¿Quién define hoy cuando hay golpe de estado y cuando no lo existe? En
primer lugar la Casa Blanca y luego CNN, SIP y
los pulpos mediáticos latinoamericanos. En Venezuela, la derecha antichavista logró ser mayoría en
la Asamblea y no han cesado sus
tentativas de destituir a Nicolás Maduro.
Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
No, estimado lector o lectora. No me referiré
a la suspensión de la Asamblea Nacional venezolana por la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia. Aludo
a las diversas ocasiones desde 2002 en las cuales en América latina hubo golpes de estado o
tentativas del mismo, y ello fue negado por los grandes medios de comunicación
y las derechas en la región. Empecemos por el golpe de estado que derribó 72 horas a Hugo Chávez en Venezuela. La
derecha hasta designó a un nuevo presidente, Pedro Carmona. Éste, después de
ser presidente espurio 47 horas, tuvo que salir huyendo cuando la resistencia
popular malogró la asonada.
En 2008, el presidente Evo Morales y el
vicepresidente Álvaro García Linera, se encerraron en el Palacio Quemado e
hicieron el pacto de salir muertos de éste como Salvador Allende, si triunfaba el golpe de la derecha, fraguado
por las oligarquías de Pando, Santa Cruz, Tarija y Beni. Fue la acción de
Chávez, Kirchner y Correa logrando que
la UNASUR se pronunciara, lo que
hizo fracasar el golpe que se organizaba a la par de un complot para asesinar a
Evo. En 2009, la oligarquía hondureña logró convencer al ejército para derrocar
a José Manuel Zelaya, quien en pijama fue sacado de su casa y enviado a un
exilio que el propio Zelaya intentó romper con sus tentativas de regreso al
país. En 2010, en Ecuador un amotinamiento de policías y militares, que incluso
mantuvo cercado al presidente Correa durante varias horas, buscó derrocarlo sin
éxito. En 2012, el presidente Fernando Lugo fue derrocado al ser destituido por
el Congreso. Finalmente en 2016, la presidenta brasileña Dilma Rouseff fue objeto de un impeachment que terminó
destituyéndola, adjudicándole delitos de corrupción inexistentes.
En todas estas ocasiones las derechas y los
grandes medios de comunicación
exclamaron estentóreamente: “¡No hubo golpe de estado!”. Lo que hubo
según nos dijeron, fue un procedimiento legal
y constitucional para deponer a un presidente o presidenta que había
violado la legalidad. En el caso de Ecuador lo que dijo la derecha y también el
sector indígena opositor a Correa, es que se hacía una tormenta de un vaso de agua y que un
problema gremial (descontento de la policía) se estaba magnificando.
¿Quién define hoy cuando hay golpe de estado y cuando no lo existe? En
primer lugar la Casa Blanca y luego CNN, SIP y
los pulpos mediáticos latinoamericanos. En Venezuela, la derecha antichavista logró ser mayoría en
la Asamblea y no han cesado sus
tentativas de destituir a Nicolás Maduro. Ha desacatado resoluciones del
Tribunal Supremo de Justicia dándoles posesión a tres diputados acusados
de elección fraudulenta. También ha
obstaculizado todo lo que ha podido la labor del ejecutivo y en enero de 2017
destituyó a Maduro por abandono de funciones. El golpe no prosperó porque no
fue avalado por los otros poderes del Estado. Hace unos días la suspensión de
la Asamblea Nacional hizo gritar a las derechas “¡golpe de estado!”
Una vez más las sempiternas hipocresía y doble moral.
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