.
Como ahora Costa Rica sí tiene un Embajador que encarna los mejores valores
de la Patria de Juanito Mora, confío en que nuestro pequeño gran país juegue un
papel significativo en el intento de reformar las Naciones Unidas.
3 comentarios:
Vivimos una crisis civilizatoria y educativa… que raro no, con tanta técnica y conocimiento a nuestro favor. En un mundo tan democrático, tan bien repartido, justo y equitativo, no, cualquiera diría que es una broma de muy mal gusto.
La vida
no está
en condiciones
de enseñar
y educar
a aquellos
que no creen
en ella.
Primeramente precisamos reconocer nuestra ignorancia, brutalidad descomunal contra nosotros mismos, después… que como nuestra civilización hasta dónde yo sé, se funda en el dominio y la explotación de la vida, es claro que nuestra educación sigue y se funda en tales lineamientos.
En fusión de los mismos ha desarrollado todo un conocimiento y una tecnología creada a tal fines y u objetivos, precisó educar y formar, o deforma a los seres vivos, para que se puedan adaptarse a los requerimientos del mercado, y la demanda de mano de obra sumisa y barata, para que puedan atentar actuar obedecer, por sus propias manos, sin una gota de remordimiento y menos conciencia, para servir fusionar y proceder contra la propia vida.
Si la humanidad ha creado ejércitos catedrales palacios fortalezas y castillos, como grandes bibliotecas de todos los estilos, para dominar y explotar, someter por la fuerza y la violencia a otros territorios y pueblos, tengo que educar formar solados firmes y leales, escuelas del oficio, como fieles ciegos y obedientes servidores, a los cometidos del desarrollo y el progreso de la económica del sistema social cultural, que nos forma y educa, que nos paga y gratifica con su reconocimiento y un sueldo, del que pasamos hacer absolutamente dependientes.
Este sistema precisa ingenieros y gente calificada en todos los campos y áreas del saber y el conocimiento, en el de la industria y el comercio, como en el del negocio de la guerra, de la técnica y el progreso en todas las áreas y clase, para en el manejo y el uso óptimo de productos y estrategias armamentísticas, ( no para el amor y comprensión entre los hombres disparatada locura) si no de y para el domino y la explotación de lo que sea eso, despreciado vapuleado pisoteado como la vida de los miserables, de los otros , de los enemigos, como dela tierra a conquistar saquear.
Preciso expertos y estadistas nucleares navales, ingenieros y arquitectos, matemáticos y economistas, del manejo del marketing la cultura del engolosinamiento compulsivo y masivo como anulación de las masas, a las que precisó formar lesionar en el consumo banal superficial, para eso se precisan las academias de oficio, las escuelas y las universidades.
Por ejemplo, un estado que se precie de progresista como el estado uruguayo tiene que educar a la población desde que nace en el manejo y el domino del lenguaje electrónico, no solo para venderle celulares de última generación, si no para brindarles a las necesidades del capital extranjero el atractivo de una población educada y forma en el manejo de tal lenguaje, imprescindible para los rendimientos económicas del capital, para tener opciones de trabajar servir y ser funcional al sistema capitalista.
Jamás nos van a dar medios y posibilidades para reconocernos en la vida como seres vivos comprometidos con la vida, no, eso jamás, eso es una locura que impedirá nuestra inserción como pueblo inteligente en el concierto internacional del sistema capitalista globalizado, y quedar rezagados juntos a otros pueblos en esta carrera.
Para que podamos ser empelados y explotados como dios manda, en un tienda, un supermercado, una estación de servicio o en el agro, etc., etc., si o si hay que saber computación, para que sepan reconocer una orden, como los criterios científicos del desarrollo, en tanto esto hay que formar y educar a los individuos.,
En tanto para que sepan aceptar la miseria y el deprecio al que son, somos, sometidos etc., etc.,
Es evidente que esta civilización está en crisis, ni que hablar de la educación, aquí nadie se forma ni educa para amar respetar la vida, ni siquiera la vida propia, ni la de un otro, ni de la tierra que piso ni del agua que bebo ni del niño y la mujer que abraso.
Estoy loco como voy a pensar en proponer otro conocimiento, una otra forma de organización social, fundada en el respeto y la consideración como en el aprendizaje de la vida, del aprender del poder productivo creativo extraordinario de la vida.
No, no, esto es una locura, la vida produce lo insólito, con una eficiencia extraordinaria, pero yo, o la especie a la que respondo, no vamos a aprender de ella, cualquier sistema terrestre es miles de millones de veces más inclusivo participativo diversificado como económicamente eficiente que cualquier, o la mejor organización humana, pero no vamos a retroceder en nuestra arrogancia y soberbia.
No vamos a reconocer nuestra brutal ignorancia, vamos a seguir atentando con todo, contra la vida sin aprender nada absolutamente nada de ella, y si claro está, lo vamos hacer de las escuelas y universidades de sus verdugos sádicos negadores de su saber, bellezas y poder.
No existe ningún químico ni ingeniero que pueda producir generar lo que produce genera crea libera gratuitamente un helecho.
En un metro cuadrado de selva o un arrecife de coral hay más diversidad capacidad creativa productiva y económica que en cientos de miles de kilómetros cuadrados de fábricas e industrias de nuestra jactanciosa eficiente como inútil arrogancia humana.
Una planta de tomate como un árbol o cualquiera otra planta, un orquídea, etc., supera con creces a cualquier planta industrial en su producción, ya que con su trabajo y vida, con sus procesos productivos generativos produce y libera en tanto que devuelve al mundo y a la realidad, la realidad básica que toma de la que se sirve.
Tras multiplicarla cientos de miles de veces en el poder y el potencial de su belleza, la devuelve aumentada y multiplicada en su belleza y complejidad, cualquier planta viva a partir de elementos básicos y simples como comunes, agua, luz, minerales, los devuelve al mundo multiplicados en forma extraordinaria cientos de miles de veces, si esto no es eficiencia díganme que lo es.
Cuando justamente nuestras plantas fabricas hacen justamente todo lo contrario dividen y fragmentan, destruyen, contaminan, envenenan substraen la complejidad integrada de la riqueza y biodiversidad terrestre en sus elementos básicos.
Y a esto nosotros le llamamos el enriquecimiento del conocimiento y del progreso humano.
La vida no sabe lo que es producir genera pobreza, exclusión, segregación, marginación, prostitución etc., eso solo lo sabe y lo pone en práctica todos los días a cada segundo nuestra arrogancia científica he ignorancia económica y suicida.
Corto por acá porque la indignación y la bronca me ahogan, me queman por dentro, todo está en condiciones de enseñar, menos la vida ensangrentada y esclavizada de nuestro jactancioso saber.
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