El rigor de los tiempos
nos ha llevado – como en otras épocas – a cambiar las palabras, modificar su
contenido original para cambiar o, directamente ocultar el escenario o los
hechos a describir. De allí el uso de este oxímoron intentado desde la
nostalgia, evocar otros tiempos que parecen remotos, a un escaso par de años.
Roberto Utrero Guerra / Especial
para Con Nuestra América
Desde
Mendoza, Argentina
Dentro del amplio
espectro comunicacional dominado por el oficialismo, a los efectos de
garantizar el blindaje mediático, una de las primeras medidas de Macri fue al
igual que Menem, eliminar obstáculos como la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual LSCA, hecho que operó como un claro mensaje a las corporaciones de
la comunicación sobre los nuevos aires de cambio que se venían, garantizando de
ese modo su expansión que, al igual que en los noventa, favorecía la
concentración. En ese clima de pluralidad declamativo enarbolado por la
Televisión Pública Argentina TVA, “todas las voces” se avanzó en el camino de
la ampliación de las concesiones, modificando parcialmente la LSCA estimulando
la modernización tecnológica de la mano del sector audiovisual y el de
comunicaciones, antes en manos de la Autoridad Federal de Tecnologías de
Comunicación Audiovisual AFSCA y la Autoridad Federal de Tecnologías de la
Información y las Comunicaciones AFTIC, Ley Argentina Digital, desalojando sus
legítimas autoridades.[1]
Esto posibilitó que las
dos empresas de telefonía básica Telefónica y Telecom, poder prestar a través
de sus redes, servicios audiovisuales (televisión paga) a partir del año
próximo, a Clarín, uno de los cuatro grupos dominantes (Viacom, Indalo y
América, éste último de Daniel Vila, el de mayor despliegue en el país en los
últimos 30 años), entrar al negocio 3G y 4G vía Nextel y compensa a DirecTV
(AT&T) a ampliar su servicio de Internet.
Este manejo permite el
funcionamiento del como sí esbozado en el título dentro de una democracia que
no es tal, puesto que, a un procedimiento largamente consensuado entre la
sociedad que pudo articular la ley de medios, un par de Decretos de Necesidad y
Urgencia presidenciales la derogó, tal como lo hizo con el nombramiento de dos
jueces de la Suprema Corte de Justicia. Con estos dos pilares básicos de poder
en la mano someter a la sociedad fue demasiado fácil.
En la camaleónica
carrera de modificar la realidad a través de someter al conflicto las
narrativas, como fue frente a la mayoritaria manifestación en Plaza de Mayo por
el reclamo de la aparición con vida de Santiago Maldonado, se desplazó la
atención hacia las pintadas de los edificios públicos criminalizando a algunos
grupos, lo que justificó la represión de la Policía; allí puede advertirse el
juego de que prime lo individual sobre lo colectivo. Derechos y garantías constitucionales
se vulneran en nombre de la seguridad ciudadana y, cualquier persona puede ser
detenida por averiguación de antecedentes.
En ese bombardeo de
hechos cotidianos para tapar la desaparición forzada de Maldonado que lleva más
de 50 días sin resolver, el juez de la causa ordena una descomunal operación
sobre la comunidad mapuche amiga del joven, avasalla sus viviendas; en otro
punto se culpa a los estudiantes secundarios porteños por defender sus colegios
ante medidas que amenazan privatizar la educación pública o, se vuelve a
instalar la muerte del Fiscal Nisman, intentando distraer la manoseada opinión
pública.
Todo vale en la
desesperada carrera para imponerse en las elecciones de octubre y profundizar
el ajuste. Su principal rival, la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner
de Unidad Ciudadana ha sintetizado en un reciente reportaje que (el gobierno),
para poner en marcha su modelo económico neoliberal tiene 3 ejes: la fractura
social, el mensaje permanente de la mentira política (al que hacíamos mención)
y la división de la oposición política.
También el grupo de
Curas Opción por los Pobres COPP que lidia diariamente con la pobreza en las
villas, ha manifestado: “Sin ningún temor o prejuicio sostenemos firmemente que
ningún cristiano puede darle un voto a un gobierno como éste, que multiplica
las ayudas fraudulentas a sus amigos, facilita las ganancias de los ricos y
condena a los pobres a la marginalidad y lo hace a la luz del día con mentiras
y desparpajo.”[2]
Más allá de esto, las
acciones previstas en el Proyecto del Presupuesto 2018 que está en discusión en
el Congreso, ya menciona un 14% del mismo para el pago de servicios de la elevadísima
deuda contraída, importe que será restado al gasto social de educación, salud y
previsión social, tal como se veía venir desde un comienzo, cuando desde las
bases se les gritaba que el endeudamiento y la apertura económica sólo cerraba
con represión. Incluso la Reforma Laboral, imitando las medidas implementadas
por Brasil siguen pendientes para tentar al establecimiento de las
multinacionales, cuestión que va a ser resistida debido al elevado grado de
sindicalización que aún mantiene el movimiento obrero argentino respecto de
otros trabajadores en el mundo.
Esto demuestra que las
políticas neoliberales del capitalismo feroz imperante pueden ser tan
devastadoras para la población como un terremoto o un huracán – salvando desde
luego la aberrante distancia de sufrimiento humano que estos fenómenos
involucran-, vista la perversidad
de los gobernantes en la manipulación de las personas para lograr sus
objetivos.
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