Dos países y dos pulmones
latinoamericanos, de caer en manos de la oligarquía, representarán un retroceso
para la región: Venezuela y Brasil. Venezuela por su petróleo y Brasil por los
BRICS. Si caen ellos, caemos todos.
Ilka Oliva Corado
/ Especial para Con Nuestra América
Desde Estados Unidos
Un día el mundo amaneció con la
noticia que Irak tenía en su poder bombas de destrucción masiva; un plan
maquiavélico de Estados Unidos al que se unieron el Reino Unido, Polonia,
Australia y España -como primer frente-. Así fue como vimos en el 2003 el
inicio de la guerra de Irak. Un genocidio despiadado contra el
pueblo iraquí que fue anunciado en los noticieros internacionales como un
simple daño colateral. Mientras, a los soldados estadounidenses se
les condecoró por semejante valentía en defensa de la humanidad y de la patria
y, son hoy venerados veteranos de guerra.
Saddam Hussein fue acusado de
dictador y a su cabeza se le puso precio. Lo demás es historia mal contada por
la mediatización mundial. ¿Qué pasó con el petróleo y el oro
iraquí? ¿En dónde están las armas de destrucción masiva que
supuestamente tenía Irak en su poder? ¿Qué es hoy en día del pueblo
iraquí? ¿Sus museos, monumentos antiguos, parques recreacionales, escuelas,
hospitales?
Todo fue destruido con la
finalidad de arrancar de raíz la cultura, identidad y memoria y marcar un
retroceso que no le permita ponerse en pie durante décadas. Acabaron con campos
de cultivo, fuentes de alimentación, con el transporte. Ni qué hablar de niñas,
adolescentes y mujeres que fueron abusadas sexualmente por soldados
estadounidenses, en ese botín de guerra tan propio del
patriarcado, la misoginia y del machismo.
Cuando emergía la Primavera
Árabe, en el 2011 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la
intervención exterior para derrocar a Muamar Gadafi, entonces fueron Estados
Unidos, Gran Bretaña, Francia, Bélgica, España, Canadá, Dinamarca y Qatar los
encargados de la invasión y la matanza. De las torturas,
desapariciones forzadas, y de las violaciones sexuales a niñas, adolescentes y
mujeres como premio a semejante sacrificio por parte de las tropas
invasoras.
A Gadafi lo hicieron pasar como
dictador ante la población mundial alienada con la desinformación mediática.
Hoy en día Libia es un hilar de edificios en ruinas, totalmente destruidos por
los bombardeos. De ser un pueblo floreciente gracias la Primavera
Árabe, pasó a ser un baldío de despojos. Ante las masas mundiales hoy en día el
libio es un pueblo liberado gracias la intervención militar extranjera. La
realidad es otra y la ocultan.
Nuevamente en el 2011 nos
lanzaron como bomba la noticia de la existencia del Estado Islámico
y nos comunicaron que era urgente atacarlo desde todos los frentes,
pero no nos dijeron quiénes lo crearon y con qué finalidad. ¿Qué es el
terrorismo y a quiénes beneficia? ¿Quiénes son realmente los terroristas
mundiales? Siria fue intervenida militarmente por una coalición
liderada como siempre por Estados Unidos, a la que se unieron Australia,
Canadá, Francia y Turquía. Baréin, Jordania, Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes
Unidos. Reino Unido, Holanda y Dinamarca. Siria tal como lo
fue Vietnam -y 70 países más a través de la
historia- es víctima del hambre feroz del capitalismo mundial que
lidera Estados Unidos. Por su parte Rusia ha mostrado su apoyo en
todo momento a Al Asad.
El genocidio sirio es uno de los
más sangrientos de los últimos años, sin embargo el mundo calla solapando con
su silencio. Entre “los daños colaterales” están miles de niños, se han
ensañado contra la población más débil. Miles de niñas, adolescentes
y mujeres violadas por las tropas invasoras. El terrorismo no es más que la
creación de intereses injerencistas en esas guerras económicas que impulsa
Estados Unidos y sus aliados en el mundo. Esa ofensiva paramilitar que secunda
los asaltos a tierras en plusvalía que no se doblegan ante el poder económico
mundial y que cree que la dignidad está en venta y que por barata la
puede comprar.
Así entretejen las telarañas los
medios afines al poder empresarial y, como somos una sociedad perezosa e indolente a
la que le gusta que le den todo en la boca, previamente procesado pues es fácil
de manipular. No requiere gran esfuerzo que nos laven el cerebro y que pensemos
como ellos quieren y a su conveniencia. Carentes de raciocinio y criterio propio
somos incapaces de formular un juicio humano y cuestionante que nos movilice a
una acción política que contrarreste la injusticia social.
