Contra las expectativas sembradas hace algunas semanas, Dilma Rousseff
le sacó más de 7 puntos de ventaja a Aécio Neves quien, a su vez, relegó a
Marina Silva, en unas elecciones en las que participó más del 80% de los
votantes. ¿Ahora qué va a pasar?
Nils Castro / Especial para Con
Nuestra América
Desde Ciudad Panamá
La candidatura de Marina, pese a este desplome, cumplió su papel:
gracias a la muerte de Eduardo Campos. Su fugaz ascenso al papel de favorita
permitió mandar a segunda vuelta una elección que antes pareció que Dilma le
ganaría a Aécio en la primera.
Sin embargo, parte sustantiva de ese temporal apoyo a Marina no vino del voto ecologista ni del
evangélico, sino de los sectores de izquierda inconformes con el PT. Pero en la
próxima vuelta ni los ambientalistas ni esas izquierdas le darán su voto a
Aécio, candidato neoliberal del PSDB, los grupos financieros y la gran prensa.
Ello no hace de Aécio un
contrincante deleznable. En la contienda por la segunda vuelta le sobrará
respaldo financiero y los medios recrudecerán vigorosamente su campaña contra
Dilma y el PT. Todo el espectro de las derechas hará de esto una cruzada.
No obstante, uno de los principales temas de campaña volverá a ser el de
la corrupción y, en este campo, Aécio es bastante vulnerable. Luego de gobernar
el estado de Minas Gerais durante los dos últimos períodos, allí su candidato
fue derrotado por el del PT precisamente por esto. El escándalo mayor fue el
del “aeciopuerto”, el nuevo aeropuerto que como gobernador él ordenó construir
con fondos públicos sobre tierras de su familia.
En la campaña que viene veremos enfrentarse dos personalidades opuestas.
Dilma ya no es solo la profesional
eficaz que hace cuatro años se estrenó como candidata; ahora es “corazón
valiente”, la Jefa de Estado que durante este período expandió los programas
sociales creados por Lula, incrementó la eficacia del gobierno e impulsó la
integración brasileña con Latinoamérica y los Brics.
Aécio, nombrado líder por su abuelo antes de sudar la camisa, y
tutoreado por Fernando Enrique Cardoso, deberá remontar su aureola del play boy para resistir durante las
próximas tres semanas la ofensiva concentrada de esa veterana luchadora, de
Lula y el PT, ahora que ya no hay Marina
que los distraiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario