La VIII Cumbre de las Américas a realizarse en Lima, Perú (13-14 abril
2018) nos sirve como índice valorativo donde el nivel de conciencia política,
ética y moral. El miedo no es al Presidente de la Republica Bolivariana de
Venezuela Nicolás Maduro, no lo creemos. El miedo es a la propagación de la
cultura de la dignidad, decencia y
soberanía de los pueblos.
José Toledo Alcalde / Para Con
Nuestra América
Los vértigos vislumbrados desde la encumbrada cumbre de las Américas
no tienen parangón en el Perú. La efervescencia social, el tinglado
desestabilizador informativo, el deslumbramiento de expertos/as en materia de
relaciones exteriores y política internacional raya con lo alucinante. Sin
puntualizar en el escándalo de gran
corrupción generalizada; de un momento a otro el Perú se ha convertido en
el centro de los reflectores del análisis político a nivel mundial y esto gracias
a la próxima VIII Cumbre de las Américas (13-14 abril 2018) donde la posible
presencia de mandatarios como Nicolás
Maduro Moros de la Republica Bolivariana de Venezuela ha puesto en evidencia
fragilidades y fortalezas de un espectro comunicacional donde lo que prima es
la emisión compulsiva de especulaciones y adjetivaciones desprovistas de
solidez analítica y criticidad resolutiva.
Todo está desconcertante puesta en escena del supuesto éxito del brazo
informativo de los grupos del poder en el Perú nos hace sospechar de tres
hipótesis posibles: Primero, el nivel
pedagógico-critico en el Perú se ha incrementado de forma exponencial en los
últimos años; segundo, la influencia
de los medios de información supera la influencia del background educativo (público-privado)
del colectivo peruano; y tercero, la
derecha (anti-bolivariana) se posiciona como
alternativa predominante en la opinión pública generalizada en el Perú.
Por tratarse de un comentario especulativo omitiremos la exquisitez
del uso de herramientas y variables del método de investigación en la búsqueda
de demostración de las hipótesis que planteamos.
Primero, contrario al incremento del nivel pedagógico-critico en el
Perú, lo que ha aumentado exponencialmente son las cifras de analfabetismo. Los
altos índices generales de analfabetismo en el Perú en el año 2016 muestran el
gran déficit educativo. Por ejemplo: De las tres regiones, Costa, Sierra y
Selva, la Sierra del 83,7% sufrió un incremento de analfabetismo ascendiendo a
89,5% en los últimos 10 anos (2006-2016); en la Selva se incrementó en 2,4
puntos porcentuales ascendiendo de 90,1% a 92,5% y en la Costa ascendió en 1,7
puntos de 95,1% a 96,8%.
Lo que llama fuertemente la
atención es la alta concentración de analfabetismo en Lima. Creció la “clase
media”, la adquisición de electrodomésticos, préstamos bancarios y tarjetas de
crédito pero lo que nunca ascendió fueron los educativos. Es la capital peruana la cual cuenta con el
más alto índice de analfabetismo. Es aquel lugar de más alta concentración de
“progreso” y “desarrollo” del milagro económico donde no solo existen personas
que saben leer pero no entienden lo que leen (funcional) sino existe un gran
porcentaje de analfabetismo absoluto. En Lima se registra un 97.9% seguido por
la Provincia Constitucional del Callao 97,7%, Tumbes 97%, Ica 96,9%, Apurímac (83,7%), seguida de Cajamarca 86%, Huánuco 86,6%,
Huancavelica 87,4% y Ayacucho 88,4%. Lo paradójico es que los índices más altos
por idioma hablado se registran en los sectores de habla castellana 96,5% a
diferencia de sectores de idiomas originarios 83.8% (quechua, aimara o lenguas
amazónicas).[1]
Con estos altos
índices de analfabetismos ¿De que progreso pedagógico-critico podemos hablar en
el Perú? ¿Cuál será la calidad de las opiniones sobre temas como política
regional, soberanía nacional, violación del derecho internacional a la no
injerencia y libre determinación de los pueblos?
No queremos decir
que la ausencia de formación educativa anula el criterio político de la
persona. Pero sin lugar a dudas existe una abismal diferencia con aquella
persona que cuenta con acceso a materiales de información y a recursos de
análisis entre diferentes posicionamientos. ¿Cuáles son las bases informativas
para sostener que el gobierno democrático de Venezuela es una dictadura? Primera
hipótesis descartada.
Cuando escuchamos
decir “Maduro dictador…asesino, etc.” ó “EEUU debe invadir Venezuela” nos
preguntamos de donde proviene este tipo de adjetivaciones. ¿Provienen de
discusiones académicas de cursos de ciencias políticas, filosofía o relaciones
internacionales? ¿Provienen de investigaciones sobre geopolítica o historia? La
respuesta cerrada es NO. Y, aquí vamos a la segunda hipótesis: la influencia de los medios de
información supera la influencia del background educativo (público-privado) del
colectivo peruano.
