Nadie puede negar que
el actual presidente ecuatoriano es uno de los líderes latinoamericanos de
izquierda más preparados; su administración ha estado marcada por logros
económicos, sociales y culturales, y su liderazgo ha contribuido a la
integración de los pueblos latinoamericanos y al fortalecimiento de un frente del
Sur contra el imperialismo.
Ángel Bravo / Especial para Con Nuestra América
Correa afirma el rumbo de la Revolución Ciudadana. |
El pasado viernes 24 de
mayo Rafael Correa Delgado asumió la presidencia de Ecuador por tercera vez. En
cada una de las elecciones el partido Alianza País liderado por él ha gozado
del apoyo popular: “Hemos resultado vencedores en nueve procesos electorales de
manera consecutiva, entre ellos, dos reelecciones en una sola vuelta, lo que es
ejemplo de democracia directa. Tenemos las más altas tasas de aprobación
política desde nuestro retorno a la democracia y el pasado 17 de febrero el
pueblo ecuatoriano nos ratificó con su generosa confianza con más del 57 por
ciento de los votos”. La continuidad de Rafael Correa al frente del gobierno
ecuatoriano cobra mayor valor, toda vez que se trata de un proceso político -Revolución
Ciudadana- que ha protegido y garantizado los derechos humanos más elementales
de sus habitantes, ha defendido la soberanía e independencia del país y ha sido
–Rafael Correa- desde sus inicios, otra de las voces latinoamericanas incómodas
a los oídos de Washington.
Por eso no es de extrañar
que los grandes medios masivos comerciales al servicio de los intereses de las
oligarquías latinoamericanas y de los Estados Unidos hayan tratado de
invisibilizar la asunción del presidente en Ecuador; se limitaron a
“asegurarse” que no volvería a ser candidato para un cuarto mandato. ¡Qué
tranquilidad! Se olvidan que en Ecuador, desde hace más de seis años manda el
pueblo y no la oligarquía con sus consorcios y sociedades privadas de los
medios de comunicación, que estaban acostumbrados a quitar y poner títeres en el
Palacio de Gobierno. El 23 de mayo contundente dijo: “La patria es de todos, de
los más pobres. Tendremos muchos errores, pero quien ahora manda es el pueblo
ecuatoriano, no las élites. Nadie está aquí por ambiciones personales. Estamos
para servir a nuestro pueblo”.
Entre las virtudes del
presidente Correa están su gran facilidad para comunicarse y la valentía con la
que expresa sus ideas. Solicitado en los últimos años por varios medios en la
vieja Europa (Cataluña, Madrid, Sevilla, Berlín, Londres) y en Estados Unidos,
ha disfrutado en los diferentes sets televisivos dando cátedra de economía,
historia, libertad de expresión, democracia y derechos humanos. Los periodistas
entrevistadores del Primer Mundo, acostumbrados a menospreciar a los líderes
latinoamericanos, se han llevado muchas sorpresas con Rafael Correa, porque
pasaron de la fácil posición de acusadores y calumniadores contra los gobiernos
progresistas de América Latina a ser arrinconados por desinformados, impostores
y faltos de ética; el líder ecuatoriano les ha hecho pasar momentos incómodos,
desenmascarando la falsa independencia y el poder neutral que creen tener los
medios.
Rafael Correa no es un
político tradicional ni es un político improvisado; es político y es académico
que dejó las aulas universitarias para ponerse al servicio público de su
pueblo; es un extraño político que llegó a la presidencia de Ecuador para defender
los intereses de la Nación. En Europa y Estados Unidos ha hecho gala de su
vasto conocimiento en economía y les ha explicado las causas de la crisis que
viven.
En los últimos dos
lustros, después del comandante Hugo Chávez, Rafael Correa ha sido el
presidente latinoamericano más atacado. En todos estos años, dentro y fuera de
Ecuador la tiranía mediática se ha dedicado a demonizarlo, acusándole
especialmente de prohibir la libertad de expresión y encarcelar periodistas;
sin embargo, nunca han podido mostrar una sola prueba de esas acusaciones. Es
contradictorio, si la oposición dice que no existe libertad de expresión, entonces
¿cómo pueden expresarse libremente, difamar y mentir un día sí y otro también? Si
no hubiera libertad de expresión, entonces no estarían los medios de la derecha
oligárquica ecuatoriana repitiendo sistemáticamente a sus anchas esas
falsedades. Este es el mismo coro cacofónico que canta la oposición en
Venezuela, Bolivia y Argentina.
Hoy en América Latina
es más evidente saber quiénes son los gobiernos que han apostado por un cambio
hacia un mejor desarrollo humano de sus pueblos, ojeando los titulares y las
columnas de calumnias de los medios comerciales, que leyendo las verdades
mismas de esos gobiernos; el gran poder mediático silencia los logros humanos
de los gobiernos progresistas. Es decir, si un líder o gobierno latinoamericano
es demonizado por la prensa cavernaria, eso indica entonces que está haciendo
una gestión digna, justa y humana.
Contra el gobierno de
Rafael Correa se han levantado las voces más reaccionarias, injerencistas,
imperialistas y neoliberales del continente; son los mismos predicadores apocalípticos, falsos profetas y narradores
de ficción de siempre, entre ellos Mario Vargas Llosa, Andrés Oppenheime y
Carlos Alberto Montaner; “analistas” al servicio de la maquinaría mediática
continental, protegidos por la SIP para vociferar contra las conquistas de los
pueblos y sus gobernantes; son las estrellas del circo publicitario de CNN, El
País y el Nuevo Herald. La avalancha calumniosa de estos publicistas contra el
gobierno ecuatoriano es una señal de que la Revolución Ciudadana avanza firma y
soberana.
Nadie puede negar que
el actual presidente ecuatoriano es uno de los líderes latinoamericanos de
izquierda más preparados; su administración
ha estado marcada por logros económicos, sociales y culturales, y su
liderazgo ha contribuido a la integración de los pueblos latinoamericanos y al
fortalecimiento de un frente del Sur contra el imperialismo.
En su discurso de asunción
de mando Rafael Correa lanzó otro latigazo: “Quiero decirles compañeros que este
gobierno del Ecuador está comprometido primeramente con su pueblo, pero también
con los demás pueblos de América Latina. Cuenten con el gobierno de Ecuador,
porque ya no somos el patio trasero de nadie”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario