Desde muy joven fue un incansable
luchador y estuvo presente desde su
adolescencia en casi todas las luchas estudiantiles, magisteriales y obreras de
aquel momento. En el contexto de la
represión que aplastó al movimiento del 68, Raúl fue encarcelado y estuvo en
Lecumberri durante dos años y siete
meses.
Carlos
Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
Raúl Alvarez Garín, dirigente del movimiento estudiantil de 1968 y exdiputado del Congreso mexicano. |
El viernes 26 de septiembre de 2014
falleció el gran luchador social y político mexicano Raúl Álvarez Garín. Pude
saber del infausto hecho porque César Montes la empezó a difundir. No era una
casualidad, Raúl siempre fue solidario con las luchas revolucionarias de
Guatemala y de allí la amistad de toda la vida con quien fuera comandante de la
insurgencia guatemalteca. Fue uno de los principales dirigentes del movimiento
estudiantil de 1968, en tanto que
integrante del Consejo Nacional de Huelga. Nacido en 1941, tenía 27 años cuando se vio envuelto en
dicho movimiento. Ya había estudiado en la Facultad de Ciencias de la UNAM y se
encontraba en la última parte de sus estudios de matemáticas en el Instituto
Politécnico Nacional.
Desde muy joven fue un incansable
luchador y estuvo presente desde su
adolescencia en casi todas las luchas estudiantiles, magisteriales y obreras de
aquel momento. En el contexto de la
represión que aplastó al movimiento del 68, Raúl fue encarcelado y estuvo en
Lecumberri durante dos años y siete
meses. Elena Poniatowska habría de reconocerle un gran mérito en la elaboración de su clásico libro La Noche de Tlatelolco. Raúl Álvarez
Garín no solamente ayudó a Elena Poniatowska a hacer su famoso libro, sino
también él mismo plasmó sus recuerdos del movimiento y sus reflexiones en la
cárcel en un libro que se llama La estela de Tlaltelolco: una reconstrucción
histórica del movimiento estudiantil del 68, el cual ha sido calificado por el
periodista Luis Hernández Navarro como “uno de los libros más brillantes de
cuantos se han escrito sobre los acontecimientos de ese año”.
Poco tiempo después de salir de la
cárcel, la voluntad indoblegable de Raúl lo llevó a fundar la revista Punto
Crítico, la cual se convirtió en una referencia indispensable para los sectores de izquierda en la década de los
setentas. Siendo ya militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD)
fue uno de los impulsores fundamentales de Corre la Voz, un periódico que era distribuido masivamente
entre los movimientos populares del valle de México.
Entre las grandes batallas que emprendió
Raúl estuvo la de la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia. A finales
de 1993 siendo diputado de la 55 legislatura presentó la iniciativa sobre el
derecho ciudadano a los archivos y registros oficiales. La propuesta fue
congelada por supuesto. En el 2000, Raúl
Álvarez Garín y otros ex dirigentes del movimiento estudiantil fundaron el
Comité 68 Pro Libertades Democráticas, la cual buscó enjuiciar a los
responsables de la represión de 1968, entre ellos Luis Echeverría, Secretario
de Gobernación cuando ocurrió la matanza de Tlatelolco. Aquejado por el cáncer,
Raúl Álvarez Garín todavía en enero de este año participó desde una silla de
ruedas en una marcha convocada por el
PRD contra las reformas neoliberales y en particular la reforma
energética. De Raúl puede decirse lo que dijo Bertold Brecht: “Pero hay los que
luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”.
La política y ética, eso fue siempre
Raúl Álvarez Garín.
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