Las graves y
preocupantes declaraciones de los
últimos días de varios altos funcionarios políticos y militares estadounidenses
y de altos dignatarios como Donald Trump y Jair Bolsonaro, prenden las alarmas
para Venezuela y nuestra región, no solo para estar preparados ante una -no descartable- agresión militar,
sino para que los pueblos y sus líderes,
de cualquier signo político,
inicien una campaña de denuncia contra la guerra y por la paz.
Tony López R.* / Especial para Con Nuestra
América
Desde La Habana, Cuba
El líder
opositor venezolano Enrique Ochoa Antich, coordinador del movimiento político Juntos, la Venezuela que viene, acusó al
autoproclamado Juan Guaidó de promover una guerra civil, “al convocar a una
llamada Operación Libertad, al pedir a militares supuestamente afectos a su
proyecto a que enfrenten con las armas a otros venezolanos”, así lo dio a
conocer la IguanaTv. Esta propuesta de
Guaidó, señaló Ochoa Antich, es “solo atribuible a su inmadurez”.
Agregó
Antich: “Una marcha sin retorno a
Miraflores, a tomar por asalto el despacho presidencial buscaría crear un caos
de violencia interna que justifique ante el mundo una intervención militar
extranjera gringo-colombo-brasileña, como de modo explícito han propuesto María
Corina Machado, Antonio Ledezma ,Julio Borges
y el propio Guaidó”, es una gran
irresponsabilidad” precisó. Y añadió: “cualquier
ruta para un cambio político en Venezuela debe ser la del diálogo y la
negociación y creo que interpreto la
opinión de la mayoría de los venezolanos al demandar a la Asamblea Nacional un
acuerdo formal que rechace toda posibilidad de una intervención militar
extranjera en nuestro país”.
Estas
declaraciones de Ochoa Antich demuestran
que internamente la oposición está dividida y que solo los sectores
ultraderechistas como Primero Justicia y
Voluntad Popular cuyos líderes, desde hace años, están subordinados a Estados Unidos, son los que proponen la intervención gringa,
porque la mayoría de ellos y su familia no residen en Venezuela saben que las bombas y metrallas gringas no
determinan quien es chavista y quien opositor. También demuestra el
desprestigio ante estos sectores de
Guaidó.
Una
intervención militar provocaría la destrucción de la mayoría de las capitales
estatales, incluyendo Caracas, y su población sería víctima de los peores
horrores de una guerra de exterminio y
muerte similar a la que Estados Unidos produjo en Irak y la que aún ejecuta en
Siria, con sus bombardeos y crímenes de guerra, que elevó a un millón de
muertos en Irak y hasta ahora más de medio millón en Siria. Todo por el petróleo.
Por esas razones los tambores de la Paz deben prevalecer sobre los mercenarios
tambores de la guerra.
Por otra
parte, a propósito de la visita del presidente Jair Bolsonaro a Estados Unidos
y sus injerencistas declaraciones contra Venezuela y sobre su supuesto
compromiso de establecer una base militar gringa en Brasil y apoyar una acción militar
contra Venezuela, no solo viola el
Derecho Internacional y desacata la Carta de las Naciones Unidas y de la propia
OEA, también resulta un desafío al Alto Mando Militar brasileño que se ha
opuesto a que Brasil permita una base gringa en su territorio y a no utilizar a
sus fuerzas militares en un conflicto contra los países vecinos, incluyendo
Venezuela.
El Alto Mando
Militar brasileño sabe que empeñar unas fuerzas de intervención en Venezuela no
sería viable por varias razones, pero específicamente el militar y señalemos algunos elementos
importantes a tener en cuenta.
a) El Plan Colombia, que terminó en el
gobierno de Busch, revelando las verdaderas intenciones de Estados Unidos en
América del Sur, pasó a llamarse Iniciativa Regional Andina, porque el interés
de Washington es mantener la dominación económica, militar, política y social
en esa zona, donde Brasil es su principal
contrincante y competidor y está llamado a ser la contra parte latinoamericana
que le puede restar poder. Es por eso que en los planes de defensa de los militares
brasileños su hipótesis de guerra es contra las fuerzas militares de Estados
Unidos.
b) Brasil es
el país con menos posibilidades de lograr invadir Venezuela ya que antes de entrar en contacto con las
principales fuerzas venezolanas, el ejército brasileño tendría que atravesar
500 kilómetros de selva. El Orinoco es también otro gran obstáculo para el ejército de Brasil, que no
dispone de puentes móviles ni de equipamiento de ingeniería. Además, para tratar de proporcionar cobertura
antiaérea a sus fuerzas terrestres, Brasil y Colombia cuentan sólo con
sistemas portátiles cuyo alcance se limita a 5 000 metros de altitud, pero los aviones
de combate Su-30 venezolanos disponen de bombas guiadas por láser de los tipos KAB-500 y KAB-1500 y
de misiles Kh-29, utilizables todos desde 10 000 metros de altitud, expuso el experto
militar el ex comandante
Valentin Vasilescu.
