En los próximos días y semanas se verá la evolución
de las medidas. El gobierno juega una de sus principales cartas en un el punto
crítico que es la economía. Su objetivo principal es estabilizar, para ello
puso un lapso de noventa días.
Marco Teruggi / Página12
Estabilizar. Esa palabra condensa el anhelo de
millones. Que la economía deje de ser un escenario de batallas y retrocesos.
Estabilizar los precios, el dólar, el abastecimiento de medicamentos, billetes,
transporte, luz. Es el centro del debate diario en Venezuela cuando no suceden
acontecimientos catastróficos que buscan volcar el escenario. El último fue el
intento de asesinato con drones al Presidente, el alto mando de la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana y representantes de los poderes públicos. Le siguió
otro, menos difundido, el desmantelamiento de un plan de asesinato de
dirigentes chavistas, la Operación Caín.
El gobierno ha tomado un conjunto de medidas
económicas para enfrentar la situación. Serán implementadas por pasos, unos ya
se han dado, otros sucedieron este 20 de agosto, otros en septiembre y más
adelante. Se trata de una jugada mayor en un escenario donde el tiempo se reduce.
La primera decisión fue la derogación de la ley de
régimen cambiario y sus ilícitos, el llamado control de cambio, aprobado en el
2003 para enfrentar la fuga de capitales. Cualquier persona natural o jurídica
podrá ahora transar sus divisas libremente, para lo cual se abrirán trescientas
casas de cambio en el país.
Uno de los objetivos de la medida es atraer
remesas, capitales, generar un mercado de dólares alimentado por los
empresarios y no por el Estado a través de los dólares generados por la producción
petrolera. Otro objetivo es el de detener el mercado paralelo de dólares
marcado por un aumento que tiene elementos económicos y políticos: el
paralelo/ilegal aumenta aceleradamente ante cada escenario electoral y
dificultad política de la derecha.
En segundo lugar, se eliminarán cinco ceros a la
moneda a partir hoy: el bolívar soberano remplazará al bolívar fuerte. Esta
medida tendría, entre otras cosas, un efecto en la disponibilidad de efectivo
en manos de la gente, que en la actualidad se encuentra en menos del 1por
ciento de la liquidez monetaria. Ese desabastecimiento, creado por el
contrabando de efectivo hacia Colombia y la especulación desatada por el
desabastecimiento, ha generado, entre otras cosas, un mercado paralelo de venta
de billetes -se compran en 200 por ciento por encima de su valor.
La reconversión monetaria se implementa junto al
anclaje del bolívar con el Petro, la criptomoneda creada por el gobierno a
principio de año. El Petro tiene su valor atado al precio del barril de
petróleo, hoy arriba de 60 dólares: una variación del precio del petróleo
impactará sobre el Petro y en consecuencia el bolívar.
La decisión tomada por el gobierno fue establecer
el valor de un Petro en 360 millones de bolívares fuertes, es decir 3.600 soberanos,
y colocar el salario en medio Petro. El mínimo pasaría de esta manera de 50
bolívares soberanos a 1.800. Esto supuso a su vez reconocer como referencia el
tipo de cambio el dólar paralelo y no el que era producto del oficial Sistema
de Divisas de Cambio Complementario, con su consecuente devaluación.
En tercer lugar, se implementará en septiembre la
medida relacionada a la gasolina. Según declaraciones oficiales, se pierden más
de 12.000 millones de dólares anuales por el contrabando ilegal de gasolina a
Colombia en manos de mafias colombianas -ligadas al paramilitarismo- con
complicidades dentro de Venezuela. Para enfrentar ese cuadro se tomarán dos
acciones conjuntas: un subsidio directo para quienes tengan un vehículo y la
internacionalización del precio de la gasolina. Se buscará quitar la
rentabilidad del negocio del contrabando y evitar que el costo recaiga sobre
las diferentes áreas de la economía nacional.
Existen otras medidas, como el aumento a 16 por
ciento del IVA a consumo suntuario, el cobro del 1 por ciento a las
transacciones financieras de contribuyentes especiales, y la decisión del
gobierno de cubrir las nóminas de la pequeña y mediana empresa por tres meses
debido al reajuste salarial.
Los anuncios traen preguntas, principalmente
relacionadas con los precios, que aumentan cerca del 100 por ciento mensual y
ponen en jaque todo incremento salarial. Según el gobierno, se logrará frenar
la hiperinflación debido al anclaje del bolívar al Petro, el golpe al mercado
del dólar paralelo con la derogación de los ilícitos cambiarios, el
reconocimiento del precio del dólar paralelo actual para establecer el cálculo,
los tres meses de apoyo a la pequeña y mediana empresa, y el subsidio directo
al combustible y la activación de los mecanismos de fiscalización del Estado
junto con la contraloría social y popular.
Contra ese pronóstico se encuentran el impacto que
tendrá la devaluación, el efecto en cadena que podría tener el próximo aumento
de la gasolina aun con el subsidio, la duda acerca de la desaparición del
mercado paralelo que impacta sobre los precios, la imposibilidad de lograr
acuerdos con los oligopolios que son parte vertebral de la desestabilización
económica, y la lógica especulativa transversal desatada en la economía.
Existe un punto más, central: las medidas se dan en
un contexto de una violenta conflictividad política/económica tanto nacional
como internacional. Los Estados Unidos han puesto en marcha e incrementado de
manera declarada una serie de sanciones, es decir ataques, para bloquear la
economía venezolana. Buscarán redoblarlas para evitar todo tipo de
estabilización económica, continuar con el desgaste y trabajar sobre las
consecuencias que genera.
Cuentan para eso con aliados venezolanos e
internacionales, como el caso paradigmático de Colombia, donde se anunció,
luego de la visita del Secretario de Defensa estadounidense, que arribará la
embarcación USS Comfort bajo el argumento de “misión humanitaria” para
Venezuela. Evo Morales denunció el envío de “invasión encubierta del gobierno
de EEUU”.
En los próximos días y semanas se verá la evolución
de las medidas. El gobierno juega una de sus principales cartas en un el punto
crítico que es la economía. Su objetivo principal es estabilizar, para ello
puso un lapso de noventa días.
Quienes buscan derrocarlo harán lo posible para
impedir toda mejora, crearán acontecimientos para generar un río revuelto y
furioso que les permite ensayar posibles nuevas acciones de fuerza. Han
demostrado de qué son capaces con el reciente intento de magnicidio.
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