En un
mundo donde se busca ser importante antes de ser útil a la sociedad, el
periodismo autentico es ejemplo por su ética de compromiso social. ¡Honremos al
periodismo reponiéndole a la palabra su función transformadora y
comprometiéndonos con la igualdad, la justica y la libertad!
Cristóbal León Campos / Especial para Con Nuestra América
Desde
Yucatán, México
I
Es
conocido que en este mundo regido por la economía de mercado y la lógica de
ganancia por encima de todo, se valora el trabajo del hombre principalmente por
la utilidad práctica que tenga. Por ende, el pensamiento crítico se desecha por
considerársele inservible, al mismo tiempo en que se ve a los intelectuales
críticos como seres que no aportan nada útil a la sociedad.
En
esta sociedad lucrativa las ideas no son rentables. Por eso en la enseñanza
básica y media superior se recorta la impartición de las materias generadoras
de pensamiento (literatura, historia, filosofía), para que las disciplinas
favorables al mercado sean estudiadas a fondo. Para beneficio del mercado han
proliferado las universidades privadas, asegurando así, las demandas de fuerza
de trabajo, mientras los gobiernos recortan a las universidades públicas los
recursos económicos y obligan a la población a optar por la educación privada.
El
pensamiento crítico y el periodismo comprometido y autentico son necesarios
para observar la realidad social y preguntarnos el porqué de nuestra condición,
nos ayudan a reflexionar las políticas y proyectos económicos que marcan el
devenir del país, la crítica nos manifiesta la necesidad imperante de la
solución de los problemas.
Esta
solución, no se encuentra en el ocultamiento de la realidad, como hace el
discurso ideológico pretendido hegemónico- que busca la perpetuidad de la forma
política-económica a la que sirve, que en nuestro caso mexicano es la
capitalista. No comprenderemos el presente, ni lo podremos trasformar, si no
reconocemos la existencia de una historia oculta que nos impide ver de forma
completa la realidad, compuesta de contradicciones, de explotación y
marginación resultado del acontecer histórico del capitalismo.
II
En
México las últimas décadas de lucha trazan el camino a la posibilidad y
demuestran la necesidad de un periodismo organizado en torno a los oprimidos
basado en la independencia del poder, y por tanto, de acción con respecto a los
intereses privados. Las acciones emprendidas desde años atrás contra los
intereses sociales, no sólo afectaron las condiciones de vida de la mayoría del
pueblo, sino que también impactaron en el pensamiento, conduciéndolo en muchos
casos, a la adopción de teorías de moda que plantean el fin de toda utopía o de
todo proyecto transformador de la sociedad, dejando de esta forma la vía libre
para la ideología dominante que se pretende hegemónica. Por este motivo es
difícil pretender construir una alternativa social, sin retomar la lucha de
ideas, que acompañe a los movimientos actuales a lo largo del planeta, como
Martí apuntará “trinchera de ideas vale más que trinchera de piedras”. Día a día en todos los rincones del mundo estas
palabras del prócer cubano se materializan sin que la gran mayoría se entere,
por ser excluidas de los grandes consorcios comunicativos (prensa, radio, tv e
internet), los poderes hegemónicos pretenden dejarnos en el olvido y en la
desmemoria.
La
actual crisis deja en claro la necesidad de construir un mundo mejor, para ello
la lectura y discusión de ideas son indispensables, como parte del accionar
transformador que todo ser consciente de su realidad debe realizar, el
periodismo autentico contribuye al debate con sus valiosas aportaciones para la
construcción de una sociedad mejor, pues a pesar de que la dictadura del
capital está en crisis, ello no garantiza que demos paso a una mejor sociedad.
Esto sólo se puede a través de la praxis colectiva, y para ella, se necesita
indispensablemente un periodismo que acompañe y genere reflexión en la sociedad
y contribuya a la generación de ideas.
III
Vivimos
tiempos de ruptura y de construcción, el desprestigio que han alcanzado los
partidos políticos (de todos los colores) era inimaginable unos años atrás, la
falta de confianza en el sistema judicial y descrédito a la mayoría de los
medios de comunicación, abren paso a la construcción y consolidación de nuevas
formas de organización social y comunicación, que se van articulando desde una
perspectiva crítica e incluso escéptica a todo lo existente hasta ahora.
Muchos
ejemplos tenemos de la forma en que se busca imponer la hegemonía del poder,
muchos ejemplos de manipulación mediática vivimos a diario, tan solo de manera
reciente el doloroso caso de los 43 estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de
Ayotzinapa, Guerrero, ha generado una serie de manipulaciones y mentiras con el
fin de acallar la demanda de aparición y a pretendido engañar a la sociedad.
Este ejemplo a nivel nacional, pero desde luego a nivel local o internacional,
la manipulación mediática está continuamente pretendiendo distorsionar las
realidades, pensemos en Venezuela, Cuba y un sinfín más de muestras.
Han
convertido nuestra realidad en una farsa a través de muchos medios de
comunicación, que cómplices de los poderos reducen nuestras vidas a simples
personajes de telenovela, donde se nos dicta como sentencia bíblica el papel
que cada uno de nosotros debe jugar en el concierto social, únicamente
dependiendo de la clase a la que pertenezcamos. Los moldes perfectamente
confeccionados deben ser rellenados por los individuos de manera acrítica,
salirse de los esquemas establecidos es, sin duda, una ofensa mayor. Así lo fue
en la Inquisición, así lo es hoy, se criminaliza la protesta social y la
organización de los de abajo para defender sus derechos y luchar por mejores
condiciones de vida.
IV
Este
sistema ha vaciado de ética a la palabra, ha exentado de todo compromiso a
aquel que, desde arriba, la enuncia. La palabra en el discurso capitalista
pierde su cualidad de garante de un compromiso social, haciendo del discurso un
conjunto de palabras vacías y mentiras que se pierden o generan desmemoria.
Para
finalizar, expresamos nuestra admiración para quienes desde diferentes
trincheras hacen posible el periodismo autentico, comprometidos rompen bloqueos
mediáticos, y contribuyen a conformar sociedades más críticas y reflexivas,
contribuyendo así, al mejoramiento social.
En un
mundo donde se busca ser importante antes de ser útil a la sociedad, el
periodismo autentico es ejemplo por su ética de compromiso social. ¡Honremos al
periodismo reponiéndole a la palabra su función transformadora y
comprometiéndonos con la igualdad, la justica y la libertad!
Texto
leído en
el III Seminario Internacional de Periodismo, en el marco del 27 Aniversario de
los diarios Por Esto!, celebrado en la Feria Internacional de la Lectura
Yucatán 2018.
* Integrante del Colectivo
Disyuntivas
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