La guerra comercial de Trump ha exacerbado tensiones internacionales
y han redefinido alianzas geopolíticas. En mayo 2018, la Unión Europea
identificó a los EEUU como la amenaza número uno para su economía. La
Unión Europea y China han expandido la cooperación en comercio e inversión como
reacción a las disputas arancelarias.
Maribel Aponte García / ALAI
En la actualidad, muchos de los acuerdos de integración regional
de América Latina y el Gran Caribe se han fracturado o estancado ante la oleada
de golpes de estado; el ascenso de gobiernos neoliberales; y las políticas
injerencistas de los EEUU. Los cambios y tensiones consiguientes en las
políticas de comercio internacional propiciadas por el gobierno de Donald Trump
amenazan con comenzar guerras comerciales y poner fin a acuerdos
existentes. El ascenso de China, propiciado por la Iniciativa de la Franja y la Ruta, genera nuevas oportunidades, retos y amenazas para la región en
este contexto cambiante. Este artículo presentará algunas consideraciones
en torno a estos asuntos.[1]
Bajo la presidencia de Donald Trump, los EEUU se han retirado ya
del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (enero 2017); Acuerdo
Climático de Paris (junio 2017); Acuerdo Nuclear con Irán (mayo 2018); Consejo
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (junio 2018); y han amenazado con
abandonar la Organización Mundial de
Comercio (OMC) (julio 2018) aunque Trump parece haberse retractado por el
momento.
En la región, los EEUU inician la renegociación del Tratado de
Libre Comercio de América del Norte con México y Canadá (agosto 2017); han
fortalecido la agresión y las sanciones contra Venezuela (mayo 2018) tras la
reelección del presidente Nicolás Maduro; así como la posición contra Cuba
(noviembre 2017).
Ante el gran triunfo de Andrés Manuel López Obrador y Morena en
México el 1 de julio de 2018, este país surge como una esperanza tanto para la
concreción de acuerdos comerciales más sustentables como para la posibilidad de
una diversificación y unas posturas gran caribeñas integradoras. Previo a
los comicios, AMLO planteó que “en el caso de que insista el gobierno
estadounidense en romper los acuerdos comerciales con México o que “nos quiera
poner de rodillas”, hay que buscar alternativas, diversificar el comercio, no
poner todos los huevos en una sola canasta, abrir el abanico con las relaciones
comerciales”.[2] Ya
China y Alemania han planteado afianzar el acercamiento con México.
Guerra comercial
La guerra comercial ha comenzado. En el 2018, EEUU impuso
aranceles a China, la Unión Europea y Canadá; sometió ciertos productos chinos
a un arancel de 25%; expresó la intención de proseguir con litigios contra
China en la OMC[3];
y amenazó con imponer aranceles del 20% a
todas las importaciones de vehículos provenientes de la Unión Europea.[4] Canadá impuso aranceles a decenas de productos
procedentes de Estados Unidos como represalia por la decisión de Washington de
gravar las compras de acero y aluminio canadienses.[5]
Estas movidas de Trump han exacerbado tensiones internacionales y
han redefinido alianzas geopolíticas. En mayo 2018, la Unión Europea
identificó a los EEUU como la amenaza número uno para su economía. La
Unión Europea y China han expandido la cooperación en comercio e inversión como
reacción a las disputas arancelarias.
Como consecuencia, los mercados financieros han identificado
nuevas estrategias tales como el alejamiento del dólar y el requerir que
algunos intercambios se manejen en rublos o yuanes. Rusia y China se
pusieron de acuerdo en aumentar el papel del rublo y el yuan en los pagos
comerciales, inversiones y financiación bilaterales.[6] El
yuan ha sido aceptado como moneda de reserva por el Fondo Monetario
Internacional (FMI) desde hace aproximadamente un año; está respaldado por la
economía china y reservas de oro (contrario al dólar EEUU que no está
respaldado por reservas de oro). Algunos analistas plantean que la guerra
comercial contra China busca desalentar el ascenso del yuan como moneda de
reserva y de intercambios comerciales internacionales.[7]
La geoestrategia de desarrollo promovida por China desde el 2013 y
conocida como la Iniciativa de "la Franja y la Ruta"[8] vincula
a China, Rusia, Europa y África en rutas terrestres y marítimas de intercambio
con un monto de más de un trillón de dólares. China también lanzó, en el
2015, el Banco Asiático de
Inversión en Infraestructura, visto como
el rival del Banco Mundial y el FMI. Ya algunos países de América Latina
tienen estatus de futuro miembro (Brasil y Argentina) o han sido aceptados como
miembros (Venezuela, Perú, Chile y Bolivia). La principal ventaja será el
acceso a financiación en diversos sectores (energía, infraestructura, multisectoriales,
telecomunicaciones, transportación, urbanismo y agua), del que sólo se pueden
beneficiar quienes sean miembros al 100%.
