En estos días
aparecieron 700 migrantes en la frontera con Colombia. Cubanos, haitianos y
africanos. Llegaron en grupos muy bien organizados por traficantes humanos que
son pagados para que sus clientes lleguen a EEUU. A lo largo de los últimos
años, el fenómenos se repite una y otra vez. Como política, el gobierno
panameño sólo piensa subirlos a un bus y depositarlos en la otra frontera con
Costa Rica. No hay inteligencia de dónde vienen y cuáles son sus
características.
Marco A. Gandásegui, h. / Para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá
Mucho revuelo produjo
la conferencia convocada por la ONU para que sus miembros llegaran a un acuerdo
sobre las migraciones internacionales. El gobierno panameño se sumó sin reparos
al documento que prepararon los expertos políticos. Algunos países rechazaron –
entre ellos EEUU - la propuesta por
considerarla lesiva a sus intereses nacionales. En la Conferencia no se analizó
las causas de los desplazamientos de la población. Tampoco se consideró necesario
que los países expulsores de población crearan los mecanismos para entender el
fenómeno. La información la maneja exclusivamente los países industrializados y
éstos son los que diseñan las políticas para su beneficio. Mientras que Europa,
EEUU y Japón tienen políticas estrictas para atender las migraciones, los demás
países tienen que someterse a la necesidades de mano de obra de los primeros.
La conferencia de la ONU fue un reflejo de esta realidad que beneficia a los
países que demandan mano de obra (barata).
Las migraciones son tan
antiguas como la humanidad. Su estudio forma parte de la población. Si la
natalidad supera la mortalidad y no aumentan los empleos, se producen las
migraciones. Hace apenas un poco más de medio siglo la población que habita la
Tierra entró en lo que se llama una ‘transición demográfica’. En los países más
industrializados, la tecnología contribuyó a que bajara la tasa de mortalidad
y, al mismo tiempo, la natalidad comenzó a disminuir (las mujeres comenzaron a
tener menos hijos). La tasa de crecimiento de la población también comenzó a
disminuir (en Europa se estancó y algo parecido ocurrió en EEUU). A la vez, la
población envejeció al disminuir la mortalidad y también la natalidad.
En los países menos
industrializados, la mortalidad disminuyó rapidamente (entre 1945 y 1965) pero
la tasa de natalidad no comenzó a bajar hasta la década de 1970. Los expertos
políticos sonaron las alarmas gritando que la Tierra experimentaba una
“explosión demográfica” y que la civilización mundial estaba en peligro de
sucumbir. Demógrafas como la panameña Carmen A. Miró – desde la ONU – desmintió
a los políticos que pescaban en río revuelto. Carmen explicó en que consistía
la “transición demográfica”: El desarrollo del capitalismo, que disminuyó la
tasa de crecimiento de la población en los países más industrializados, tendría
los mismos efectos en el resto del mundo. En el siglo XXI, EEUU, Europa y
Japón – que iniciaron su transición
demográfica más temprano - tienen el problema que escasea mano de obra para
realizar todos los trabajos que requieren sus economías para generar riquezas.
¿Dónde pueden encontrar
esos países industrializados la mano de obra que necesitan? Obviamente, en los
países que apenas están iniciando la transición demográfica y que en el marco
del crecimiento capitalista tienen una población sobrante. EEUU encuentra esa
población al sur de sus fronteras: El Caribe insular, México y Centro América.
Europa busca trabajadores en el Medio Oriente y Africa . El proceso, sin
embargo, no es automático ni sencillo. Hay que provocarlo por la fuerza. Por
ejemplo, Alemania necesitaba un millón de trabajadores para su pujante economía
capitalista, sofocada por falta de mano de obra. En 2017 logró incorporar una
masa de trabajadores, principalmente de Siria y de otros países del Medio
Oriente, que resolvió, en parte, la escasez. Berlín trató de manipular su
crisis para convertirlo en un problema europeo, obligando a los demás países
que recibieran migraciones masivas. La operación política no resultó pero las
grandes corporaciones alemanas lograron su objetivo.
EEUU y Europa tienen
políticas de población que incluyen las migraciones. Saben lo que quieren y
tienen objetivos a corto, mediano y largo plazos. Al año 2025 hasta fines de
siglo o más. Panamá no tiene políticas de población. El gobierno ignora que
estamos en una “transición demográfica”, ni sabe que efectos tendrán las
migraciones sobre el país. Suscribe acuerdos internacionales porque es lo
‘politicamente correcto’. Primero hay que estudiar el problema y después se
firman acuerdos.
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