En América Latina, los países que
han formulado, aplicado y luego revisado sus respectivas leyes de cuotas han
sido mucho más efectivos en combatir la subrepresentación y la exclusión de las
mujeres en la política.
Julie Abbott / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad de Guatemala
Las leyes de cuotas se formulan como medida correctiva a la inequidad de género. |
El Salvador y Costa Rica tendrán
procesos de elecciones el 2 de Febrero de 2014. El Salvador, ante
la oportunidad inédita de instalar en el poder ejecutivo por segundo período
consecutivo al partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
(FMLN) cuyo origen se remonta a la resistencia a las dictaduras militares
represivas. El FMLN se incorpora a la vida política partidista en 1992 como
parte de los acuerdos de paz y sostiene 25 años de presencia parlamentaria que
oxigena la agenda social del país; su primer período presidencial 2009-2014 fue
un experimento legítimo que no resultó temerario como lo anticiparía la
derecha. Sus votantes tienen conciencia plena y fresca de los discursos neoliberales
y su ánimo paralizante. Para Costa Rica lo inédito es la
posibilidad de triunfo del Frente Amplio (FA) a que apuntan las
encuestas.
No es inédita la campaña de los
partidos conservadores costarricenses con posibilidades en las elecciones,
dirigida contra el Frente Amplio, en un país que, por haber suprimido al
ejército desde 1948, se libró de las formas más inhumanas de la guerra
ideológica impuesta en América Central. La resistencia a la amplitud de la
presente campaña, remite a todo lo que fue tristemente tolerado por el Tribunal
Supremo de Elecciones costarricense en 2007, en un referéndum que vistió a
Costa Rica de guerra fría. Repetir Venezuela y repetir el nombre Chávez,
si remite al votante costarricense joven a una boina y un uniforme militar,
quizás no dé resultado.
¿Cuánto nos parecemos El Salvador,
Costa Rica, Chile, Brasil, Venezuela, Ecuador, Honduras, Argentina… en términos
de proactividad hacia la paridad y participación política de las mujeres?
En los órganos legislativos, llegamos a
este 2 de febrero así: Costa Rica 39%, El Salvador 27%. El Salvador no ha hecho uso de
la ley recién aprobada que establece cuotas (2013), y en esta ocasión la elección no
es parlamentaria, solamente presidencial.
En 1979 se inicia el debate en
Naciones Unidas sobre participación política de las mujeres y rinde la
Convención sobre Eliminación de todas las formas de discriminación contra las
Mujeres, suscrita por todos los países mencionados. La participación de las
mujeres en cargos públicos de elección, era prácticamente nula. Del
seguimiento en las Conferencias de Nairobi 1985 y Beijing 1995 emanan las tres
propuestas para las tres combatir la subrepresentación. 1/Planes y Programas
de Igualdad: para dar a conocer y difundir el estado de las
cosas. 2/Oficinas Secretarías y Ministerios de las Mujeres: con la
misión de generar políticas públicas e institucionalidad que sostenga el
trabajo hacia la paridad. 3/Acciones Afirmativas: Leyes de cuotas de
participación política.
Las leyes de cuotas se formulan
como medida correctiva a la inequidad de género habiéndose reconocido la
subrepresentatividad como obstáculo central a toda intención democrática.
En el caso de los foros legislativo se lee la participación como la medida de
acceso, con registro de acciones que conocemos y en un período de tiempo que
sigue a Beijing 1995 y hasta la fecha. Algunos datos (2013):
Guatemala registra 13%, Honduras 18% (legislatura saliente). Guatemala,
recién aprueba ley de cuotas en 2013, Chile 14% no aplica cuotas de
participación de mujeres desde una ley. Venezuela 17% aprobó y derogó ley
de participación en 2002 y desde entonces no aplica cuotas de participación
desde una ley. Costa Rica 39% ha aplicado tres ediciones de ley de cuotas
(1994, 1998, 2002) (Fuente http://www.quotaproject.org/country.cfm)
La comparación numérica cobra
sentido cuando da paso al análisis de la diferencia, sostenida por grados y
formas de presencia patriarcal en la cultura política y contrarrestada por
redes de organizaciones de mujeres, a la evaluación de los sistemas
electorales, a los índices sociales relacionados, etc. Reconocemos como
resultados de la participación de mujeres aparte de la aplicación de derechos,
la actualización del debate sobre representatividad de minorías y de mayorías
minorizadas en los foros públicos; reconocemos incidencia en
participación política de mujeres en general, y reconocemos dinamización
de las temáticas parlamentarias, en favor de la democracia así como la
visibilización de los intereses que sostienen anónimamente el statu-quo y
la sub-representación, exclusión social y política. Formular leyes
de cuotas, llevarlas a discusión, su aprobación, su aplicación, ha sido
una lucha constante librada por las organizaciones de mujeres que se
ocupan de la representatividad, dentro y fuera de la política partidista.
Vigilar su aplicación corresponde a las instituciones electorales a
partir de la Convención.
En América Latina, los países que
han formulado, aplicado y luego revisado sus respectivas leyes de cuotas han
sido mucho más efectivos en combatir la subrepresentación y la exclusión de las
mujeres en la política. La participación política de las mujeres es un
capítulo de la lucha por derechos y la paridad; en este camino sin fin es
importante hacernos acompañar, encontrarnos, mujeres, hombres, países y
organizaciones, y saber que a veces nos parecemos más, a veces menos.
Cuánto nos parecemos no es lo temerario.
*Julie Abbott es feminista guatemalteca.
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