China-América Latina
China también ha promovido la integración de China y América
Latina en comercio, inversiones, cooperación e intercambios culturales; y se ha
convertido en el socio comercial más importante de Brasil, Chile y Perú; el
segundo más importante de Venezuela y el tercero más importante de México.[9] El
Ministerio de Relaciones Exteriores de China avanza en las relaciones políticas
y económico-comerciales con los países de América Latina mediante las
“Asociaciones Estratégicas”. Hasta ahora, China ha establecido ocho con
la región: México (2016), Brasil (2017), Argentina (2015), Venezuela (2014),
Chile (2016), Ecuador (2016), Perú (2013), y Uruguay (2016). “De ellas,
siete son “Asociaciones Estratégicas Integrales” (todas salvo Uruguay) con una
expectativa de coordinación a nivel político y económico más estrecho.”[10] Se
han realizado importantes proyectos de construcción, principalmente en los
países de la Alianza Bolivariana (ALBA) y el Caribe, cuyos líderes estaban
dispuestos a hacer acuerdos gobierno-gobierno para convenir los requisitos de
licitaciones tradicionales.[11]
Las inversiones externas directas chinas en América Latina y el
Gran Caribe están orientadas a la exploración y a la extracción de los recursos
naturales y energéticos, siendo Brasil, Venezuela, Perú, Argentina, Ecuador, y
Cuba, los mayores receptores para el 2014-2015.[12]
Las rutas marítimas son geoestratégicas y ya han generado diversas
iniciativas. Una de estas es la del proyecto del canal interoceánico de
Nicaragua, mediante el cual ese país busca desarrollar su comercio interno
mientras que China espera asegurar su paso hacia el mercado del Atlántico;
aunque diversas fuentes plantean el debilitamiento del proyecto a partir del
2017. China también ha mostrado interés en financiar la construcción del
corredor bioceánico entre China-Argentina-Chile.[13]
Uno de los grandes desafíos que nos plantean estos procesos
geopolíticos es el asumir una investigación más profunda a nivel académico y
práctico para analizar cuáles pueden ser las oportunidades y amenazas del
acercamiento con China. Sin duda, la inversión en tecnología e
infraestructura será beneficiosa para el desarrollo de la región. Pero un
alerta surge inmediatamente cuando se plantea cuáles serán las repercusiones ambientales
de tales proyectos de construcción. Además, el incremento en la demanda
por recursos minerales e hidrocarburos puede amenazar con darle continuidad a
prácticas neoextractivistas que redundarán en una gobernanza de los recursos
naturales contraria al desarrollo sustentable. Otro reto supone el
desarrollar análisis de cadenas de valor sustentables que redunden en derrotar
la pobreza y la desigualdad. Así mismo, es necesario desarrollar métodos
de análisis replicables generados por centros de investigación de la región en
cooperación con centros chinos; centrados en identificar el efecto de la
geopolítica en las cadenas de valor.[14]
Aquí las universidades y los think tanks de la región, como por ejemplo, el Consejo
Latinoamericano de las Ciencias Sociales (CLACSO), juegan un rol fundamental.
La creación del Foro Comunidad de Estados Latinoamericanos y del
Caribe (CELAC)-China concretada en Cuba en 2014 “tuvo repercusión diplomática
internacional, ya que fue la primera vez que la región actuó de manera conjunta
frente al país asiático.”[15]La
CELAC se formó en 2010, y en 2011 organizó una Cumbre que contó con
representantes de 33 Estados latinoamericanos y caribeños (con excepción de las
colonias y los territorios); y excluyó a Canadá y EEUU. Para algunos,
esta histórica reunión retomó la agenda integracionista que marcó el Congreso
Anfictiónico de Panamá convocado en 1826 por el libertador Simón Bolívar.
Además, conformó una institucionalidad alternativa y un espacio de concertación
regional potencial frente a la Organización de Estados Americanos (OEA).
Tal vez este acuerdo de concertación pueda servir para dar paso a acciones
concretas desde los desafíos que nos plantean estos procesos
geopolíticos. Ojalá que el triunfo de AMLO en México marque encuentros
importantes y ayude a trazar nuevas rutas y franjas para Nuestra América.
Maribel Aponte García - doctora
en economía por la Universidad de Massachusetts, Estados Unidos, profesora e
investigadora de la Universidad de Puerto Rico-Recinto de Río Piedras, integrante
de varios Grupos de Trabajo del Consejo Latinoamericano de las Ciencias
Sociales (CLACSO). Representante Región Caribe, Comité Directivo de
CLACSO.
[1] El artículo se enfoca en China aunque las iniciativas
de Rusia en la región ameritan un análisis propio que no incluimos por razones
de espacio.
[3] https://www.globalresearch.ca/the-us-trade-war-with-china-trump-wants-to-block-countries-from-using-the-yuan-as-a-reserve-currency/5642417
[5]https://www.elnuevodia.com/noticias/eeuu/nota/canadatomarepresaliascomercialescontraestadosunidos-2432233/
[7] https://mronline.org/2018/06/13/the-global-pivot-away-from-america/; https://www.globalresearch.ca/the-us-trade-war-with-china-trump-wants-to-block-countries-from-using-the-yuan-as-a-reserve-currency/5642417
[8] The global pivot away from America Monthly Review
ONLINE, https://mronline.org/,
Posted Jun 13, 2018.
[9] Working Paper No. 1/2018. Trans-Regional
Cooperation in a Multipolar World: How
is the Belt and Road Initiative Relevant to Latin America? By Adriana Erthal Abdenur and Ariel Gonzalez Levaggi.
Lse Global South Unit Working Paper Series, P9.
[12] http://www.elesquiu.com/politica/2018/4/20/china-propone-financiar-el-ferrocarril-con-salida-al-pacifico-por-catamarca-283424.html,
Javier A. Vadell, El dragón redescubre el sur: un análisis crítico del
patrón de relaciones entre China-sur global en la nueva configuración política
y económica internacional, disponible en http://www.redalc-china.org/v21/images/docs/RedALCChina-2017-politica.pdf
[13] http://www.elesquiu.com/politica/2018/4/20/china-propone-financiar-el-ferrocarril-con-salida-al-pacifico-por-catamarca-283424.html
[14] Ver trabajos de la autora disponibles en la librería y
en la biblioteca virtual de clacso.edu.ar en acceso libre y gratuito.
[15] Ver Ignacio Bartesaghi, El Foro CELAC-China ¿respuesta al Libro Blanco de China para
las relaciones con América Latina y el Caribe?, disponible en http://www.redalc-china.org/v21/images/docs/RedALCChina-2017-politica.pdf
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