Desde hace tiempo he pensado que la derecha nunca se equivoca
en la definición de su enemigo principal. No así la izquierda, la cual
pareciera tener en su ADN el errar de adversario. Lo que expreso es porque
me he percatado que la derecha más recalcitrante de Guatemala ya tiene
como su enemigo principal a Thelma Aldana.
Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
Thelma Aldana, exfiscal general de Guatemala. |
En el momento en que
escribo estas líneas, ignoro si ella ya regresó de El Salvador en donde se
encontraba por considerar que su seguridad estaba en peligro. Ha salido a dicho
país desde el 18 de marzo como resultado de una invitación del Presidente
electo de El Salvador Nayib Bukele. Todo ello sucedió en el contexto de una
orden de captura por haber permitido
supuestas contrataciones irregulares en el ministerio público mientras
ella era la titular.
Mientras Thelma Aldana
sufre de la persecución de la derecha, una parte de la izquierda realiza un
diagnóstico a mi parecer equivocado: ella es uno de los rostros del recambio
que el establishment necesita, lo impulsa la embajada estadounidense y no es más que la estrategia de reestabilización
de un sistema injusto. Ciertamente no es Thelma Aldana una mujer de izquierda.
He podido ver alguna de sus aseveraciones sobre la reciente crisis en Venezuela
y he advertido que las mismas no están sustentadas en un conocimiento del
artículo 233 de la constitución de dicho país que regula el que hacer en caso
de una ausencia absoluta del Presidente de ese país. Como ella mismo se ha
autodefinido: estaría ubicada en “la derecha progresista”. Suficiente para que el grupo más reaccionario del país
con ferocidad la ataque. Acontece que pese a su moderación, Aldana está
dispuesta a continuar el combate a la
corrupción que ha corroído al Estado guatemalteco. Con ello atenta contra los
intereses de la parte de la derecha de la
clase política y del empresariado que ha hecho de la venalidad una
fuente sustancial de la acumulación de capitales. La candidatura de Thelma en
realidad es transideológica, detrás de ella están derecha, centro e izquierda
que ven en la corrupción el problema principal del país.
¿Recuerda usted al
preclaro socialdemócrata Alberto Fuentes Mohr? Fue asesinado en enero de 1979
después de que su partido, el Partido Socialista Democrático (PSD) había sido
inscrito. ¿Recuerda usted a Manuel Colom Argueta el más grande dirigente
político de la Guatemala de la segunda
mitad del siglo XX? Fue asesinado en marzo de 1979 después de que fue inscrito
su partido, el Frente Unido de la Revolución (FUR). Con ello la
dictadura militar inscribía a partidos de izquierda democrática pero asesinaba
a los liderazgos en los que se sustentaba su potencialidad. Hoy la derecha
extrema no asesina físicamente porque los tiempos han cambiado. Lo que hace es
liquidar jurídicamente a sus adversarios más peligrosos a través de lo que se
ha llamado judicialización de la política. El partido Movimiento Semilla ha
sido inscrito. Pero hoy se quiere liquidar judicialmente a su candidata.
Mutatis mutandis, el dinosaurio todavía sigue allí.
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