Las opiniones o
encuestas referentes a temas como la situación de Venezuela o la presencia o no
de mandatarios como Maduro o Trump no son signos de niveles de desarrollo
educativo – menos aún crítico – en el cual se encuentra el Perú. Todo lo
contrario, lo que nos queda re-confirmado es la vigencia del mercantilismo como
ideología – y no como pedagogía - del quehacer de individuos y agrupaciones
delictivas que vieron en la política el mejor recurso extractivo de la impiedad, el lucro e insulsos intereses
personales.
¿De dónde provienen
las especulaciones sobre la presencia o no del legítimo presidente venezolano
Nicolás Maduro? ¿Con que autoridad moral pueden rasgarse las vestiduras
individuos y organizaciones políticas hoy enfangadas con el escándalo Odebrecht
en nombre de la democracia continental y en contra del gobierno bolivariano?
La pedagogía
informativa cotidiana en el Perú es aquella del puesto de periódico.
Preguntémonos cuantas bibliotecas públicas existen a nivel nacional y cuantos
centros comerciales, farmacias, boticas y centros de juegos de internet y verán
cuan sano o enfermo es nuestra sociedad. La ley del mínimo esfuerzo
(raciocinio?) impera en nuestra agitada agenda cotidiana: twitter, facebook,
memes, titulares de periódicos, farándula, opinólogos…, etc., son las fuentes
de mal-información y de-formación generalizada. Enciclopedias del saber
posmoderno. Es así como queda en evidencia que más allá de saber o no escribir
o leer, el analfabetismo político, aquella incapacidad de construir pensamiento
crítico y autónomo no es materia de discusión en nuestras conversaciones.
Adjetivos calificativos ingresan a nuestro mundo “reflexivo” no por medio del
análisis sino gracias al arte de la repetición. De aquí que esta hipótesis
encuentra un asidero razonable. La presión de los medios de información supera
cualquier antecedente educativo del segmento afectado por la distorsión
informativa. Segunda hipótesis acertada.
La tercera y última hipótesis, la derecha (anti-bolivariana) se
posiciona como alternativa predominante
en la opinión pública generalizada en el Perú. En
América Latina, el bastión global más poderoso del socialismo de los últimos
tiempos, la multimillonaria y dogmatica campaña macartista fue superada tangencialmente por la muy concertada red
de corrupción siempre sabida pero nunca antes vista en su real dimensión.
Cuando el Departamento de Justicia de los EEUU (2016) denunció los delitos de
corrupción (pago de sobornos) de Odebrecht abrió – sin lugar a dudas – un nuevo
capítulo en la historia de la investigación del crimen político o de la
política como actividad criminal. Esta devastadora nueva etapa del tinglado de
mega corrupción trasciende con creces cualquier tipo de tesitura y color
político.
La derecha se encontraba en caída libre mucho antes del escándalo
Odebrecht. Famosos personajes de la política y empresariado peruano,
actualmente acusados de corrupción, fueron elogiados y aplaudidos asistentes a
Cumbres de las Américas. Nunca nadie veto su asistencia. Por la naturaleza de sus orígenes el
liberalismo, fuente del saber de estos personajes, fue alumbrada anómala. El
declive histórico del liberalismo (neoliberalismo) y sus representantes no nace
en la posmodernidad. Su agonía se incrementa en los últimos tiempos más aun
cuando existen sistemas de gobernabilidad alternativos y de éxito a nivel
global los cuales ponen en evidencia la claudicación del sistema del lucro y la
acumulación que por ley declinará finalmente abriendo paso a nuevos tiempos.
La naturaleza del capitalismo como ideología de la acumulación es
destructiva en sí misma y corruptible por principio de existencia. Pero, a
través del tiempo, se ha demostrado que la malignidad del espíritu del lucro y
la acumulación penetró los más oscuros recovecos de la estructura molecular,
energética y espiritual del ser humano más allá de sus tibias o candentes
convicciones políticas. La miseria de la
acumulación – como cultura de convivencia – hizo de izquierdas y derechas
plataformas perfectas e instrumentos idóneos para delinquir y hacer de la
política la más anti-ecológica e inhumana esfera de la especulación mercantil y
son sus principales representantes aquellos que orquestan organizando, financiando
y defendiendo la caída del gobierno bolivariano en Venezuela.
Lo mismo diríamos de la izquierda mercantilista-antibolivariana. La
miseria humana trajo abajo una de las más sanas alternativas para la humanidad
y toda especie existente. Pero el declive, vislumbrado y acaecido en Europa, no
pudo ser globalizado. Cuba, Venezuela, Nicaragua, El Salvador, Bolivia… siguen
demostrando que aún a pesar de las fallas técnicas y distorsiones de principios
un mundo solidario, decente y soberano es posible.
Derechas e izquierdas (mercantiles) están involucradas en redes de
corrupción y esto no es novedad para nadie. La primera por defecto de origen y
la segunda por separación, distorsión y corrupción de sus originarios
principios. Y, lo están involucradas instituciones religiosas (católica, evangélicas, etc.),
redes deportivas (FIFA, CONMEBOL, etc.), medios de información, etc. Y, esta
suerte de pandemia ético-moral solo demuestra la autónoma personalidad de la
cultura de la corrupción entrañada en el
culto al lucro, la avaricia y el desamor.
