Una vez más se vive en
Guatemala algo que forma parte de la historia nacional: las ideas se combaten
con el terror. El oscurantismo
reaccionario, que hace años combatía la alfabetización de los pueblos
indígenas, tiene continuidad en la violencia psicológica y física contra
aquellos que se atreven a pensar de manera diferente.
Artículo relacionado: “El
neolcolonialismo desangra a Guatemala”, de Raúl Zibechi
Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
Es bueno recordar que
el 4 de octubre de 2012, en el kilómetro
170 de la carretera panamericana un grupo de pobladores que protestaban contra
el aumento de las tarifas eléctricas y la extensión de la carrera magisterial,
fueron masacrados por un pelotón del ejército guatemalteco. Seis muertos y 38
heridos fue el saldo de aquel acto de terrorismo de estado que después se ha
tratado de minimizar diciendo que fue
una desgraciada circunstancia no
premeditada. Miles de pobladores de Totonicapán organizados en Los 48 Cantones
y otras organizaciones locales,
conmemoraron la tragedia y mostraron que no ha sucedido lo que el gobierno pretendía con los actos de
violencia. En Totonicapán existe una sociedad civil autónoma, demandante y organizada. Y esto ha
provocado inquietud en los
grupos de poder local y en las diversas
instancias del gobierno guatemalteco.
Muestra de ello ha sido
el boicot a algunas de las actividades conmemorativas de la masacre. Y también
actos intimidatorios con respecto a una actividad
académica, ajena a dichas conmemoraciones,
que debe realizarse en el edificio de la Alcaldía Comunal de los 48
Cantones de Totonicapán el lunes 4 de noviembre de 2013 a las 9 de la mañana.
Se trata de la conferencia que impartirá
la Dra. Silvia Federici, connotada académica de la Hofstra University de Nueva York y autora de libros importantes sobre mujeres y feminismo
(“Calibán y la Bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria”; “La revolución
feminista inacabada”). El título de la conferencia es sugerente: “Política y
lucha de las mujeres en las tierras comunales”. El sábado 26 de octubre,
familiares de la Mtra. Gladys Tzul y de su hermana Lic. Jovita Tzul,
recibieron llamadas anónimas diciéndoles
que una de ellas había muerto y que su cadáver sería llevado pronto a Totonicapán. Gladys es estudiante de
Doctorado en Sociología del Posgrado de Sociología de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla. Es una de las organizadoras de la visita a Guatemala de la
Dra. Federici. Su hermana Jovita es abogada y defensora de los derechos
indígenas.
El esparcimiento de
rumores macabros ha sido una de las tácticas del terror estatal en Guatemala.
En este caso puede ser obra también de un grupo de poder local que se siente
amenazado por la creciente organización y participación de la población en Totonicapán. La intimidación se da en un
contexto nacional en el que es creciente
la protesta social contra la minería a cielo abierto, las
hidroeléctricas, nuevos cultivos, proyectos carreteros etc., que atentan contra
el tejido social comunitario, contra tierras y territorios, indígenas y
campesinos. En otros artículos he expresado que la violencia política que
hoy se está viviendo en Guatemala es
diferente a la que se ejerció en los años del terror contrainsurgente. Hoy la
violencia contra la población cumple los designios de una implacable
acumulación neoliberal que busca apropiarse de regiones que todavía no están
dominadas por el capital. Tal como lo pregonó Rosa Luxemburgo en su libro “La
Acumulación de Capital”, que este año
cumple cien años de haber sido publicado.
Una vez más se vive en
Guatemala algo que forma parte de la historia nacional: las ideas se combaten
con el terror. El oscurantismo
reaccionario, que hace años combatía la alfabetización de los pueblos
indígenas, tiene continuidad en la violencia psicológica y física contra
aquellos que se atreven a pensar de manera diferente. Silvia Federici ha
escrito libros importantes acerca de la violencia contra mujeres, por ejemplo la cacería de brujas durante los siglos XVI y XVII y su
vinculación con la instauración del
capitalismo.
Deseamos que en
Guatemala sus ideas se conozcan y que no sean arrasadas por una endémica
práctica represiva.
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