c) Las
Fuerzas Militares brasileñas y el establishment son conscientes de que uno de los objetivos
estratégicos de Estados Unidos hacia su país es apoderarse de la riqueza
acuífera del río Amazona y el Orinoco, porque, dentro de unos años el agua tendrá
más valor que el petróleo, si Estados Unidos llega a controlar esa
zona, pondría bajo su dominio a Brasil y a la
América del Sur. ¿El poder real brasileño estará de acuerdo en aceptar la política de subordinación de Jair
Bolsonaro a Estados Unidos?
Resulta muy
preocupante el curso de los acontecimientos a los que estamos asistiendo;
Estados Unidos, la Unión Europea y un pequeño grupo de países subordinados al
Departamento de Estado, han tomado una serie de medidas contra el legítimo
gobierno de Venezuela que viola
flagrantemente el Derecho Internacional y la Carta de las Naciones
Unidas, de respeto a la soberanía y no injerencia en los asuntos internos de
otros Estados miembros. En el marco del respeto de las relaciones diplomáticas
han quebrado los Acuerdos de la Convención de
Viena y Estados Unidos y el Reino Unido se han convertido en los
filibusteros del siglo XXI al robarse olímpicamente los dineros y el oro
asentados en los bancos de sus respectivos países, a la cara de todo el
Universo.
Con esta
conducta del gobierno de los Estados Unidos y del Reino Unido se siembra un
precedente que deben tomar en cuenta los Estados y Gobiernos, no solo de
nuestra región sino en todo nuestro planeta. Se sienta la desconfianza y se
muestra la esencia de la decadencia del Capitalismo, al no poder imponerse por
la razón y las ideas, se impone por la fuerza, violando todas las leyes y
quebrando la tranquilidad y la paz de los pueblos e incluso él concepto de
“democracia” de la que tanto alardean en Washington y sus aliados en la U.E y
el grupúsculo latinoamericano.
Se ha llegado
tan lejos en la actuación del gobierno del fascista Donald Trump, que al
parecer estamos en el oeste de los siglos XVIII y XIX, cuando el general de Brigada de Estados
Unidos Anthony J. Tata, al estilo de al Capone, le expresó a la ultraderechista cadena de
TV Fox News “que Estados Unidos
contempla todas las opciones para la salida del presidente Nicolás Maduro”
incluído su asesinato cuando añadió,
“necesita entender que una bala en la frente puede ser su salida de Venezuela, eso es solo el resultado final y
tenemos esa capacidad”.
De la seria
amenaza de intervención militar y de magnicidio, pasamos a la práctica de
violentar el derecho diplomático y consular, es normal que, ante diferencias,
los Estados decidan romper sus relaciones diplomáticas, lo normal es que sus asuntos sean asumidos
por un país que cada uno de los gobiernos escojan, cuando el asesino Augusto Pinochet asumió el
poder dictatorial, intentó asaltar la
embajada de Cuba en Chile, pero tuvo que respetar que ella estaba representada
por el Gobierno del Reino de Suecia. Cómo es posible que ahora en Washington y
en otras capitales, ciudadanos
venezolanos ocupen las instalaciones propiedad del Estado Venezolano, con el
apoyo del gobierno de Washington. ¿Qué pasaría si ciudadanos venezolanos, en reciprocidad, ocupen las instalaciones de la embajada de
Estados Unidos en Caracas y de sus
respetivos consulados?
¿Cuál será la
respuesta del sistema de Justicia de los Estados Unidos, si el gobierno de
Venezuela presenta, a través de un representante legal, una acusación contra los señores que han asaltado sus instalaciones
diplomáticas y se han robado sus equipos y apropiado de su documentación? Sería
muy interesante presentar esa
reclamación y saber si realmente en Estados Unidos impera el Estados de
Derecho y el respeto a las leyes y normas internacionales. De no actuar, quedarían totalmente descalificados,
desprestigiados y evidenciado que en el
llamado país “más democrático”
del planeta impera la barbarie.
