Evo lleva siete años
como presidente de Bolivia, y su prioridad ha sido la atención a las
necesidades y demandas postergadas por muchos años del pueblo. Las políticas
sociales implementadas acabaron con décadas de políticas neoliberales. Morales
ha convertido las grandes riquezas minerales y energéticas en motores para estimular
la agricultura, la industria, la ciencia y las tecnologías.
Ángel Bravo / Especial para Con Nuestra América
Fidel Castro y Evo Morales. |
Los últimos tres
lustros han sido de cambios en América Latina; años de resistencias, luchas y
victorias. El paraíso prometido en los ‘80 por el neoliberalismo lo que logró
fue el saqueo de nuestras riquezas por las transnacionales y el empobrecimiento
de nuestras naciones. Las crisis y las luchas de los pueblos en este tiempo
gestaron nuevos liderazgos y nuevos proyectos. Grandes sectores populares
habían decidido ponerse de pie.
Dos años antes de que
la URSS se disolviera, Fidel Castro previó los hechos, y el 26 de julio de 1989
anunció: “Si mañana o cualquier día nos despertáramos con la noticia de que se
ha creado una gran contienda civil en la URSS, o incluso si nos despertáramos
con la noticia de que la URSS se desintegró [...] Cuba y la Revolución cubana
seguirían luchando y seguirían resistiendo.” En medio de la vorágine de la larga
noche neoliberal de los ´90, Cuba cumplió la promesa; no claudicó, brilló sola,
firme, libre, soberana y siempre revolucionaría.
A finales de 2003,
cuando todavía el neoliberalismo se resistía a desaparecer y amenazaba con
engullirse a los pueblos, Fidel en Caracas, junto a Chávez ,expresó: “Habrá que
armarse de valor y de conciencia. Estamos observando que en los países vienen
inevitablemente crisis y ocurrirán como en la Biblia cuando una ballena se
tragó al profeta Jonás. No nos podrán digerir, nos tienen que devolver no hay
manera de tragarse más de 500 millones de habitantes de América Latina.”
Los nuevos liderazgos
conducidos por Chávez en noviembre de 2005, bajo el lema “¡ALCA, ALCA…al carajo!”, enterraron en Mar
del Plata las modernas pretensiones colonialistas del imperio liderado por
George W. Bush. En el “Tren del Alba”, que salió de Buenos Aíres rumbo a Mar
del Plata, viajó con Chávez el líder boliviano Evo Morales. También asistieron
artistas como Silvio Rodríguez, Daniel Viglietti, Santiago Feliú, Víctor
Heredia y Manu Chao. No podía faltar Diego Armando Maradona, quien antes de
partir dijo: “Pido a los argentinos que entiendan que vamos por la dignidad,
para defender lo nuestro… Es un orgullo ir en este tren para repudiar a esa
basura que es Bush… Si lo tuviera [a Bush] bajo un arco, le arrancaría la
cabeza de un pelotazo.” Las palabras de Maradona condensaban las impotencias,
sufrimientos, rabia y valentía de los pueblos.
En ese entonces Evo
Morales era candidato por el Movimiento al Socialismo (MAS) a la presidencia, y
su participación en Mar del Plata lo pintó de cuerpo entero: estaba a favor de
los condenados de la tierra. En diciembre de ese año -2005- ganó las
elecciones.
Aquella vez en Mar del
Plata la prensa le preguntó “¿Qué viene a compartir con la Argentina?” Evo, sin
titubear dijo: “Hay una esperanza de escuchar a ese Evo Morales y conocer esas
luchas de los movimientos sociales orientadas en Bolivia en tres cosas.
Primero, cómo refundar el país mediante la Asamblea Constituyente, significa
que los pueblos indígenas, los campesinos excluidos mediante un modelo
neoliberal, apostamos a ser actores de nuestro propio desarrollo, acabar con
ese modelo. Es decir, que los recursos naturales sean el nuevo régimen
económico de la nueva Bolivia con justicia y equidad, vivir en la diversidad.
Segundo, nacionalizar los recursos naturales (especialmente los hidrocarburos,
el gas natural), y tercero, acabar con las formas de concesionar o privatizar
los recursos naturales. Un nuevo modelo de redistribución de la riqueza. El
ALCA y la deuda externa son instrumentos de sometimiento, que tienen que ver
con el comercio. Queremos propuestas para acabar con la pobreza, no
fomentarla.”
Evo lleva siete años
como presidente de Bolivia, y su prioridad ha sido la atención a las
necesidades y demandas postergadas por muchos años del pueblo. Las políticas
sociales implementadas acabaron con décadas de políticas neoliberales. Morales
ha convertido las grandes riquezas minerales y energéticas en motores para estimular
la agricultura, la industria, la ciencia y las tecnologías. Una de las primeras
acciones de su gobierno fue nacionalizar los recursos naturales, que antes eran
saqueados por las transnacionales, y los usó para mejorar el nivel de vida de
los bolivianos, especialmente de las mujeres, niños y comunidades indígenas.
Todavía hoy en pleno
siglo XXI es nauseabundo ver a periodistas y políticos de derecha en algunos
programas de “análisis” de la televisión española, menospreciar al gobierno
boliviano por las medidas adoptadas, y usar contra el presidente Evo Morales
expresiones discriminatorias y xenofóbicas. Esas son muestras de cuán
“civilizados y cultos” son los conquistadores de ahora.
Evo cuenta, que en una
ocasión –antes de ser presidente-, le consultó a Fidel en La Habana: “Si un día
ganara como presidente y Estados Unidos nos bloqueara económicamente, ¿Qué debo
hacer, cómo debo prepararme?” Fidel le respondió “No tienes por qué tener
miedo, Bolivia no es una isla como Cuba, Bolivia tiene países amigos y riquezas
naturales”. Y añadió dos cosas: “primero, teniendo gas y petróleo, minerales,
cómo vamos a tener miedo al bloqueo económico. Solo debemos saber administrar,
recuperar esos recursos. Segundo: Tienes ahí a Lula, a Kirchner, a Chávez, a
Cuba; nosotros no teníamos nada de eso, y al final ni siquiera a la Unión
Soviética”.
El próximo domingo 12
de octubre -fecha en la que hace más de quinientos años llegaron los españoles
para colonizar y conquistar nuestras tierras-, una vez más Evo participará en
las votaciones presidenciales; y según todas las encuestas, por tercera vez
ganará ampliamente las elecciones.
A una pregunta que le
hizo Ignacio Ramonet a Fidel sobre la primera elección presidencial de Evo
Morales en el 2005, el Comandante dijo: “Ha sido la elección milagro, la
elección que estremeció al mundo, que estremeció al imperio y al orden
insostenible impuesto por Estados Unidos. Demuestra que Washington ya no puede
acudir a las dictaduras como en otras épocas, que el imperialismo no tiene los
instrumentos de antes, ni puede aplicarlos”.
El 12 de octubre el
imperio volverá a estremecerse; Washington, las transnacionales, el poder
mediático y la oligarquía nativa nuevamente serán derrotados.
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