“No hemos renunciado a nuestro internacionalismo. Contamos hoy con más
médicos prestando servicios en distintos países que la misma Organización
Mundial de Salud (OMS)”, afirma el doctor Nélido González, uno de los
principales promotores de los programas de mediCuba/Suiza.
Sergio Ferrari / Especial para
Con Nuestra América
Desde Ginebra, Suiza
Cartel alusivo a la celebración de los 20 años de mediCuba/Suiza. |
“La salud pública constituye un pilar esencial de la política social de
la revolución … Una conquista de base y un bien al que nadie está dispuesto a
renunciar”, subraya el médico cirujano
cubano Nélido Gonzalez Fernández, quien recuerda que la salud y la educación “siguen siendo
las banderas políticas principales” del proceso iniciado en Cuba en 1959.
González, Vicedirector docente del Instituto Nacional de Oncología y
Radiología es también Vicepresidente de
la Sociedad Cubana de Oncología, Radioterapia y Medicina Nuclear. Desde hace
años se desempeña como uno de los principales interlocutores y promotores de
los programas de mediCuba/Suiza en la nación caribeña.
Los cambios en la organización de la economía emprendidos por Cuba en
los últimos años determinan “un programa de regionalización y compactación para
hacer más eficiente el sistema nacional de salud”. Lo que implica, explica
Nélido González, “poner los recursos donde sean más necesarios y donde haya
mayor racionalidad en su uso”.
A pesar de estos reajustes, no se pone en cuestión la amplia apertura
internacional de Cuba. “No hemos renunciado a nuestro internacionalismo.
Contamos hoy con más médicos prestando servicios en distintos países que la
misma Organización Mundial de Salud (OMS)”. En aquellos lugares donde las
contrapartes tienen disponibilidades económicas para retribuir de alguna manera
esos servicios, “la presencia de nuestro
personal recibe una contrapartida que contribuye a la sostenibilidad de nuestro sistema de
salud”, analiza.
Los ajustes internos en marcha en Cuba, es decir los “cambios y el
perfeccionamiento de nuestro modelo económico”,
determinan que las diferentes formas de solidaridad internacional como la de mediCuba, “juegan un rol muy
importante”.
En particular porque con la descentralización económica en marcha,
“cobran gran importancia los programas y
proyectos de desarrollo local” que son estimulados, también, por la cooperación solidaria internacional.
Adicionalmente, explica Nélido González, al liberarse el Gobierno de un
sinnúmero de actividades reemplazadas hoy por el trabajo por cuenta propia, “la
colaboración del Gobierno cubano con ONG internacionales como mediCuba, puede
resultar un sano complemento. Especialmente,
para asegurar el bienestar de base contemplado en los objetivos de la
Revolución”.
Esa cooperación solidaria proveniente de Suiza la entiende el Doctor
González, “como un ejercicio horizontal
y transparente. Podemos demostrar con claridad donde va cada recurso y cómo se
usan los aportes, dando garantías totales que no existe la menor posibilidad de
corrupción en Cuba” como sucede en tantos otros países del mundo, reflexiona
González quien ha conocido de cerca la real europea de cooperación durante su
estadía en Berna, Suiza para realizar ya hace varios años un postgrado.
Un elemento esencial en este dar y recibir de la cooperación, “es que nosotros y nuestras contrapartes
internacionales como mediCuba, tenemos
una misma visión de la salud y de la política en lo macro. Hay un compromiso de
esa solidaridad, lo que ha permitido ganarse la confianza de nuestras
autoridades y ha estimulado la confianza mutua entre los actores de esa
solidaridad”, enfatiza.
En cuanto a posibles problemas o tensiones entre la cooperación y las
ejecutores locales, “son el derivado de nuestras propias debilidades al momento
de elaborar e incluso implementar ciertos proyectos”. Somos conscientes,
insiste, que “a veces se retrasan los plazos de ejecución por distintas causas.
Incluso se vive una tensión adicional cuando los proyectos exigen adquirir ciertos insumos en el exterior”.
Sin embargo, en estos “veinte años de presencia de mediCuba, hemos sido
testigos de la comprensión y flexibilidad de la organización…En todo momento
fueron capaces de adaptarse y buscar en conjunto con nosotros, soluciones a los
problemas que se nos presentaban en la realización de los proyectos…”
Sin duda, todo hubiera podido hacerse mejor, reflexiona el
Vicepresidente de la Sociedad Cubana de Oncología. Para ello “hubiésemos debido
tener desde el inicio mayor experiencia en la elaboración-planificación y
realización de proyectos”. Todo hubiera sido más simple y sencillo, además, si
“no hubiésemos tenido que confrontarnos con el férreo bloque de los Estados
Unidos que siempre ha complicado mucho más nuestro trabajo”, concluye.
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