Por lo sostenido, la derecha
izquierda antibolivariana, anticubana, antisocialista, apátrida, en el
Perú, y en la región, no gana posición alguna. Ni la derecha, ni la izquierda
mercantilista , por merito propio, pueden expandir su presencia política en el
Perú en medio de gente decente que hace de las calles la digna y necesaria
tribuna de incidencia y de su trabajo cotidiano su más valiosa carta de
presentación.
Si en el Perú existe una posibilidad en medio del actual desastre
político, esta tribuna de opinión considera que el Movimiento Nuevo Perú,
liderada por Verónika Mendoza, y organizaciones y movimientos sociales y
partidos políticos que la integran, tienen la oportunidad histórica de
demostrar que es posible hacer política desde la decencia y el respeto al bien
común. Hay mucho que trabajar en el camino, quizá necesarias alianzas y
sistemático y firme posicionamiento de sus lideresas y líderes así como el
fortalecimiento de las bases a nivel nacional.
Para todos los demás, el negocio llegó a su fin. Las fraudulentas
transferencias de dinero, las miles de estafas basadas en contratos firmados a
puertas cerradas y de espaldas al pueblo, el silencio cómplice de
organizaciones como la OEA y la ONU frente a la dictadura de la corrupción y el
irrespeto antidemocrático de la soberanía nacional y el bien común, ya no es
sorpresa para nadie. Lo que sí nos podrá sorprender es que no caigan – ante
toda evidencia colocada sobre el tablero – los “peces grandes” ahora en la mira
de las investigaciones como Alan García, Alejandro Toledo, PPK, Keiko Fujimori,
Susana Villarán, CONFIEP y demás joyitas defensores de la democracia.
Todos estos personajes, y sus organizaciones representadas, se ufanan
de ser defensores de la democracia anti bolivariana, anti martiana y anti
mariateguista. Ahora nos quedan clarito las razones por las cuales
despotricaron del socialismo soberano, digno y decente. El discurso de
transparencia financiera y soberanía nacional les aterrorizó históricamente.
Temieron al cumplimiento de la verdad basada en la equidad y justica del
Socialismo. Supieron que el seudo discurso “izquierdista” de la Gran
Transformación era la historia de una
muerte anunciada asfixiada por jugosos réditos negociados con la ex “pareja
presidencial” (Humala-Heredia) y sin escrúpulo alguno difamaron a lideresas
como Verónika Mendoza a punta de infames sicosociales donde, p.e, el cuestionado, y casi vacado,
presidente del Perú Pedro Pablo Kuczynski fue uno de los mas biliares responsables
de dichas acciones antidemocráticas. Tercera hipótesis descartada.
La VIII Cumbre de las Américas a realizarse en Lima, Perú (13-14 abril
2018) nos sirve como índice valorativo donde el nivel de conciencia política,
ética y moral. El miedo no es al Presidente de la Republica Bolivariana de
Venezuela Nicolás Maduro, no lo creemos. El miedo es a la propagación de la
cultura de la dignidad, decencia y
soberanía de los pueblos. El terror es al triunfo del Socialismo Bolivariano,
Martiano, Mariateguista y a la final derrota del neoliberalismo groseramente
desnudado a la luz del imperio de la corrupción.
La presencia de hermanas y hermanos venezolanos en el Perú no es
muestra del fracaso del Bolivarianismo
venezolano, es muestra de la voraz impiedad de los representantes del
imperio del lucro y la acumulación. Lobos disfrazados de ovejas, dictadores del
mercado maquillados de demócratas. Responsables de la cruel especulación
monetaria y desabastecimiento generalizado al mismísimo estilo de lo realizado
en Chile del ’73 contra el gobierno democrático liderado por el asesinado
presidente Salvador Allende.
Si el Socialismo se preocupó por pregonar el nacimiento de un nuevo
hombre, ahora y a la luz de los signos de los tiempos, son los seres humanos
que debiéramos pregonar el nacimiento de un nuevo Socialismo impregnado de
integridad ética, autenticidad histórica, sensibilidad ambiental y mística
eco-revolucionaria como el desarrollado en republicas hermanas como Cuba,
Venezuela y Bolivia y para eso viene a la VIII Cumbre de las Américas el
representante del heroico pueblo de Venezuela.
Bienvenidos al Perú gobiernos democráticos.
Bienvenido señor presidente Nicolás Maduro Moros y en usted el espíritu de la
soberana Revolución Democrática Bolivariana.
[1] Instituto Nacional de Estadistica e Informatica
(INEI). COBERTURA DE
ALFABETIZACIÓN EN EL PERÚ LLEGA AL 94,1% DE LOS PERUANOS DE 15 A MÁS AÑOS DE
EDAD. Nota de prensa: No 199-08 Sep. 2017. En: https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/noticias/nota-de-prensa-n199-2017-inei.pdf Revisado: 22/02/18
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