Ante la
flagrante violación a la no injerencia de los pueblos en el caso particular de
Venezuela y Nicaragua –y la histórica intromisión contra el pueblo de Cuba–,
Santos y Kuczynski representan la cara de la misma medalla de los Métodos
Violentos y No Violentos del “golpe suave” de segunda generación.
José Toledo Alcalde / Especial para
Con Nuestra América
Atención a los
regalos coloniales de fin de regímenes.
Santos y Kuczynski, días antes de finalizar sus periodos, uno por cumplimiento
del mandato y el otro por renuncia por denuncias de corrupción, coronaron su
incondicional servicio a Washington cumpliendo
acciones conspiratorias en contra del orden constitucional y estado de
derecho de regímenes considerados opuestos al control geopolítico monitoreado
por los grupos de poder. Consideramos que esta modalidad – dentro del formato
del denominado “golpe suave” – pertenece a una estrategia conspiradora antidemocrática a la cual
denominaremos golpe suave de segunda
generación.
Lo tenemos
claro, la maquinaria conspiradora de los grupos
de facto no duermen. En la previa de las elecciones presidenciales – en
América Latina y el Caribe - caen por su propio peso pequeños signos
estratégicos de la muy eficiente estrategia del golpe suave de segunda generación. En el Perú, los grupos de poder
(comunicativo, empresarial y financiero) colocan y deponen mandatarios y toda
suerte de “funcionarios públicos” y esto quedó caro en los últimos casos de
corrupción actualmente en investigación. Estas redes de corrupción dentro y
fuera de los Estados son aquellas que se encargaron, y encargan, de llevar
adelante las famosas revoluciones de colores del golpe suave de primera
generación de Gene Sharp. Esto ya no da resultado y se pasa a la segunda, y más
agresiva, segunda generación. Hablemos brevemente de la primera generación.
Recordamos que
la primera generación es aquella que
el ideólogo neoliberal Gene Sharp propuso en su primera obra La política de Acción No Violenta. Los
Métodos de la Acción No Violenta (1973). Posteriormente, su escrito De la Dictadura a la Democracia. Un Sistema
Conceptual para la Liberación (1993) afiló las bases filosóficas e
ideológicas del manual de conspiración y derrocamiento de todo aquel régimen al
cual Washington y aliados – la ONU y OEA
coactados por los mismos - atribuyan el adjetivo calificativo de
Dictadura.
Los
investigadores del tema desarrollan por fases la modalidad conspiradora de
Sharp. Por ejemplo, se habla del terrorismo como la segunda fase del “golpe
suave” de Sharp. Diego Olivera señala:
“El terrorismo es la segunda fase del “golpe suave” contra todo el
pueblo Hoy estos sectores de la ultraderecha han pasado a la
nueva fase de su “golpe suave”: a las acciones terroristas para tratar de crear
la inestabilidad de la sociedad venezolana. La continuidad de esta estrategia
ha sido posible con la contratación de paramilitares, sicarios, marginales,
hasta lumpen, que cobran por semana en algunas modalidades. Hay tarifas para
quemas, es decir que un supermercado, una Universidad, un transporte colectivo,
etc., tienen un valor. Esta metodología del terror, fue usada en Libia, en
Siria y Ucrania, para crear un desgaste del gobierno, para intentar crear un
callejón sin salida, para traer una intervención extranjera”. [1]
Los think tanks del “golpe suave” han
resuelto – desde hace mucho – que los 198
Métodos de Acción No Violenta de Sharp no son suficientes y se encuentran
en desgaste debido a su obviedad hegemónicamente desestabilizadora. La
intervención injerencista de gobiernos - que violan las leyes de la libre
autodeterminación de los pueblos – como redes desestabilizadoras de regímenes considerados por Washington como
enemigos de la “democracia” es una modalidad de segunda generación a la cual deberíamos considerarla como método
violento y no-violento desestabilizador de regímenes democráticos considerados
dictaduras.
Sharp consideró la
intervención injerencista de gobiernos. En su acápite - de los 198 métodos -
“Acción por los gobiernos” – propuso 5 acciones “no violentas”: Embargo doméstico (92), Lista
negra de comerciantes (93), Embargo de
los vendedores internacionales (94),
Embargo de los compradores internacionales (95), Embargo del
comercio internacional (96).