Ni que decir
de los gobiernos miembros del grupúsculo del llamado Cartel de Lima, que han
reconocido y recibido cartas credenciales de embajadores que no existen, pues
no tienen respaldo de ningún gobierno ni cancillería. Quieren montar un
gobierno paralelo pero no pueden porque no tienen el respaldo no solo de su
gobierno legítimo, sino del Estado Venezolano y por lo tanto están violando la Convención
de Viena en cuanto al derecho diplomático y consular. Si algunos de estos
países tiene que establecer una reclamación, o solicitar una visa u
otra función, a cuál embajada o consulado va a realizar su solicitud, al
gobierno legítimo de Nicolás Maduro o al fantoche de Juan Guaidó, nombrado a
dedo por Donald Trump. A qué clase de locura los ha llevado el
gobierno de Trump y su operador político,
el mercenario Luis Almagro a esto
países.
El gobierno
de Estados Unidos está llevando a algunos presidentes
latinoamericanos y caribeños a cometer delitos, de acuerdo al jurista
colombiano Elmer Montaña, el presidente
Iván Duque Márquez, podría ser
juzgado por la Corte Penal Internacional,
por agredir y prestarse agredir a Venezuela. “Duque no sabe que desde el
1 de enero de 2017, la Corte Penal Internacional
de la cual hace parte Colombia, podrá
juzgar los crímenes de agresión. El
Estatuto de Roma acordado en 1998 y puesto en vigencia en el 2002, para juzgar
el genocidio, los crímenes de lesa humanidad y los crímenes de guerra y el
crimen de agresión, este último aprobado en la Conferencia de Kampala, Uganda y
puesto en vigencia desde enero del 2017.
La situación
es muy grave, las razones por las cuales Estados Unidos no hace parte de la Corte Penal
Internacional y de los Estatutos de Roma, le dejan actuar con
impunidad a sus gobernantes, pero no así a sus aliados en esta cruzada contra Venezuela donde se están cometiendo
todas las violaciones más perversas de
la historia de la humanidad, solo comparable con la política que llevó Adolfo Hitler en la
Alemania de la década del 30 y 40.
Acusan al
gobierno de Venezuela de la crisis económica, de violaciones de derechos
humanos y de fraude electoral y que la población está muriendo de hambre y sin
medicina. Pero lo que no dicen, los
medios de prensa hegemónicos, es que
esta situación actual forma parte de un plan que, desde hace años, viene desarrollando Estados Unidos con su
política de sanciones económicas, bloqueos y campañas de mentiras ¿Porqué
no devuelven los 35,000 millones robados
en este año, las ganancias de l empresa venezolana CITGO impidiendo que
Venezuela pueda importan medicinas, alimentos. Debe denunciarse que de este
plan formaron parte, una oposición corrupta y alguno de sus
líderes como Leopoldo López,
Henrique Capriles, María Corina Machado,
Antonio Ledesma, Julio Borges y el autoproclamado Juan Guiadó, todos ellos venezolanos,
ahora pidiendo que bombardeen sus poblaciones
y que los gringos invadan.
La influyente
revista económica Forbes aceptó recientemente que el atentado contra Maduro fue
real y que los drones se alistaron en Colombia, mientras que el famoso diario
New York Times precisó que los camiones con ayuda humanitaria,
fueron quemados por los
seguidores de Guaidó desde territorio colombiano. Mientras la CNN confirmó que
el apagón fue un sabotaje cibernético que partió de los Estados Unidos. Hoy 21
de marzo, el gobierno venezolano le está
exigiendo al gobierno de Estados Unidos que les devuelva los 5000 mil millones que
acaban de robarle y que estaban destinados a comprar medicinas.
Las
organizaciones sociales y sus redes
deben advertir que desatar una guerra en Venezuela, puede provocar una conflagración de graves
consecuencias para todo el hemisferio occidental, nuestro apóstol José Martí un 23 de marzo de
1894 publicó en el periódico Patria un
extenso análisis sobre la verdad de Estados Unidos y solo
cito este pequeño párrafo, que
los caracteriza: “Pero no augura, sino
certifica, el que observa como en los Estados Unidos, en vez de apretarse las
causas de unión, se aflojan, en vez de resolverse los problemas de la
humanidad, se reproducen; en vez de amalgamarse en la política nacional las localidades, las dividen y la enconan,
en vez de robustecer la democracia
y salvarse del odio y miseria de las monarquías , se corrompe y
aminora la democracia , y renacen, amenazantes, el odio y la miseria. Y no
cumple con su deber quien lo calla, sino quien lo Dice.
Que sean los
tambores de la paz los que silencien para siempre los tambores de la guerra,
cuyos percusionistas son los conocidos
señores de la guerra, John
Bolton, Mike Pompeo, Marco Rubio,
Elliott Abrams, su jefe Donald Trump y
sus títeres venezolanos, acompañados
del miserable combo de presidentes,
cuyos pueblos los recordaran como cobardes traidores a los principios de unidad de nuestra América Latina y Caribeña.
(*)
Periodista, politólogo y analista internacional.
La Habana, 21
de marzo de 2019.
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