Hablando propiamente de
Latinoamérica y en particular de Suramérica nos quieren hacen creer
que el venezolano es un pueblo doblegado por un dictador de nombre
Maduro. Y tal como sucedió en Libia con los grupos de oposición
afines al neoliberalismo, al saqueo y a la opresión, en Venezuela la
derecha pide a gritos la intervención estadounidense y no deja de insistir para
que la OEA aplique La Carta Democrática contra el gobierno de
Nicolás Maduro. No van por Maduro, van por los logros de la Revolución
Chavista.
Se complica la situación para
Latinoamérica que debe doblegar sus esfuerzos para la permanencia de la
Revolución Bolivariana, con Hillary Clinton como nueva presidenta de Estados
Unidos el gobierno estadounidense atacará con más fuerza para la eliminación
del progresismo en la región. Latinoamérica pierde al tener una vecina como
Clinton que además de injerencista aborrece los derechos humanos e irrespeta la
vida y el ecosistema. Representa a la oligarquía estadounidense que le apuesta
al deterioro de la humidad y del planeta.
Crisis tras crisis vive
Venezuela, golpes blandos al por mayor. De ahí los saqueos, las guarimbas y que
existan infiltrados en las filas del gobierno revolucionario. Tal es el caso de
quienes propiciaron el Golpe Azul: donde estaban involucrados un grupo de
civiles y oficiales de la aviación militar venezolana. El gobierno de Maduro
anunció que entre los planes del Golpe Azul (2015) estaba bombardear el Palacio
de Miraflores (tan parecido a aquel ataque a La Moneda, en Chile) la Sede del
Ministerio de Defensa, el edificio del Ministerio de Interior Justicia y Paz,
CNE, la Dirección de Inteligencia Militar y el canal de noticias TeleSUR.
Que no nos sorprenda ahora pues,
que el mismo gobierno haya desarticulado un nuevo intento de golpe
orquestado por otro falso revolucionario que goza de
los privilegios de la traición en Miami, paraíso que alberga a todo
aquel que se atreve a traicionar a su propia patria. Se trata del ex
ministro de Alimentación, Espacios Acuáticos y Aéreos Mayor General
Herbet García Plaza, que fue destituido cuando el Tribunal 10 de Control del Área
Metropolitana de Caracas, ordenó su aprehensión por corrupción en Bolipuertos y
en la compra de tres ferrys. Se dio a la fuga y se fue a
Miami.
“García Plaza dice que robó
pero está viviendo en Estados Unidos a cuerpo de rey. Entregó al gobierno
norteamericano, a la DEA, al Pentágono y a la CIA, información precisa de
la ubicación del armamento venezolano”, anunció Diosdado Cabello estos días en
el programa Con el mazo dando. El golpe estaba programado para el 15 de
mayo y la finalidad era generar realizar disturbios en toda
Venezuela para arreciar la aplicación de La Carta Democrática. ¿Algo de
parecido con los disturbios del 2014 cuando las guarimbas en las que Leopoldo
López fue cabecilla central? ¿Algo parecido con las marchas contra Cristina por
el caso Nisman? ¿Algo de parecido con el intento de golpe en estos momentos a
Dilma? ¿O cuando los buitres acechaban Petrobras? ¿Algo parecido con
el golpe a Lugo y Zelaya?
Dos países y dos pulmones
latinoamericanos que de caer en manos de la oligarquía representarán un retroceso
para la región: Venezuela y Brasil. Venezuela por su petróleo y Brasil por los
BRICS. Si caen ellos caemos todos. Si cae el eje central de la Revolución
Bolivariana y Chavista implementar el neoliberalismo en
los demás países será cosa de un plumazo. ¿Hay que explicar con
manzanas la magnitud del daño y del retroceso que le
vendrá de golpe a América Latina? Es por esa razón que los grupos
desestabilizadores de corte derechista atacan día y noche valiéndose de
cualquier atrocidad para derrocar a los gobiernos progresistas que representan
los avances sociopolíticos de la región.
Tenemos un espejo en
nuestras manos: México, el gigante. La invasión
estadounidense con diferentes formatos. Entre estos la
guerra contra el narcotráfico. México con un gobierno neoliberal
el objetivo es el saqueo, el deterioro y el
retroceso. Así es como juegan las cartas los poderes económicos
mundiales y la mediatización. Y nos inducen un análisis previamente
manipulado. Tanto que somos incapaces de pensar distinto o
atrevernos por lo menos a cuestionar un genocidio como el sirio. Que no nos
asombre entonces que en el gobierno de Hillary Clinton se
autorice una ofensiva militar contra Venezuela y la veamos con
indiferencia como a la Siria de hoy en día, y que
repitamos todos que sucedió porque la oprimía el dictador Maduro, tal como en
Libia. No hay ninguna diferencia entre Clinton y Margaret Thatcher. Años luz de
llegarle a la suela del zapato de Cristina y Dilma. El pasado
vuelve, si lo permitimos…
¿Quién dijo que el
neoliberalismo es la solución?
@ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.com
20
de abril de 2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario