Este es un primer
artículo de un total de dos que pretende explicar mejor el funcionamiento de
los ‘paraísos fiscales’. La divulgación de los ‘papeles’ de Mossack y Fonseca
(M&F) está descubriendo mucho más de lo que la gente piensa.
Marco A. Gandásegui, h. / Para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá
En una reciente
entrevista, el economista norteamericano, Michael Hudson, explica cómo
funcionan las lavadoras de dinero y el papel de centros financieros como
Panamá. La entrevista que comentamos la hizo el periodista Sharmini Peries.
Hudson es un profesor universitario y antiguo corredor de una firma en Wall
Street.
Según Hudson, Panamá
entra en el terreno del lavado de dinero hace casi cien años, prestándole
servicios a la joven y pujante industria petrolera y derivados. “Lo descubrí hace cerca de 40 años, cuando
estudiaba la balanza de pagos de la industria petrolera. Fui a Standard Oil, la empresa petrolera más
grande del mundo en esa época, cuyo tesorero me mostró sus balances contables.
Me dijo que ellos “le vendían el petróleo que compraban - en la Arabia Saudita
o en el Medio Oriente - a precios muy baratos a empresas navieras registradas
en Panamá o en Liberia. (A su vez, bajo la figura de la sociedad anónima) las
compañías petroleras vendían el crudo a los distribuidores en EEUU o en Europa
a precios altos, muy altos”. La diferencia se la embolsan los monopolios sin
declararlo.
En Panamá no hay impuestos para las transacciones que ‘nacionales’ (por
ejemplo, los barcos bajo bandera panameña) realizan fuera de su jurisdicción.
Los grandes empresarios norteamericanos fueron pioneros en evadir el pago de
los gravámenes. Los grandes monopolios petroleros y mineros evaden el pago bajo
el manto de las sociedades anónimas que crean en los llamados paraísos
fiscales.
Hudson también se refiere a otra trama para lavar dinero que se produjo
durante la guerra de Vietnam. El problema que tenía Washington en la década de
1960 era el déficit de la balanza de pagos generado por el gasto militar. El
Departamento de Estado propuso una idea para sanear el déficit militar.
Consistía en convertir a EEUU en la nueva Suiza del mundo. “Se me pidió que
calculara el volumen de capital criminal existente en el mundo. ¿Cuánto ganaban
todos los delincuentes del planeta, cuánto dinero escondían los dictadores, los
traficantes de drogas de todo el mundo, cuánto iba a parar a Suiza? Washington
quería que las sucursales de los bancos transfirieran todo ese dinero a EEUU”.
Según Hudson, el gobierno de Washington desarrolló una estrategia con los
bancos norteamericanos – con el Chase Manhattan a la cabeza – para que
transfirieran todo el dinero sucio que tenían en sus sucursales en el mundo a
EEUU. Washington, incluso, le pidió a Chase que creara un banco en Saigón, la
entonces capital de Vietnam del Sur, para que el ejército norteamericano no
tuviera que usar bancos franceses que repatriaban el dinero sucio a Francia. La
conexión francesa fracasó porque el presidente De Gaulle convertía los dólares
en oro, perjudicando a EEUU. Finalmente, Chase aceptó la propuesta de lavar
dinero para el gobierno norteamericano.
Lo mismo ocurrió en el Caribe (las Islas Caimán y otras). Muchas islas
habían sido colonias inglesas y su función principal era atraer hacia
Inglaterra dinero sucio que circulaba por el mundo. Según Hudson, “se asociaron
al Imperio, a fin de poder servir como intermediario del lavado de dinero. La
idea era atraer todo ese dinero hacia EEUU o hacia su aliado, Gran Bretaña.
Es fácil seguir la pista de todo ese proceso que, en la actualidad, sigue
vigente. Del dinero que administran las firmas de abogados en Panamá ni un
centavo se queda en Panamá. Esos dineros no son sino pasivos de EEUU en Panamá
o en otros centros bancarios.
Hudson explica que “la idea no es colocar directamente el dinero sucio en
EEUU. ¿Qué hace un especulador o a un ladrón europeo o árabe que desea sacar de
su país mil millones de dólares? Lo que no hará es ir directamente a un banco
en los estados de Delaware o de Wyoming. Lo que tiene que hacer es primero
lavar el dinero”.
Hay que pasar por numerosas etapas intermedias. Enviarán el dinero,
pongamos por caso, a sociedades anónimas en el Caribe. De allí pasará a Panamá.
Luego, de Panamá, ya bien escondido, irá finalmente a parar a una entidad de
Delaware, EEUU.
La próxima semana continuará la segunda parte.
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