Como verán la intervención se resumen en acciones de
“embargo” y bloqueo comercial como los que sufre Cuba, Venezuela y 19 países
más. El nuevo método violento y no-violento, que no registra Sharp, y es la expresión
de su actualización metodología, propone la conspiración directa de gobiernos
aliados a Washington y Bruselas. Los gobiernos aliados, y organizaciones
internacionales como ONU, OEA, CIDH, etc., son los nuevos sujetos conspiradores
del método desestabilizador (terrorista) post Sharp.
Dentro de los métodos No Violentos
podríamos señalar: los Silencios y comunicados de cancillería, pronunciamientos
de organismos regionales (Alianza del Pacifico, Mercosur, etc.,), asilamiento
político de conspiradores (llamados patriotas
o perseguidos políticos como Julio Andrés
Borges Juyent en Colombia),[2]
apoyo de conformación de instancias mutilaterales (como el Grupo de Lima). En el marco de los Métodos Violentos contamos con:
apoyo financiero y armamentístico a grupos paramilitares, no interferencia en
accionar de entrenamiento militar y político de grupos paramilitares, no
impedir ingreso fronterizo de individuos sospechosos de conspiración.
Ante la flagrante violación a la no
injerencia de los pueblos en el caso particular de Venezuela y Nicaragua –y la
histórica intromisión contra el pueblo de Cuba–, Santos y Kuczynski representan
la cara de la misma medalla de los Métodos Violentos y No Violentos del “golpe suave”
de segunda generación. El caso del Perú es particular. Podríamos hablar de un
neovirreinato peruano. Belaunde, Fujimori, García, Toledo, Humala, Vizcarra han
sido los neovirreyes que han colocado al Perú en situación abierta de patio trasero y perrito faldero de
los EEUU en pleno siglo XXI.
Kuczynski ni bien elegido como
Presidente de la Republica viajó a Washington y se entrevistó con Donald Trump.
Paso siguiente lideró la instancia mutilateral conocida como el Grupo de Lima formada en oposición al
Gobierno Bolivariano de Venezuela. Claramente en Washington recibió la orden y
el tristemente célebre mandatario peruano y los 11 mandatarios agregados a la
lista aceptaron a pie juntillas.
El caso del presidente Santos – mas
allá de colocar a Colombia en el primer lugar de la región como país con la
mayor cantidad de bases militares estadounidense, y con presencia de la OTAN -
alberga en su suelo, según declaraciones del Presidente Nicolás Maduro Moros,
al conspirador principal del intento de magnicidio Luis Borges quien – según
información oficial del gobierno de Venezuela – habría actuado en complicidad
con el ex presidente Santos.
Seguro podríamos citar una larga
lista de métodos violentos y no violentos post Sharp. Casos de asilo de agentes
desestabilizadores a sueldo (mercenarios), silencios cómplices de la ONU, OEA y
CIDH sobre el atentado contra el derecho a la no injerencia de Venezuela, etc.
Todo esto es muestra de las nuevas versiones de conspiración internacional que
campea impune ante los “defensores de la democracia”. Escogemos los dos regalos coloniales de fin de sus
regímenes de Santos y Kuczynski como claros ejemplos del actualizado
accionar de los métodos conspiratorios que por no encontrarse dentro de las 198
acciones desestabilizadoras de Sharp no quiere decir con esto que no se
encuentren dentro del mismo formato antidemocrático e inhumanamente
conspirador.
[1]
Diego Olivera. El
terrorismo es la segunda fase del “golpe suave” contra todo el pueblo.
En: Comunicación para la liberación. Fuente: https://www.integracion-lac.info/es/node/510.
Revisado: 11/08/18.
[2]
Ver: Janet Queffelec. Julio Borges: De la conspiración al intento
frustrado de magnicidio. En: Juventud Rebelde http://www.juventudrebelde.cu/internacionales/2018-08-10/julio-borges-de-la-conspiracion-al-intento-frustrado-de-magnicidio.
Revisado: 10/08/18.
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