Independientemente de las
particularidades del ébola y de la grave amenaza para la vida de millones de
personas que significaría su eventual propagación, Cuba no está haciendo nada
que no haya hecho antes. Desde el triunfo de la Revolución, la solidaridad con
los demás seres humanos ha sido siempre un principio cardinal de la educación y
la cultura política en la isla.
Ángel Guerra Cabrera / Rebelion
Cuba está realizando una
aportación mayor de personal sanitario al combate del ébola en Sierra Leona,
Liberia y Guinea Conakry –los tres países invadidos por la epidemia- que ningún
otro estado en el mundo. El complejo mediático que usualmente dispara sin pausa
mentiras y calumnias contra la isla no ha tenido más alternativa que
reconocerlo puesto que es imposible ocultar un hecho de tan extraordinaria
relevancia relacionado con el enfrentamiento a una enfermedad que se ha vuelto
noticia de primera plana y que si no es frenada a tiempo puede convertirse en
una pandemia global, como alertó Raúl Castro.
El secretario de Estado
John Kerry, que nunca ha pronunciado una palabra amable hacia La Habana y jefe
de una política exterior que cada vez aprieta más duro la asfixiante tuerca del
bloqueo tuvo que reconocer el aporte cubano.
El The New York Times
va más lejos pues días después de haber reclamado editorialmente el
restablecimiento de las relaciones diplomáticas Estados Unidos-Cuba y el
eventual levantamiento de la medida punitiva –no sin hacer algunas alegaciones
infundadas-, publica una nueva entrega titulada “La impresionante contribución
de Cuba a la lucha contra el ébola” (http://www.nytimes.com/2014/10/20/opinion/la-impresionante-contribucin-de-cuba-en-la-lucha-contra-el-bola.html) en la que lamenta que
Washington, “primer contribuyente financiero” en esta lucha no tenga vínculos
diplomáticos con La Habana, “dado que Cuba podría terminar desempeñando la
labor más vital”. El editorial propone que Estados Unidos dé cabida en un
centro médico especial que ha habilitado en Monrovia –capital de Liberia- a los
trabajadores sanitarios cubanos que eventualmente puedan ser contagiados con la
enfermedad y contribuya de ser necesario a su evacuación. El diario censura que
las autoridades estadunidenses “insensiblemente”, se han rehusado a indicar si
estarían dispuestos a brindar algún tipo de apoyo y termina dando la razón a
Fidel Castro cuando en una columna publicada en Granma expresó la
disposición de Cuba a colaborar “gustosamente” con Estados Unidos en aras de
enfrentar la epidemia(http://www.cubadebate.cu/especiales/2014/10/18/articulo-de-fidel-la-hora-del-deber/#.VEgAOyKG9uR).
Posteriormente, el martes
21 de octubre, voceros del Departamento de Estado dijeron que Estados Unidos
estaría dispuesto a colaborar con Cuba en el combate al ébola pero sin
especificar cómo.
Es pertinente puntualizar
que, independientemente de las particularidades del ébola y de la grave amenaza
para la vida de millones de personas que significaría su eventual propagación,
Cuba no está haciendo nada que no haya hecho antes. Desde el triunfo de la
Revolución, la solidaridad con los demás seres humanos ha sido siempre un
principio cardinal de la educación y la cultura política en la isla, correspondido
en la práctica con innumerables acciones de solidaridad internacional en el
curso de los años, particularmente en el campo de la salud pública. Sin ir muy
lejos, la acción de la brigada médica cubana en Haití, apoyada por médicos
haitianos y latinoamericanos formados en Cuba, fue decisiva para frenar la
extensión de la tremenda epidemia de cólera en ese país.
Esto solo es posible
porque la Revolución ha construido un sólido sistema de salud pública cuyo
principio ético básico es que no hay nada más importante que la vida de un ser
humano. Podrán faltar medicamentos y equipos cada vez más negados por el
bloqueo pero la calidad humana y científica del personal sanitario cubano sigue
asegurando que los índices de salud de Cuba sean los mejores de América Latina
y varios de ellos superiores a los de Estados Unidos.
No ha de extrañar a nadie
que en la isla existan miles de voluntarios dentro del personal de salud para
partir a combatir el ébola ni que los cientos de médicos y enfermeros cubanos
involucrados directamente en la lucha contra la enfermedad estén apoyados en
labores preventivas por más de 4000 compatriotas trabajadores de la salud que
laboran actualmente en 32 países africanos desde mucho antes del estallido de
la epidemia.
La celebración, en La
Habana, de la cumbre de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra
América (Alba) dedicada a preparar a sus miembros para prevenir y combatir el
ébola, y proteger sobre todo a los países caribeños más vulnerables,
complementa las acciones iniciadas por Cuba. El Alba ha invitado a convocar una
reunión de ministros de salud de la Celac, que seguramente contribuirá a crear
una red regional de protección de nuestros pueblos contra esta y otras
epidemias.
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