La Ley de Medios
argentina pone un límite a esa ansia fagocitadora de los grupos mediáticos, y abre un espacio para que
el Estado y las organizaciones de la sociedad civil también puedan acceder a
los medios.
Rafael
Cuevas Molina
Presidente AUNA-Costa Rica
Aunque aún falta para que rija
plenamente, la Ley de Medios argentina ha sido declarada a derecho por el
máximo tribunal constitucional de ese país, despejándole el camino que se veía
entorpecido por las maniobras que el Grupo Clarín y el diario La Nación venían
haciendo para evitar su entrada en vigor.
Cada vez que en América Latina algún
gobierno decide tomar algún tipo de medida para regular a los medios de
comunicación, salta el sambenito de siempre: se está violando la libertad de
expresión; se está a las puertas de una dictadura; se quiere acallar a la
oposición.
¿Quiénes son los que ponen el grito en
el cielo? Los grandes negociantes, los que no solo monopolizan periódicos,
radios o canales de televisión sino que, además, tienen grandes oligopolios que
incluyen tanto a periódicos, radio y televisión, como la telefonía celular, el
suministro de papel y las redes de comunicación satelital.
En Argentina, por
ejemplo, se ha tenido una concentración mediática que lleva a que el 80% de los
medios audiovisuales se encuentren en solo cinco manos. La Agencia de Noticias
CNA hace un breve repaso de los principales Holdings y grupos mediáticos que
han actuado en ese país, quiénes han sido sus dueños y la cantidad de medios
que cada uno de ellos ha detentado. A manera de ejemplo, ofrecemos la
concentración en manos de uno solo de los grupos, el más grande por cierto, el
del Grupo Clarín:
Composición
accionaria: 70,9% GC Dominio (Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magneto,
Lucio Pagliaro y José Aranda); 9,2 % Goldman Sachs SA.; y el 20% en oferta
pública en las bolsas de Bs. As. y Londres (desde 2007). Gráfica: - Diario Clarín, Diario Olé, La Razón (75%), La Voz del
Interior (Córdoba), Los Andes (Mendoza), Día a día (Córdoba), Arte Gráfico
Editorial Argentino S.A. (AGEA), Revistas que se venden con sus diarios, como
Genios; Jardín de Genios; Revista Ñ; Viva; Enseñar, Editora de Revistas S.A., a
través de las cuales distribuye Elle Colecciones Internacionales; Elle
Decoración; Elle Hombres , Artes Gráficas Rioplatenses; Papel Prensa S.A.
(49%); Agencia de Noticias DYN (25,6%); Revista Rumbos; CIMECO (Compañía
Inversora en Medios de Comunicación); Revista Pymes; Revista ARQ; Revista
Miradas; Editorial Tinta Fresca. Televisión:
Artear SA (99.2%); Canal 13; Multicanal; Cablevisión; TN; Volver; Metro;
Magazine; Canal 12 de Córdoba; Canal 7 de Bahía Blanca; Bariloche TV Canal 6;
TVC; Pinamar; MTV Miramar; TSN Necochea; Quiero música en mi idioma;
Teledigital Holding; Televisión Satelital Codificada SA (50%); TeleDigital
Neuquén; CVC Cablevisión del Comahue S.A. Gral. Roca; Multicanal Regional;
TyCSports; TyC Max; Canal Rural Satelital (30%); Pol-Ka (30% y 55% del paquete
accionario); Patagonik Film Group SA (40%); Ideas del Sur (30%); Supercanal
Holding (20%); Multicanal PRIMA Internacional. Radio: Radio Mitre; FM 100; FM 102.9 MHz; Mitre 810 (Córdoba). Internet: Compañía de Medios Digitales
(CMD); Fibertel (60%); Clarin.com; Ciudad Internet; Fullzero; Flash banda
ancha; Vontel (Telefonía banda ancha); CMD; Internacional; CMD Do Brasil;
Clarin.com (España); Másoportunidades.com; Guía Clarin.com; deAutos.com;
Ubbi.com; DePagos.com; Confronte.com; Datamarkets.
La Ley de Medios
argentina pone un límite a esta ansia fagocitadora, y abre un espacio para que
el Estado y las organizaciones de la sociedad civil también puedan acceder a
los medios. No se trata de expropiarlos y construir un monopolio estatal, sino
de otorgar la posibilidad que otras voces puedan ser escuchadas, no solo la de
los que detentan el poder económico y, por ende, el monopolio de los medios.
Para nadie es un
secreto que esta apertura le duele sobremanera a quienes han transformado a los
medios de comunicación en instrumentos de manipulación de la opinión pública y
de la “fabricación de conceso”. Los grandes medios han venido en buena medida a
llenar el vacío que dejaron los antiguos partidos políticos, transformándose en
“orientadores” políticos. En países de gobiernos nacional-progresistas son la
verdadera oposición, y para ello se valen de cualquier subterfugio, entre los
que no faltan la tergiversación y la mentira.
A pesar de ello, tales
medios de comunicación seguirán teniendo su espacio pues nadie los ha sacado
del ruedo, pero ahora habrá más voces, más contrapesos. Habrá, entonces, más
democracia, más libertad de expresión.
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