El neoliberalismo se
impuso en Honduras a través de la violencia golpista. Hoy el
cuestionamiento al mismo se hace a
través de la reivindicación de la democracia. Lo nacional popular se vuelve
senda democrática. Vaya paradoja.
Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
El 24 de noviembre de
2013 Honduras elegirá al nuevo
presidente de la república, a 128
diputados y a sus gobiernos municipales.
Si las elecciones son limpias y libres, Honduras recuperará la normalidad de la
democracia liberal y representativa rota en ocasión del golpe de estado que
depuso a José Manuel Zelaya a fines de
junio de 2009. Novedoso en este proceso electoral es el surgimiento de Libertad
y Renovación (Libre), encabezado por Mel
Zelaya y su esposa la candidata presidencial Xiomara Castro. Cualquiera que sea
el resultado de dicho proceso electoral,
algo no podrá ser evitado: se habrá roto
el bipartidismo Liberal-Nacional en
Honduras.
Los candidatos viables
son Xiomara Castro por Libre, Juan Orlando Hernández por el Nacional y Mauricio Villeda del
Liberal. En las últimas encuestas ha repuntado un candidato neoliberal quien
con su partido Anti Corrupción ha ganado una parte no insignificante de las preferencias electorales. Pero todo apunta a que la
presidencia de la república se dirimirá
entre Xiomara Castro y Juan Orlando Hernández.
Xiomara Castro ha estado bastante
adelante en las encuestas aun
cuando una realizada en octubre hecha
por CID-Gallup apuntaría a un empate técnico entre ambos candidatos. El domingo
24 de noviembre, si las elecciones son incuestionables, la verdad se impondrá.
Independientemente de
los resultados, el hecho de que Xiomara Castro
esté donde está en las encuestas significa ya un triunfo. El partido Libre es producto
de un proceso lleno de adversidades: el golpe de estado de 2009; el surgimiento
del Frente Popular de Resistencia Nacional en medio de un auge represivo que ha
cobrado la vida de cientos de sus activistas; la discusión interna entre sus
adherentes y militantes con respecto a
si el FPRN debería convertirse en
partido y participar en estas elecciones; el proceso de convertirse en
un partido inscrito en medio de la represión y ofensiva mediática. ¿Cuáles son
las razones de su éxito? Indudablemente el hecho de que Mel Zelaya se convirtió
en un líder carismático y de gran arraigo popular.
Pero también hay que
destacar lo que Jake Johnstone y Stephan Lefebvre han dicho en su informe
auspiciado por el Center for Economic and Policy Research en Washington D.C.
Entre 2006 y 2008 (hay que recordar que Zelaya gobernó entre 2006 y 2009) el
crecimiento del PIB fue de 5.7%, mientras que en 2010-2013 fue de 3.5; la
desigualdad se redujo con Zelaya y ahora Honduras tiene la mayor desigualdad de
Latinoamérica; durante el gobierno de Zelaya el gasto social (salud y
educación) aumentó como porcentaje del PIB mientras el gobierno de Porfirio
Lobo lo ha reducido significativamente; las tasas de pobreza y pobreza extrema
tuvieron una caída de 7,7 y 20,9 por ciento, respectivamente, durante el
gobierno de Zelaya. Entre 2010 y 2012, la tasa de pobreza tuvo un aumento de
13,2 por ciento, mientras que la tasa de pobreza extrema tuvo uno de 26,3 por
ciento. La tasa de desempleo ha aumentado desde un 6.8 en 2008 hasta un 14.1 en
2012 y la situación empeora porque el
porcentaje de personas que trabajan tiempo completo pero que ni siquiera perciben el salario mínimo
aumentó de 28.8 en 2008 hasta un 43.6% en 2012. Hay que recordar que durante el
gobierno de Zelaya el salario mínimo real aumentó al doble. Honduras tenía
buenas condiciones para recuperar el crecimiento cuando Porfirio Lobo asumió la
presidencia en 2010, pero esto no ha sucedido. Estos son los tristes saldos del
neoliberalismo golpista en Honduras.
El neoliberalismo se
impuso en Honduras a través de la violencia golpista. Hoy el
cuestionamiento al mismo se hace a
través de la reivindicación de la democracia. Lo nacional popular se vuelve senda
democrática. Vaya paradoja.
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