En lo que fue el último
contacto previo a las elecciones en Venezuela que se celebrarán el próximo
domingo, el sociólogo norteamericano James Petras desgranó este lunes 1 de
octubre para la audiencia de Radio Centenario, en forma profunda y extensa la
coyuntura social y política que atraviesa el pueblo bolivariano.
Efraín Chury Iribarne / CX36
Petras analizó la coyuntura electoral en Venezuela |
Le damos la bienvenida a James
Petras. Buen día ¿cómo está?
James Petras: Muy bien, aquí estamos disfrutando del otoño, con
grandes expectativas sobre las elecciones del próximo domingo en Venezuela, que
aparecen como las elecciones más importantes de la historia reciente no sólo de
América Latina, sino de todas las Américas.
Si le parece entonces, escuchamos su análisis sobre
este tema.
JP: Si, creo que es importante hablar de muchas cosas más
allá de lo que está pasando en la campaña electoral y en las encuestas, para
poder definir cuáles son los puntos clave en este proceso político. En primer término
debemos anotar el legado histórico, y eso es muy favorable al presidente Hugo
Chávez, porque en lo años ’90 -antes de Chávez- Venezuela vivía una época de
corrupción, de masacres, de caída del standards de vida, con un empobrecimiento
impresionante, con niveles de inflación exorbitante, con mucha corrupción que
alcanzaba hasta al entonces presidente Carlos Andrés Pérez, quien estaba
involucrado en una estafa multimillonaria.
Esto pesa mucho sobre
la generación que actualmente tiene más de 35 años, particularmente de las
clases populares, que recuerdan la época negra, donde el sufrimiento era
generalizado, el desempleo alcanzaba al 30% y la vida era muy dura sin apoyo
estatal.
Ahora, eso es parte de
lo que va a influir sobre el voto, independientemente de lo que está pasando
ahora o mejor dicho, en relación con lo que está pasando ahora.
El segundo hecho
importante es el golpe de Estado de 2002 que fracasó. Es importante por dos
razones: en ese golpe de Estado estuvo involucrado en candidato Henrique
Capriles Radonski, él encabezó la mafia, la banda que atacó la Embajada cubana
y que trató de hacer daños físicos, actuó como un matón y no como el roquero
que tratan de presentar hoy. Además, apoyó en el lockout de los gerentes
petroleros en 2003. Y esto también pesa porque la imagen que ahora está
proyectando Capriles, como un demócrata, un socialdemócrata, un personaje en la
línea de Lula; que es todo un maquillaje porque tiene antecedentes violentos,
golpistas, vinculado siempre a los sectores de ultra derecha y eso también
queda en la memoria histórica.
Estos son dos puntos en
contra de Capriles.
Ahora, lo que tiene a
su favor, es lo que existe en la institucionalidad a nivel privado y público.
Es cierto que Chávez está bien ubicado en el sector público, pero en el sector
privado, por ejemplo en el sector financiero el 80% de los bancos están en
manos privadas; la gran mayoría de los servicios privados están en manos de la
derecha; un gran sector de latifundistas y dueños de plantaciones están todavía
con la derecha y todavía el sector manufacturero sigue estando en manos
privadas. Es decir, la burguesía en general no ha sido tocada, e incluso ha
tenido cierta prosperidad por el empuje económico que la economía tiene con las
políticas del presidente Chávez.
La derecha tiene una
fuerza institucional que le permite colaborar con el imperialismo y financiar
la campaña política de la derecha.
Chávez tiene a su favor
la reforma agraria, lo que le da el respaldo de un gran sector campesino, los
pequeños agricultores, los obreros, los sindicatos, las comunas, y un sector de
la burguesía, contratistas, que han trabajado junto al gobierno; y más que
nada, el control sobre la mayoría de la industria petrolera, a pesar de que hay
sectores extranjeros involucrados allá, empresas noruegas y norteamericanas que
siguen funcionando con contratos de servicio.
Es un factor importante
decir que la derecha tiene una fuente financiera, una influencia económica y a
partir de eso, está influyendo en un sector de la pequeña industria y comercio,
minoristas y mayoristas.
El tercer punto
importante, es la movilización social. La capacidad de convocatoria de la
derecha no es pequeña, tiene capacidad de mover a cientos de miles el domingo
en Caracas y otras ciudades, porque tiene una clase media que ha avanzado
socialmente pero con miras hacia arriba y no hacia abajo. Es decir, la clase
media emergente, que ha mejorado su estándar d de vida, ahora quiere ubicarse
más cerca de la élite que los de abajo. Y es un sector arribista, que busca no
la solidaridad, sino el consumo, el consumismo, el libre mercado, vinculado más
que nada a la clase media profesional que está en contra del sector público y
defiende la salud privada, la educación privada; etc. Frente a eso, Chávez
retiene una enorme base popular en los barrios, sigue teniendo una enorme
fuerza en las grandes concentraciones urbanas y tiene sectores públicos que
sienten miedo de que si vuelven a elegir a un candidato de la derecha va a
aplicar recortes públicos, privatizaciones, etc. que van a implicar despidos de
muchos funcionarios públicos. Por tanto, hay una división entre la clase media
arribista y los funcionarios públicos que han sido contratados en los últimos
años.
De todos modos, lo que
hay que anotar en esta elección es la polarización social. Cada vez que hay una
elección polarizada de clases, obviamente las clases populares están en
mayoría, con mayor abundancia, por lo que la táctica de Capriles es por una
parte, dirigir su discurso para animar a la derecha, a las clases altas; y por
otro, una imagen dirigida a la población, diciendo que él está a favor de todas
las reformas sociales de Chávez, pero que él puede implementarlos con mayor
eficiencia y menos corrupción.
Asimismo, para analizar
esta elección debemos tomar en cuenta también el ambiente internacional, que es
sumamente favorable a Chávez.
En este sentido, el
alto precio del petróleo, el funcionamiento de la OPEP, los acuerdos con Rusia
y China, los ingresos por petróleo; permiten al gobierno financiar muchos
proyectos con alto impacto social. Eso es favorable.
En segundo lugar, los
Estados Unidos han sufrido muchos golpes debido a su política guerrerista y no
tiene mucha presencia en América Latina, han perdido terreno especialmente con
los gobiernos de centro izquierda que tratan de mantener una independencia y
por lo menos, antigolpistas, en el sentido tradicional de Estados Unidos.
A nivel nacional
Capriles no puede competir con Chávez por popularidad. La correlación de
fuerzas a nivel internacional es favorable a Chávez, lo mismo a nivel regional
–en relación al Caribe, los programas de ayuda con Centroamérica y América
Latina-; pero donde Chávez es vulnerable, es a nivel local, donde muchos
oficiales chavistas no han funcionado bien, hay una brecha entre los
compromisos sociales declarados por Chávez y la incompetencia de muchos
oficiales para implementarlos con eficiencia y honestidad. Y este es el punto
débil, sobre el que los Estados Unidos y el imperialismo han recomendado a
Capriles que se enfoque. Sobre los problemas de apagones, falta de agua, falta
de seguridad, etc. en los barrios.
Porque Capriles no
puede ganar sólo con los votos de la clase media y la clase alta, necesita los
votos de las clases populares y está jugando la carta del reformismo en este
sentido. La batalla para Chávez es mantener la lealtad de las clases populares
en función de una lucha de clase fuerte: diciendo que si no vuelve a ser
reelecto, Capriles va a revertir todos los programas sociales, se va a
desenmascarara y se va a presentar como un neoliberal al estilo de Carlos
Andrés Pérez, Caldera. O sea que Venezuela va a volver a vivir en la época
negra del pasado. Y eso es una debilidad para Capriles porque está asociado a
la derecha dura, a la época de corrupción, de escándalos y de miseria.
Entonces, todo depende
de parte de la memoria histórica, del golpismo, también de las reformas
impactantes como las Misiones, etc. que podrían ser bien importantes.
Finalmente en este juego,
lo que tiene fuerte Capriles es el respaldo incondicional de Barack Obama y la
Casa Blanca que lo están asesorando sobre cómo presentarse. Primero le dijeron
que se presente no como derechista, sino como populista, como reformista,
diciendo que Lula es su modelo no los golpistas de 2002 o los gerentes que
paralizaron la economía en 2003, ni la derecha que quiere volver a la época de
oro para ellos que fueron los ’90, las privatizaciones, etc.. No. Capriles
debía presentarse como un reformista, buen muchacho, reformista hiper
energético, que quiere un cambio moderado. Y Estados Unidos cree que si pierde
Capriles por un margen significativo, no van a denunciar fraude, lo que van a
hacer es consolidar el 45% que consiguen y apuntar así a las elecciones parlamentarias
que se realizarán en diciembre, para ganar mayorías en el Congreso y neutralizar
la Presidencia de Chávez.
Hugo Chávez va a ganar
las elecciones este domingo 7 de octubre, pero con un margen menor del que
querían o pronosticaron. No creo que alcancen el 60% ni los diez millones de
votos. Van a conseguir menos votos, van a ganar creo, con un margen de entre el
8 y el 10% de diferencia, respetable, una victoria contundente en cualquier
otro país. Con eso van a tener la iniciativa para continuar extendiendo la
política social y económica y la solidaridad con América Latina.
Pero si pierde Chávez,
va a ser una tremenda derrota para todos los países que reciben su solidaridad
y ayuda, como Cuba, Nicaragua, Bolivia, y otros países.
Entonces la victoria de
Chávez es no sólo una derrota a la derecha venezolana, sino a la derecha del
continente. Pero si hay un Congreso controlado por la derecha, si hay una
división, van a tratar de neutralizar y obstaculizar la realización de este
programa.
Creo que la tarea de
Chávez a corto plazo es ganar estas elecciones y más allá, hacer una
rectificación en la oficialidad, cambiar las prácticas clientelistas que vienen
de muchos políticos que se han enganchado al vagón de Chávez. Hoy se hace
necesario hacer una transformación dentro del proceso de transformación mayor.
En suma, Chávez, por su
popularidad, sus hechos, las experiencias de 10 años de prosperidad y avances,
es difícil que pierda las elecciones; a pesar de que hay problemas graves en la
aplicación a nivel local. Lo segundo es que esta victoria debe ser la punta de
lanza para una rectificación en el Partido para las elecciones parlamentarias
de diciembre, a las que apuntan los Estados Unidos.
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